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Premio APM al Mejor Periodista del Año

Antonio García Ferreras: ‘El mejor desinfectante que hay en una sociedad es la transparencia’

Antonio Garcia Ferreras
Antonio García Ferreras en la redacción de 'Al rojo vivo'. Foto: Pablo Vázquez / APM

15/06/2018

10:04

Escrito por: Xose Martín

Reconocido por la Asociación de la Prensa de Madrid con el Premio APM al Mejor Periodista del Año 2017.

La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha reconocido a Antonio García Ferreras, director editorial de la cadena de televisión laSexta, con el Premio APM al Mejor Periodista del Año 2017, que distingue la mejor labor periodística durante el último año. A pesar de confesar que nunca aspiró a estar frente a los focos, el presentador y director de Al rojo vivo desde 2011 recibe hoy dicho galardón por su dirección de la cobertura de los acontecimientos relacionados con el conflicto catalán.

Apasionado de su trabajo, García Ferreras defiende la humildad y la indignación frente a las injusticias como parte del ADN del oficio, y asegura que el principal reto para el periodismo es la decencia.

  • ¿Qué supone para usted que la Asociación de la Prensa de Madrid le considere el periodista del año 2017?

Lo interpreto no como un reconocimiento a mi trabajo o a mi pasión por la profesión, sino al trabajo y a la pasión que laSexta mantiene, cada día y desde hace tiempo, por la información. Lo asumo como un premio para todo el equipo de laSexta Noticias.

  • El jurado valoró su dirección de la cobertura en el conflicto catalán e hizo mención al equipo de laSexta. ¿Qué importancia tiene rodearse de un buen equipo en un programa como el suyo?

Los equipos tienen que estar siempre por encima de los egos. El equipo es básico. Sin una complicidad y una vinculación,… Sin ese hilo fundamental que une a las diferentes personas que forman parte de esa redacción, nada sería posible.

  • En una entrevista, usted señalaba que esta profesión requiere de muchísima dignidad ¿A qué se refería?

Esta profesión es mejor de lo que creemos y, a veces, se nos olvida. Tiene dos o tres códigos básicos que la hacen apasionante. Para mí, uno de esos códigos es la humildad. Otro de ellos es la indignación frente a las injusticias, la defensa de la dignidad de los que tienen menos voz o menos fuerza. Para mí, eso es lo que debería de ser parte del ADN del periodismo.

  • ¿De hecho es una de sus principales funciones?

Absolutamente, pero no creo que sea la única: indignación ante la injusticia, conciencia crítica pero con humildad, contar lo que está pasando y ocurre, y trabajar para desvelar lo que los poderes consideran que debe estar oculto. Siempre pienso que el mejor desinfectante que hay en una sociedad es la luz del sol, es decir, la transparencia.

Los rumores, las mentiras y las falsedades han estado siempre presentes en nuestra profesión

  • ¿Y el oficio está cumpliendo su función?

Creo que hay buen periodismo en este país. En todas las épocas hay un periodismo que se adecua a la sociedad en la que está. El periodismo se adecua como un guante a una mano. Ahora hay buenas referencias periodísticas y, como siempre, riesgos, peligros, fakes… pero es el debate de siempre. En este caso, adaptado a un ecosistema distinto. El riesgo de las fake news no es el mismo ahora que en el siglo XIX, pero los rumores, las mentiras y las falsedades han estado siempre presentes en nuestra profesión. Eso es lo que hay que combatir. Evidentemente, ahora con una velocidad distinta porque las redes sociales e internet lo facilitan.

Antonio García Ferreras, durante la entrevista. Foto: Pablo Vázquez / APM

  • A colación con lo que menciona, Fernando González Urbaneja dice en Cuadernos de Periodistas que “El periodismo tiene el reto de poner en valor la verdad”. ¿Es ese el antídoto contra las fake news?

La búsqueda de la verdad, pero siempre practicando la religión del periodismo, que es la decencia. El reto principal para el periodismo es la decencia. Eso es lo que te da con el tiempo la credibilidad.

  • Ante las fake news, ¿cuál es el papel de los periodistas?

Los periodistas son los elementos fundamentales para combatir esas fake news, pero eso lo da tu capacidad de actuar frente a la información y la actualidad. El combate frente a las fake news es el combate que día a día tienen que llevar a cabo los periodistas.

  • ¿Usted es de esos periodistas con una visión catastrofista de la profesión o es de los que consideran que el periodismo vive una nueva edad de oro?

No sabría calificar qué tipo de color define a esta etapa del periodismo. En todas las épocas hay elementos que pueden deslumbrar, de fortaleza, de seriedad, de rigor, de fuerza, y otros mucho más cuestionables. No me gusta dar la sensación de que el periodismo sufriese más que antes y de que es más difícil llevarlo a la práctica. No creo en eso. Creo que esa es la sensación que pueden tener algunos que piensan que, a lo mejor, este ya no es su tiempo. Ahora se hace buen periodismo y también un mal periodismo. Como siempre, pero con un ecosistema distinto y a otras velocidades.

  • ¿Qué le parece que los compañeros de TVE vistan los viernes de negro para reclamar una RTVE plural e imparcial?

Soy un gran defensor de la radiotelevisión pública. Es posible una radiotelevisión pública de calidad. Se ha demostrado. Ahora, de nuevo el poder político intenta utilizar la radiotelevisión pública como su herramienta de combate informativa, pero allí hay profesionales de tal nivel y rigor que más tarde o más temprano esa batalla se ganará.

  • Por sus palabras, ¿considera que se llegará a un acuerdo para renovar RTVE?

Ese es el gran reto de los políticos de este país. Los pactos son fundamentales. De alguna manera, me parecería absurdo y esperpéntico que todos los partidos de este país no se pusiesen de acuerdo en conseguir que España no tuviese una radiotelevisión pública de calidad. Los profesionales y, sobre todo, los ciudadanos de este país no se merecen que los partidos políticos del Congreso no lleguen a un acuerdo para renovar, revitalizar y relanzar la televisión pública.

No me interesa la audiencia si es en base a la crispación

  • Hay quienes ensalzan a laSexta por realizar la labor que debería de hacer el ente público. ¿Está supliendo el papel que debería tener TVE de servicio público?

Antonio García Ferreras. Foto: Pablo Vázquez / APM

No es nuestro papel. Hacemos lo que creemos que tenemos que hacer. Tenemos un concepto de laSexta como televisión que apuesta por el periodismo y la actualidad. No nos planteamos si es lo que tendría que hacer o no la televisión pública. Muchas veces la gente dice “laSexta hace servicio público”. Creo que todos los periodistas intentan hacer un servicio público, estén donde estén. No entramos en si somos los sustitutos de ninguna televisión pública. Lo hacemos porque creemos en ello.

  • Ha conseguido que la gente tenga interés por la información política… Pero hay un sector que critica el tipo de debate crispado.

A lo mejor no ven Al rojo vivo. Estoy de acuerdo. No me gustan los programas de debate político con crispación ni con bronca. Creo que la pasión es aceptable. La emoción, la pasión, el debate, el cruce de opiniones diferentes… Me gusta que, por ejemplo, en Al rojo vivo las opiniones sean muy distintas, que haya planteamientos desde la derecha más liberal al planteamiento más socialdemócrata o de la izquierda más cercana al comunismo. La heterodoxia es fundamental. Es verdad que los tonos, en este tipo de debate, se pueden crispar. Yo me alejo de la crispación, no me gusta, aunque algunas personas digan que esto puede dar audiencia. No me interesa la audiencia si es en base a la crispación. Me interesa la información, las claves, intentar desentrañar por qué pasa lo que pasa.

Son anecdóticos los momentos en los que, a lo mejor, hay una información que no ha podido salir a la luz

  • En un artículo que he leído le definen como un periodista incómodo, combativo e insistente. ¿Se ve reflejado en estos calificativos?

El periodismo crítico es arriesgar. El periodismo no puede tener la sangre del cobarde, eso hace que, a veces, seamos incómodos y que nos situemos en posiciones que, evidentemente, implican que uno no se levanta por la mañana para hacer amigos. Creo en el periodismo con capacidad de incomodar al poder. Cuando hablo del poder no hablo solo del Gobierno, sino de los poderes: financieros, políticos, empresariales, laborales,…

  • ¿Se dejan muchas informaciones en el cajón por imperativos ajenos al propio criterio informativo?

No suele ser habitual. Tiene que ser algo muy especial. A lo largo de mi vida, no creo que haya ningún periodista que haya trabajado en el periodismo de investigación o de revelación –como diría Ignacio Ramonet-, que en algún momento no haya optado por una decisión de no revelar algo por alguna razón. A veces dices: esto daña a una persona innecesariamente. En estos años, estoy viviendo uno de los momentos en los que trabajo con más libertad, pero siempre he trabajado con mucha libertad. Son anecdóticos los momentos en los que a lo mejor hay una información que no ha podido salir a la luz. Creo que todo periodista que ha trabajado en ese tipo de materias, en alguna ocasión, a lo mejor no has podido vencer la batalla de publicarlo. En mi caso, son anecdóticos.

  • ¿Tiene que ver con el sentido de responsabilidad del periodista?

La responsabilidad del periodista es publicarlo, pero, evidentemente, si tienes una información que puede poner en peligro a alguien, ese paso tiene que ser muy meditado y, posiblemente, no deba darse.

  • Cuando era estudiante de Periodismo ¿A qué aspiraba? ¿Tenía algo que ver con lo que está haciendo ahora?

Nunca imaginé que iba a estar presentando un programa político o de actualidad. Nunca fue una de mis obsesiones. Quizás donde más feliz he sido es cuando he tenido que cubrir algún acontecimiento, alguna guerra en Yugoslavia, Ruanda o el desembarco americano de Haití. Es donde me he sentido más plenamente feliz, aunque pueda parecer una contradicción, porque se trata de hechos terribles como la guerra de los Balcanes. Digamos que es donde yo materializaba lo que siempre había deseado cuando estudiaba Periodismo. Salir en la televisión es apasionante y emocionante. La televisión tiene una fuerza y una potencia brutal, pero siempre he preferido la periferia al centro del escenario.

  • ¿Extraña esa etapa de corresponsal?

La viví cuando estuve como director de Informativos en Cadena SER. Fue apasionante y fantástica. Lo que pasa es que, a veces, la vida te sitúa donde nunca habías pensado que ibas a estar. Nunca aspiré a ser el presentador y director de Al rojo vivo. Es más, durante un tiempo me negué a ser la persona que lo presentase, pero fue una obsesión de los entonces responsables de laSexta. Nunca me lo imaginé. No te digo que no me lo pase bien. Me apasiona y es emocionante porque vivo la información, la actualidad y el periodismo de una manera muy pasional. Lo que da equilibrio a mi vida es la pasión y si no, no me interesa. Lo de salir en televisión nunca fue un deseo.

Hay una pauperización del nivel de calidad si el profesional no recibe el sueldo que merece

  • Sobre la precariedad en el oficio, ¿cree que un periodista que apenas cobra malamente 1.000 euros y puede trabajar hasta 10 o 12 horas puede hacer una información de calidad? ¿Qué es lo que está pasando en el sector?

Es difícil. Hay un claro deterioro. La crisis económica ha hecho muchísimo daño. Dices 1.000 euros, pero en algunos casos [esa cantidad] podría ser hasta un lujo. Deberíamos concienciarnos todos. Es fundamental. Hay una pauperización del nivel de calidad si el profesional no recibe el sueldo que merece.

  • ¿Qué solución ve a esta problemática?

Es una reflexión de las empresas. El problema es que las empresas periodísticas han sufrido la crisis, la han notado y los recortes hacen que se note el nivel de calidad y de cantidad de [trabajadores en] las redacciones. El proceso es seguir trabajando para ofrecer la calidad suficiente que te permita tener fuerza en el mercado, pero no nos vamos a engañar: la realidad es que son años muy duros en lo económico y las principales víctimas y los que están en la primera línea sufriendo esos recortes son, en este caso, los profesionales de la información.

  • De algún modo, ¿cree que volverán las condiciones laborales anteriores a la crisis?

Nada volverá a ser como antes, pero tenemos que trabajar para que eso sea así, o incluso mejorarlo.

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1 Comentario

Muy señores míos, la concesión del Premio al mejor periodista del año 2017 al señor Antonio García Ferreras por parte de la APM ha colmado el vaso, yo no puedo seguir perteneciendo a una asociación que premia confundir al espectador no separando la información de la opinión ¿nos hemos vuelto locos? Se premia a un señor que casi todos los días cierra su programa, justo antes de las noticias de La Sexta, con las declaraciones de algún miembro de Podemos, un señor que en los informativos utiliza técnicas del entretenimiento, tanto en la música extra diegética como en la infografía para llegar a la emotividad del telespectador. Un señor que tiene atemorizada a toda la profesión, que a sabiendas de sus atrocidades éticas y profesionales hay empujones para sentarse en sus programas, un señor que practica un periodismo por “colleras” tan bien aprendido en la cadena SER. Me bajo del barco, allá ustedes con su conciencia, pero saben de su rendición a este sujeto y al tipo de periodismo que ha impuesto a la profesión, nos hace falta más capacidad, más rigurosidad y más decencia para recuperar la atención y la credibilidad perdidas. Por estos motivos solicito mi baja desde el día de la fecha de la Asociación de la Prensa de Madrid. Rafael Gómez de Marcos Premio Talento 2014 de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Televisión Asociado nº 20255 Arroyomolinos 19 de junio de 2018