Edificio del Palacio de la Prensa recién inaugurado. Foto: Alfonso (1930). Fuente: Archivo de la APM
La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) participa en la Semana de la Arquitectura 2023, una iniciativa dirigida a los ciudadanos y que organiza cada año el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y la Fundación Arquitectura COAM. Por primera vez abrirá sus puertas al público, después de 93 años, la antigua Casa de los Periodistas madrileños, el Palacio de la Prensa (inscripción de visitantes ya cerrada), gracias a la colaboración de Gran Vía Venue, que ocupa actualmente las plantas 2 y 4 del Palacio de la Prensa. Este espacio albergó en los años cuarenta la revista satírica La Codorniz y posteriormente acogió la redacción de la Hoja del Lunes.
Un proyecto ambicioso
En 1924, la APM, presidida por José Francos Rodríguez, encargó al arquitecto Pedro Muguruza la construcción de su sede social. La forma trapezoidal del solar fue aprovechada por el arquitecto para crear uno de los edificios más importantes de la Gran Vía madrileña, declarado Bien de Interés Patrimonial en 2017.
Había vivido la Asociación de la Prensa, a pesar de su poderosa organización, sin independencia en cuanto a local se refiere y en algunas ocasiones hasta en precario desde su fundación en mayo de 1895. Finalmente, en noviembre de 1928 se instaló en el suntuoso Palacio del Callao, n.º 4 (actual Gran Vía, n.º 46), la única sede construida exprofeso por y para la APM a lo largo de su historia.
El edificio está emplazado en la Gran Vía, la más importante avenida de Madrid, en el solar que forma la manzana entera comprendida entre las avenidas de Pi y Margall y Eduardo Dato y las calles Miguel Moya y Tudescos. La superficie total es de 1489 metros. El coste total de la obra, según el presupuesto definitivo, fue de ocho millones de pesetas, incluido el valor de los terrenos y el mobiliario destinado a la Asociación de la Prensa.
El 11 de julio de 1925, y con asistencia de Alfonso XIII, se colocó solemnemente la primera piedra del nuevo domicilio social. Las obras del edificio se terminaron en agosto de 1928 y en esa misma fecha se instalan las oficinas de la Asociación, que desde su construcción se denomina la Casa de los Periodistas, y que en aquel momento fue el rascacielos más alto de la Gran Vía, hasta que se construyó el edificio de Telefónica en el año 1929.
La composición de fachadas se realiza en clave clasicista-regionalista de gran calidad, con pilastras de ladrillo visto como material novedoso y precursor en la Gran Vía y bandas verticales, de huecos de distintos formatos y estilos. Estaba inspirado en la arquitectura de la Escuela de Chicago de principios del siglo XX, y en él destaca el juego de escala de sus cinco frentes, como consecuencia de la adaptación de las diferentes alturas autorizadas por las ordenanzas municipales de las calles que se levanta el Palacio.
El Palacio de la Prensa era un moderno rascacielos de 16 plantas, ocho de las cuales pertenecían en propiedad a la Asociación de la Prensa, que ocupaba cuatro de ellas para sus oficinas y dependencias. Parte del edificio quedaba dividido en varias plantas de carácter polivalente: las destinadas al uso propio, las que la Asociación alquila para obtener beneficios y las que cede a otras entidades relacionadas con la prensa. Otra dependencia muy importante y de grandes dimensiones fue la sala de cinematografía y teatro, con una capacidad para más de 2000 espectadores.
Inauguración de altura
Sala de actos llamado Salón de Fiestas. Foto: Vidal (1930). Fuente: Archivo de la APM
El lunes 7 de abril de 1930 se inauguró oficialmente el Palacio de la Prensa. El público se agolpaba una hora antes frente al edificio, en la Gran Vía y calles adyacentes, a pesar del frío reinante. La fachada de la Asociación aparecía engalanada con reposteros y banderas. A lo largo de los balcones del piso principal, pendían enseñas de las 20 repúblicas iberoamericanas.
La concurrencia fue numerosísima, de 1500 personas. Asistieron los reyes Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia, con el Gobierno y el cuerpo diplomático. El entonces presidente de la APM, Francos Rodríguez, leyó un discurso que disertaba sobre la evolución de la profesión: “El periodismo cambió ciertamente, esta transformación acentúa en cada hora su carácter profesional y la tendencia notoria a especializarse”.
El lento descenso
Durante la Guerra Civil, la Casa de la Prensa sufrió muchos daños (por su situación estratégica y altura) con motivo del asedio de Madrid. Las Milicias de la Prensa se apoderaron de ella, e hicieron de sus locales su cuartel, por lo que causaron muchos destrozos y estragos, al igual que los 72 proyectiles que alcanzaron a la fachada y el interior del edificio. En una de las primeras reuniones celebradas por la Junta Directiva en el año 1939 se adoptó el acuerdo de proceder urgentemente a la reparación y saneamiento del edificio. Quedó designado el arquitecto Enrique López Izquierdo para la dirección de las obras y para paliar en lo posible los daños provocados por la guerra.
A finales de los años cincuenta, el Palacio de la Prensa siguió siendo un problema debido a su deterioro y a la falta de mantenimiento. A partir de los años sesenta se acentuó la decadencia del Palacio de la Prensa. En Junta Directiva, Antonio Valencia expuso en diciembre de 1965: “El edificio de la Prensa está en unas condiciones desastrosas y que, por tanto, se imponía renovar todas las bajadas del edificio, porque por todas partes se producían goteras”.
Luis María Anson llegó a la presidencia tras la dimisión de Lucio del Álamo, por la crisis económica en la que se encontraba inmersa la Asociación en el año 1979. La deuda de esta institución alcanzaba los 1200 millones de pesetas como consecuencia de la construcción de la Ciudad de los Periodistas en los años setenta. Arrastraba unos intereses diarios de 480000 pesetas, que obligaron a hipotecar el Palacio de la plaza del Callao y vender el patrimonio.
En octubre 1982, las oficinas de la plaza del Callao se trasladaron a la nueva sede del Palacete de María Teresa Laffitte, situado en la calle de Juan Bravo, n.º 6. También se llevó la antigua biblioteca (que llevaba muchos años cerrada) a la sala de juntas. Desde la inauguración. en 1930, hasta 1983, 50 largos años de historia concluyen en uno de los edificios más característicos de Madrid.
De este modo, el antiguo Palacio de la Prensa perdió su condición de sede de la APM y terminó siendo hipotecado durante su gravísima crisis, siendo presidente Lucio del Álamo. Al fin, tras restauraciones sucesivas y alquileres para servicios culturales, sobre todo de exposiciones, presentaciones de libros, etc., se logró salvar varias plantas del edificio que actualmente siguen siendo propiedad de la Asociación.
Sede de una gran biblioteca
El presidente Francos Rodríguez explicó: “Habrá magnífica Biblioteca [...], dispondrán de ejemplares de periódicos del mundo entero, para seguir al día cuanto en él ocurre, y una buena provisión de libros. La Casa de la Prensa [...] tendrá locales para el estudio [...], donde recibir impresiones, preparar trabajos y comunicar con quién desee”.
Biblioteca de Círculo del Palacio de la Prensa, inaugurada en abril de 1930. Foto: Cortés (1930). Fuente. Archivo de la APM
Ubicada ya la Biblioteca de la Prensa, en 1930 se sumó la antigua Biblioteca de Corresponsales y se incorporaron también libros procedentes de aportaciones de editoriales, escritores y periodistas, entre los que destacan Ramón J. Sender, Eduardo Marquina y Armando Palacio Valdés, entre otros. Todos ellos remitían ejemplares para la sección crítica de la Hoja Oficial del Lunes, formando un importante fondo bibliográfico que ha llegado hasta nuestros días. En la Memoria de la APM del año 1943 queda constancia de la intensificación de la demanda de libros, que se aproximaba a los 2000 que se habían prestado ese año, aparte de los consultados en el mismo local de la Biblioteca.
Artistas en la Casa de la Prensa
Entre las personalidades e instituciones destacadas que habitaron la sede de la APM figura Edgar Neville, quien había rodado su primera película Yo quiero que me lleven a Hollywood en el año 1932, en el Palacio de la Prensa.
En las oficinas del edificio se asentaron grandes estudios, como Metro Goldwyn Mayer o Warner Brothers, y talleres de artistas entre los que destacan Delhy Tejero y Pancho Cossío, entre otros. En la decimoquinta planta tuvo su sede el Teatro de la Barraca fundado por Federico García Lorca. En los años de posguerra se instaló en el edificio la redacción de la Hoja Oficial del Lunes, editada por la APM, así como otras publicaciones independientes, entre ellas el semanal Triunfo y la revista satírica La Codorniz. En los años cuarenta abrió en la planta baja el Salón de té Madrigal. Más recientemente, los inquilinos conocidos han sido PSOE Madrid y el diario 20 Minutos.
La apertura de puertas del 7 de octubre permitirá a quien visite este edificio tan emblemático contemplar casi un siglo de historia del periodismo. Esperamos que lo disfruten.
Juan Manuel Bernardo Nieto
Archivo y Biblioteca de la APM
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