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Veinte años del asesinato de Ricardo Ortega: el físico nuclear convertido en reportero de guerra incómodo para el poder

07/03/2024

12:23

Escrito por: APM

Reportaje y vídeo de Europa Press, elaborado por Gabriela Pis y Humberto del Horno, en homenaje al periodista Ricardo Ortega, en el 20 aniversario de su asesinato.

Por su interés, con permiso expreso de la agencia de noticias, reproducimos a continuación parte del reportaje y el vídeo de Europa Press, elaborado por Gabriela Pis y Humberto del Horno, en recuerdo al periodista Ricardo Ortega, en el 20 aniversario de su asesinato:

 

Ricardo Ortega nació en Cuenca en 1966. Murió en Haití un día como hoy hace veinte años a consecuencia de un disparo mientras cubría el golpe de Estado contra el presidente Jean-Bertrand Aristide. Aún no se sabe quién le mató.

Su primer contacto profesional con el periodismo fue en Onda Regional de Murcia, sustituyendo por pura casualidad a su compañero de piso, que dejó la radio por la Embajada. Así se convirtió en reportero de emergencia en la antigua URSS, donde había llegado para estudiar Física Nuclear.

Una de los primeros hitos de su exitosa y truncada carrera fue retransmitir y traducir simultáneamente el discurso de dimisión del expresidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, un día de Navidad de 1991.

"Sólo tres medios en España dieron en directo aquel acontecimiento. Una radio, la tele pública y Ricardo Ortega para Onda Regional", recuerda Pepe Rocamora, primera persona en ponerle un micrófono en la mano. "Tenía espíritu periodístico aunque no había estudiado periodismo, y se notaba", relata a Europa Press, asegurando que su reporterismo "ya no existe".

Después continuaría escribiendo crónicas del convulso final del siglo XX desde Rusia en la Agencia EFE, para más tarde convertirse en corresponsal de Antena 3, que había comenzado a emitir de manera regular apenas un año antes.

La periodista Olga Viza celebra la "fortuna" de haber compartido oficio y espacio con él, a quien recuerda como "el más valiente y más adelantado" de la redacción expatriada.

Fue junto a ella con quien Ortega ofreció su primera crónica televisiva. "Me quedé embelesada. Era una persona buena, muy inteligente, con una ironía única. Lo recuerdo constantemente con toda nostalgia", afirma, recordando cómo el conquense "se jugó la vida muchas veces y se enfrentó a todos los poderes".

Corina Miranda, también compañera de Ortega en Antena 3 y ahora en Informativos de Castilla-La Mancha Media, le define como alguien que "no dejaba indiferente a nadie, ni en persona, ni en pantalla". Es recordado por su labor "tanto en la corresponsalía de Moscú como en la de Nueva York", y por sus "excelentes coberturas de guerra" pese a haber llegado a la profesión "por accidente y sin pretenderlo".

Sus crónicas desde Chechenia incomodaron al Kremlin y, después de ocho años como corresponsal en Rusia, en 2000 fue trasladado a Nueva York, donde un año después narró en directo el atentado del 11S. "La otra torre, Ricardo, ¡la otra torre!", le gritaba Matías Prats desde el plató en Madrid mientras 'Joserri' narraba el impacto del segundo avión en la Torre Sur.

El reportero Enric González recuerda sus últimos días y el preludio de su trágico final, marcado por la salida de la corresponsalía de Nueva York para Antena 3. Meses antes de su muerte, "se le retiró del trabajo que estaba haciendo porque no gustaba al gobierno del momento", presidido entonces por José María Aznar y partícipe de la invasión de Irak, con cuya justificación fue muy crítico.

"Llevó muy mal" esta injerencia política, que acabó por retirarle de su puesto después de varios toques de atención. "Cuando haces bien tu trabajo y estás contando una verdad, y quienes están mintiendo te apartan, cabrea", concluye González.

María Rey, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, también recuerda la salida de la corresponsalía neoyorquina como un momento "muy doloroso" y el inicio de un proceso "imparable" de lo que le ocurriría después.

Señala que a Ricardo "no se le podían dar instrucciones porque tenía un criterio por encima de todo lo demás", admitiendo que podía ser "un personaje incómodo para cualquiera de cualquier color político". Era "su forma de estar en la vida" y tenía que ver "con su nivel de compromiso".

De su parte, el presidente de Reporteros Sin Fronteras, Alfonso Bauluz, pone el acento en la precariedad con la que el periodista viajó como freelance a cubrir el golpe de Estado en Haití tras desvincularse contractualmente de Antena 3.

"Era un gran periodista y lo que quería era estar donde estaba la historia, pero no tendría que haber viajado en esas condiciones", asegura antes de recordar un correo electrónico pocas horas antes de su muerte donde Ricardo hablaba de la esterilla donde había dormido esa noche. "Se sabe que el periodista que trabaja para una gran cadena es el que duerme en la cama y el 'freelance' el que duerme en el suelo".

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