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Bibliotecarios de la Junta Directiva: José Montero Alonso, el periodista que amaba los libros

08/07/2022

09:09

Escrito por: APM

José Montero Alonso, bibliotecario de la Junta Directiva de la APM en diferentes épocas: primero, en 1933 y, por segunda vez, en 1954. Fuente: Archivo de la APM.

El 23 de junio de este 2022, se ha celebrado una conferencia sobre José Montero Alonso en el Casino de Madrid. Su hija, Eugenia Montero Padilla, bailarina, escritora y periodista, ha organizado el evento. En esta convocatoria, José Francisco Serrano Oceja, archivero bibliotecario de la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y catedrático de la Universidad CEU-San Pablo, ha destacado la importancia de disponer de “una oportunidad para recuperar la memoria de un maestro de la literatura y el periodismo”. Con este artículo queremos recordar a los que, como él, fueron bibliotecarios de la Junta Directiva que ha tenido la APM a lo largo de la historia, como ya hicimos anteriormente con Ramón de Cárdenas.

José Montero Alonso nació en Santander en 1904. Se trasladó a la capital cuando solo contaba diez años; con su padre, el escritor y poeta salmantino José Montero Iglesias. Estudió Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid, y a los quince años inició su labor en el periodismo, por afición. Sin embargo, la muerte prematura de su padre, cuando él tenía dieciséis años y siendo el mayor de cuatro hermanos, le obligó a trabajar profesionalmente en las revistas La Esfera, Nuevo Mundo y Mundo Gráfico.

Licenciado en Filosofía y Letras, impartió clases de Lengua y Literatura en la Escuela Oficial de Periodismo. El mundo político, literario, artístico y teatral pasó por su pluma. En esa época trató a eminencias como los doctores Gregorio Marañón y Carlos Jiménez Díaz; los literatos Valle-Inclán, García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Gómez de la Serna y los hermanos Machado; el pintor Julio Romero de Torres y los políticos Azaña y Lerroux. En 1939, ingresó en el diario Madrid, donde trabajó como redactor hasta 1971 (desde su fundación hasta su desaparición). Posteriormente, fue director del diario andaluz Sur (1973).

Fue miembro de la APM desde 1925. En el año 1931 se convirtió en vocal delegado de Hacienda y director de la Hoja de Lunes de Madrid, de 1931-1932. También participó en la Comisión de Festejos y como representante de la Asociación en jurado de premios. Estuvo muy vinculado a todas las actividades de la asociación como vicesecretario y en las comisiones de Enseñanza. Por su carácter de profesor de instituto presentó un plan de enseñanza para el que consiguió financiación de la prensa, ayudas estatales y becas de estudio.

En 1993 fue galardonado con el Premio Rodríguez Santamaría de la APM (en la actualidad, Premio APM de Honor), por toda una vida consagrada a la tarea periodística; y, en 1994, esta misma Asociación le entregó la primera Placa de Plata de la Entidad con carácter extraordinario. En el mismo año fue nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad de Madrid.

Recibió la Medalla de Oro de la Asociación en el año 2000, al cumplir 75 años como asociado, todo un récord prácticamente imposible de alcanzar y que para él sí fue posible porque ingresó con 21 años y murió un día antes de cumplir 96. El entonces presidente de la APM, Alejandro Fernández Pombo, destacaba de él “su talante afectuoso, su buen humor permanente, un genio conversador, su concordia habitual, su manera amable, ideal de entender la vida; quizá por eso César de la Lama le ha llamado ‘el último romántico’”.

Por ese interés a la lectura que José Montero manifestaba asistió a la inauguración de la Primera Feria del Libro del año 1933 celebrada en el paseo de Recoletos. El vocal bibliotecario de la APM elaboró ese mismo año un nuevo reglamento para la Biblioteca de la Asociación, según expuso el secretario de la APM, César Jalón. Con la instalación de la Biblioteca en el nuevo local del recién construido Palacio de la Prensa, la APM dispuso de mayor espacio para sus fines. Por esa razón la Junta Directiva propuso a la Asamblea General la adquisición de nuevos libros, que se haría teniendo en cuenta las obras de carácter literario o profesional que pudieran ser útiles para la formación y la cultura de los periodistas.

En la Junta Directiva presidida por Manuel Aznar, Montero Alonso, recién elegido vicesecretario, fue nombrado delegado de la Biblioteca, como ya lo había sido por primera vez en el año 1933. La elección del periodista coincidía con la jubilación del bibliotecario Juan López Núñez en febrero de 1955, después de trabajar 15 años en la Biblioteca. El nuevo delegado amplía sus funciones y se convierte además en el responsable de exposiciones y conciertos. En el año 1956, recibió el primer premio del concurso periodístico de la Feria del Libro por su trabajo “El mensaje de los libros”, publicado en el diario Madrid:

“Acaso, cuando contemplamos los estantes de una biblioteca, nos imaginamos lo que tras aquellos tejuelos palpita de vida lejana y honda: de sueño, de sufrimiento, de alta ambición espiritual duermen en los millares de páginas muchos latidos que un día tuvieron emoción auténtica. Es la palabra del tiempo la que allí se esconde, dispuesta a encenderse y vibrar en cuanto quieran nuestros ojos. Porque una biblioteca, como Víctor Hugo dijo, ‘supone un acto de fe que firman las generaciones sumidas en la oscuridad y es testimonio de la luz futura’. La voz de los libros tiene sus raíces en el ayer y proyecta su sombra y su promesa hasta el mañana”.

José Montero Alonso se propuso conceder la debida importancia y prestigio a la Biblioteca de la Asociación. A tal fin, a través de la Comisión de Cultura y Enseñanzas, el bibliotecario, que la preside, propone la reorganización del citado servicio con arreglo a las normas y reglamento del año 1961. De este modo, la Biblioteca de carácter circulante tendrá un carácter general: libros de pasatiempos y obras de temática variada. Sin embargo, se tratará de que en ella pueda figurar el mayor número posible de publicaciones en torno a temas periodísticos.

Su labor de difusión de la cultura a través de la lectura convierte a José Montero Alonso en un pedagogo que, desde la APM, contagió a los periodistas y asociados su pasión por el conocimiento.

Juan Manuel Bernardo Nieto
Archivo y Biblioteca de la APM

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