Fundada en 1895

Sobre la APM

Historia de la APM de 1895 a 1918

Resumen de la más que centenaria historia de esta institución madrileña nacida en el siglo XIX.

Salón de Actos de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País. Foto: Dolores de Lara/APM. 2006

La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) fue fundada a las 22:00 horas del 31 de mayo de 1895, en el salón de actos de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, por 173 periodistas, entre ellos todos los directores de los periódicos del momento y lo más florido de la profesión periodística de aquellos años. Entre los 173 fundadores de la APM solo hay una mujer: Jesusa Granda, colaboradora del diario "El Globo".

A los cinco meses de su fundación, se creó su primer servicio asistencial, el servicio de médico y farmacia, con la colaboración de seis doctores y cuatro farmacias, que inmediatamente comenzaron a prestar auxilio gratuito a los más de doscientos periodistas que componían en aquellos momentos la entidad. Con el paso del tiempo, la atención médica se convirtió en la auténtica espina dorsal de la institución y en su servicio de mayor prestigio.

Para poder atender los, cada vez más importantes, gastos de médico y farmacia y de socorros, la APM comenzó a organizar actividades teatrales, musicales e incluso deportivas con las que allegar fondos, comenzando con una velada operística en el Teatro Real, presidida por la reina regente María Cristina, que dejó un beneficio neto de 6.437 pesetas de la época. Entre estas actividades recaudatorias, destacó la organización, en 1900, de la primera corrida de toros a beneficio de la Asociación, corrida en la  que participaron los cuatro más brillantes matadores del momento, Luis Mazzantini, Antonio Fuentes, José García "Algabeño" y Ricardo Torres "Bombita", que produjo unos beneficios de casi 30.500 pesetas y que continuó celebrándose, prácticamente sin altibajos, año tras año, hasta convertirse en una fecha tradicional del calendario taurino de la ciudad de Madrid.

Una vez atendidas las necesidades primarias de sus socios, la APM se ocupó también de prestar ayuda a aquellos de sus compañeros que eran objeto de persecución e incluso de prisión por manifestar libremente sus opiniones. Conocidos periodistas y escritores como Alejandro Lerroux y Vicente Blasco Ibáñez recibieron ayuda de la APM para ser puestos en libertad (incluso para facilitarles la huida antes de que fueran apresados) tras ser detenidos por las autoridades, acusados casi siempre de atentar contra la seguridad del Estado con sus escritos.