Vicente Vallés: 'Los medios de comunicación tradicionales seguimos siendo la reserva de la información fiable'
La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha galardonado al periodista Vicente Vallés (Madrid, 1963) con el Premio APM al Mejor Periodista del Año 2024, “en reconocimiento a su especial seguimiento de la actualidad, con un tono medido y cercano, que lo ha convertido en una referencia televisiva”. El Jurado valoró la forma en que traslada a los espectadores las noticias “con argumentos, elementos gráficos, testimonios y datos de hemeroteca que ayudan a contextualizar y comprender la trascendencia o el origen de la noticia”.
Apmadrid.es entrevistó al periodista en la sede de los informativos de Antena 3, tan solo media hora antes de que se produjera uno de los sucesos más impactantes de los últimos meses: el apagón que puso a España al borde del caos. Vicente Vallés contestó a todas nuestras preguntas sin saber que poco después, como muchos de sus conciudadanos, iba a tener un día frenético; pero también un día en el que pudo demostrar, una vez más, que cuando se trata de contar lo que está ocurriendo, ningún obstáculo le detiene. Esa misma tarde, y con antelación a su horario habitual, se puso al frente del especial informativo que pudieron ver aquellos espectadores que, poco a poco, iban recuperando la electricidad en sus casas. Porque, como él mismo dice, el derecho a la información “es un derecho de todos los ciudadanos y hay que salvaguardarlo”.
- Ha recibido numerosos premios en su trayectoria periodística; entre ellos, un Premio Ondas en 2016. ¿Cómo valora este premio: que la Asociación de la Prensa de Madrid le considere el mejor periodista del pasado año?
- Cuando se trata de un premio que conceden los propios compañeros de profesión, te sientes muy honrado, por la generosidad de los compañeros y porque se entiende que es un premio muy profesional, específicamente periodístico. Para cualquiera que se dedica a este trabajo es un orgullo recibirlo; y mucho más en este caso, de la mano de los Reyes.
- ¿Cómo prepara un informativo diario como el que presenta en Antena 3? ¿Qué criterios utiliza para seleccionar las noticias más relevantes?
- En un informativo de televisión, que por definición suele ser breve -dura entre media hora y 35 minutos como mucho-, es muy importante el trabajo de selección de las noticias. Todos los días hay miles de noticias en el mundo y en un informativo pueden entrar 20; cuando eres muy generoso, 25. Y sí, le dedicas muy poquito tiempo a cada una, pero es verdad que luego no todas las noticias las tratas igual; tienes que tratar de darle prioridad a unas sobre otras y las que tienen prioridad, normalmente tienen un espacio más largo en el informativo.
Y luego ya se aplican los criterios periodísticos propios de cada cual. Hay algunos que son más o menos generales para cualquiera, digamos que son criterios profesionales; pero una vez que esos criterios ya se han aplicado, entra inevitablemente el criterio profesional particular que tiene el equipo que realiza el informativo, la redacción, el equipo de edición concreto e inevitablemente también la aportación personal del máximo responsable del informativo, que no es solamente quien lo dirige y presenta, sino que luego la estructura es mucho más grande. Hay una dirección de informativos por encima también, de manera que al final es un trabajo de equipo en el que cada cual aporta sus puntos de vista.
Hay que tener en cuenta que nos reunimos 20 o 25 personas todos los días para empezar a elaborar la escaleta del programa. Ocurre muchas veces que alguno de los compañeros hace una propuesta que a mí, que soy el director del informativo, a lo mejor no me resulta interesante y de repente la desecho. Pero veo que todo el mundo empieza a hablar sobre el tema y parece que hay mucho interés; y ahí tienes que saber aceptar que quizá el equivocado en ese momento eres tú y que tiene razón la mayor parte de la gente que está hablando.
Por eso digo que al final es un trabajo en equipo, en el que más allá de las ideas particulares que cada cual pueda tener sobre lo que es o deja de ser noticia, o la importancia que tiene cada noticia, quienes tenemos la responsabilidad final de hacer una escaleta en un informativo de televisión lo hacemos con la aportación del trabajo y de las ideas de mucha gente.
El principal objetivo que debemos tener los periodistas es que, cuando acabes de explicarle las noticias, la gente entienda lo que ha pasado
- ¿Cuál es su objetivo principal, lo que le gustaría que quedara en el espectador cuando transmite una noticia?
- Creo que el principal objetivo que debemos tener los periodistas es que la gente que nos vea, que nos lea o que nos escuche, cuando acabes de explicarle las noticias, entienda lo que ha pasado. Como es natural, la gente normal no está todo el día pendiente de las noticias ni se pasa la vida analizando las cosas que ocurren, porque están en su vida. Sí pueden tener interés por conocer las noticias en un momento del día. En nuestro caso, a las 9 de la noche, hay un sector de espectadores que vienen a vernos para que les contemos lo que ha pasado ese día y tenemos que ser capaces de que entiendan. No solamente que les arrojemos los titulares, sino que seamos capaces de hacerles entender por qué esto es importante, por qué esto ha ocurrido y qué consecuencias va a tener.
Esto es lo que considero que es el trabajo real del periodista: poner en contexto las noticias y analizarlas, explicarlas, para que la gente pueda tener la comprensión profunda de lo que ha pasado; y luego, por supuesto, tomar sus libres decisiones. Que, por suerte, en una sociedad democrática, tenemos esa posibilidad.
- En un momento como este de gran polarización política, incluso también de polarización en el mundo periodístico, ¿es difícil mantener el equilibrio, no dejarse arrastrar?
- Yo creo que, al menos, en la redacción de Antena 3 hemos conseguido, a base de mucho esfuerzo y trabajo, convertirnos en una referencia informativa. Y eso da mucha fuerza a la compañía en la que trabajas y también a la redacción dentro de esa compañía. De manera que creo que hemos ganado una credibilidad por nuestra forma de trabajar que nos permite seguir trabajando de esa forma.
Todos los protagonistas de la información tienen interés en que se hable bien de ellos, no de que se hable mal, pero las noticias son las que son. Nosotros intentamos -y creo que los compañeros de los demás medios intentan hacer lo mismo- contar las noticias lo mejor que podemos, tratando de explicarlas de la mejor forma posible.
- Con ese exceso de información que nos llega por multitud de canales, sobre todo por las redes sociales, y que produce confusión en el ciudadano, ¿cómo podemos hacer valer nuestro trabajo, hacer que confíen en nosotros como profesionales?
- Yo creo que en este tiempo en el que se habla mucho de desinformación, porque hay mucha desinformación, es precisamente cuando la información es más importante.
Y creo que más allá de que, efectivamente, ahora circulan muchas noticias reales y también muchas “noticias falsas” por muchos lugares, a través de las redes sociales y demás, es el momento en el que al menos un sector de la población en las sociedades democráticas quiere seguir sintiéndose bien informada. Y aunque tengan acceso a todos esos canales por los que llegan noticias de verdad y noticias que no lo son tanto, siempre hay lugares a los que acudir para mostrar tu confianza en que lo que te están contando se acerca a la verdad. Y creo que en algunos aspectos esa reserva la mantienen los medios de comunicación tradicionales.
Más allá de la línea informativa que tenga cada uno, las cosas que pasan se pueden contar de muchas maneras, pero siempre sobre la base de los datos ciertos. Eso es lo que define precisamente a los medios de comunicación tradicionales, que creo que seguimos siendo la reserva de la información fiable.
Creo que una parte especialmente interesante de nuestro trabajo es la aportación de creatividad
- ¿En qué medida condiciona la audiencia? ¿Cómo vive la competencia con los demás informativos?
- Bueno, inevitablemente vivimos en un ámbito profesional de mucha competición, de mucha competitividad, y tratamos lógicamente de ser los que más audiencia tienen. Y ahora, de momento, lo conseguimos, y también los informativos más vistos desde hace ya mucho tiempo; pero hemos vivido tiempos en los que no era así. Todos los periódicos se hacen para que la gente lea más este que el otro, las emisoras de radio pelean para ser más escuchadas y nosotros igual: intentamos ser la cadena que más se ve. Lo que pasa es que estos son periodos. Yo he vivido épocas mucho peores que esta, y sé lo duro que es enfrentarse a las audiencias todas las mañanas, estando por detrás y viendo que no eres capaz de avanzar hasta que de repente ocurre, por lo que sea.
- Supongo que a veces ni se sabe por qué.
- No, muchas veces no. Hay veces que puedes intuir: quizá ha pasado esto, o gracias a que hemos hecho esto otro, hemos mejorado, pero no siempre es fácil. Y a veces te encuentras con que las cosas van mal y no sabes por qué, y de repente van bien y no sabes por qué tampoco. Pero bueno, de momento van bien y estamos muy contentos porque sea así. Sí que creo que hay un criterio en esto muy importante: por un lado, tú tienes que pelear por que tu informativo sea el más visto; pero, por otro, y sin que se crucen las dos cosas, tienes que intentar hacer el mejor informativo posible. Cuando éramos los que menos audiencia teníamos, también intentábamos hacer el mejor informativo posible, porque es tu responsabilidad, al margen de que te vaya a ver más o menos gente. Esos dos elementos siempre los tenemos en la cabeza, en el espíritu de trabajo: intentar ser los más vistos y también intentar ser los mejores. En eso trabajamos. Hay veces que nos sale un informativo muy bueno y salimos muy contentos. Hay veces que nos sale un informativo peor y no salimos nada contentos.
- ¿Está muy pendiente del share a la mañana siguiente?
- Sí, lógicamente, es parte de nuestro trabajo. Lo que pasa es que no siempre coincide. Hay veces que crees que hemos hecho un buen informativo y luego ves la audiencia y no se compadece con lo que tú crees que ha salido en el informativo. En cambio, hay veces que has hecho un informativo muy malo y has tenido muy buena audiencia.
- ¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo como periodista?
- Creo que una parte especialmente interesante de nuestro trabajo es la aportación de creatividad. Las noticias fundamentales las vamos a contar todos, en todas las cadenas de televisión, en todos los periódicos, en todas las radios, pero vamos a intentar contarla mejor y vamos a intentar aportar algo más de perspectiva, aportar determinados gráficos que puedan explicar mejor las cosas. Vamos a hacer una conexión con “no sé dónde” o una entrevista con “no sé quién" que nos pueda aportar un extra que no van a aportar los demás. Cuando lo conseguimos, que no siempre es fácil, pero de vez en cuando sí lo consigues, te sientes satisfecho de que haya sido así. También los compañeros lo consiguen contra ti. Muchas veces haces el informativo, crees que lo has hecho bien, pero ves el del otro y dices: “Bueno, nos han ganado, definitivamente hoy lo han hecho mucho mejor”.
Entonces, la parte que nosotros podemos aportar es la parte creativa, de ver cómo vamos a contarlo de una manera distinta, no sólo por diferenciarse, sino distinta para ser mejor, aportando un valor especial que no aporten otros.
La función social que cumple el periodismo es la misma ahora que cuando nació
- ¿Hay alguna cobertura, alguna noticia que le haya marcado especialmente en todos estos años de profesión?
- Bueno, ya soy muy mayor, ya he hecho muchas, pero quizá la de mayor impacto personal fue el 11M, porque más allá del trabajo periodístico -que lógicamente es una noticia tremenda y de primera categoría-, yo vivía en la calle Téllez, a 50 metros de donde estalló uno de los trenes, y estaba en casa en ese momento. Estábamos preparándonos para salir y llevar a los niños al colegio y escuché la explosión. Tembló el edificio entero como si hubiera sido un pequeño terremoto. Pensábamos que había sido una explosión de gas de algún vecino; de hecho, todos los vecinos salimos a la ventana.
- Lo vivió en primera línea entonces.
- Sí, sí, era en torno a las siete y pico de la mañana, y salimos todos a la ventana buscando el piso que había estallado. Y no había ningún piso que hubiera estallado. Desde mi ventana no se veían las vías, pero los vecinos que las tenían justo enfrente fueron los que nos avisaron a los demás, a los que las teníamos de espaldas. Nos dijeron: “Ha estallado un tren”. Fuimos a la casa de nuestro vecino y vimos ya a la gente que estaba intentando salir, los que sobrevivieron, como podían, convulsos, dando tumbos de un lado para otro, afectados por la explosión todavía. Era una noticia importantísima, seguramente una de las más graves y, por tanto, importantes que he tenido que contar en mi vida; pero, además, ocurrió al lado de mi casa y eso te afecta de especial manera.
- Ha moderado cuatro debates electorales claves para el país. ¿Cómo recuerda estos momentos en su carrera?
- Han sido experiencias interesantes. Quizá fue más especial el primero, por eso mismo, por la novedad. Los demás han sido más repetitivos. Además, no fue solamente el primero para nosotros, fue el primero en España entre cuatro candidatos, el primer debate a cuatro que hubo para unas elecciones generales. Y bueno, fue una experiencia que creo que cualquier periodista quiere vivir, al menos una vez.
Por poner una comparativa para los que somos aficionados al fútbol, me hubiera gustado jugar un partido en primera división, aunque solo fuera uno en mi vida, para ver cómo se siente eso, ¿no? Y tuve la ocasión de hacerlo. Yo creo que ya he cumplido, y que he hecho más debates de los que hubiera querido.
- En estos 30 años de oficio, han cambiado mucho los formatos de los telediarios y la manera de presentarlos. ¿Ha cambiado también su manera de entender el periodismo?
- No, creo que no. Pienso que el periodismo sigue siendo lo de siempre. Lo único que ahora, con unas circunstancias diferentes, con una competencia de nuevos medios -aunque no me guste aplicar la palabra medios, por ejemplo, para las redes sociales-; pero bueno, llamémoslas así, para entendernos. Hay nuevos medios que participan en la comunicación social, algunas veces para bien y otras veces para mal, y sabemos que eso está ahí, que eso no se va a ir. De hecho, seguramente en los próximos años habrá más, porque la tecnología va creando novedades. Hace diez años nunca hubiéramos pensado en la influencia que ha llegado a tener Twitter, por ejemplo, en la política mundial. Esto es una evidencia; y cualquier día aparecerá otra cosa, que se llamará lo que se llame y que tendrá una influencia que ahora no podemos prever. De manera que eso siempre va a estar ahí y va a haber más.
No obstante, creo que la función social que cumple el periodismo es la misma ahora que cuando nació y esa parte es la que debemos salvaguardar, los periodistas desde luego, pero también la sociedad en general, porque el trabajo de contar las noticias no es una cosa solamente de los periodistas, es un derecho de los ciudadanos: que haya un grupo de personas, que somos los periodistas, que les contamos las cosas y se las explicamos. Y creo que eso es un derecho. El derecho a la información no es un derecho de los periodistas, es un derecho de las sociedades democráticas, y hay que salvaguardarlo.
- Como periodista con gran audiencia, supongo que recibirá presiones. ¿Cómo las gestiona?
- Sí, pero ahora mismo eso que llaman presiones no creas que llegan tanto del poder político como de abajo, de las redes sociales muchas veces. Y hay quien se ha dejado llevar y sufre mucho con eso. Cuando se organizan campañas, no es algo que te apetezca que ocurra, si bien es verdad que, igual que nos hemos acostumbrado a la influencia que tienen esos nuevos medios, también nos hemos acostumbrado a las presiones que llegan de esos medios para que no nos afecten. Yo, que soy muy mayor, cubrí durante un tiempo la presidencia de Felipe González, y algunas veces en las que a él le pasaban estas cosas, decía esta frase: “Constato que no me afecta”. Pues yo lo mismo: “Constato que no me afecta”.
- Ha trabajado en TVE, Telemadrid, Telecinco y Antena 3, en cadenas públicas y privadas. ¿Se trabaja de modo distinto para unas que para otras?
- Son empresas diferentes, que teóricamente deben tener diferentes expectativas y funciones; pero, al menos en mi caso, no ha habido grandes diferencias en el trabajo entre unas y otras. Quizá otros compañeros tengan una experiencia distinta, no puedo hablar en nombre de todos, hablo solamente en el mío. En mi caso he tenido la suerte de poder trabajar con libertad en todos los sitios.
- ¿Lleva bien el estrés generado por el trabajo?
- Sí, lo intento llevar bien. Pero como todo el mundo, hay días concretos que, por lo que sea, son más estresantes, porque pasan muchas cosas muy importantes y te cuesta más discernir por dónde vamos a ir o a qué le vamos a dedicar más tiempo, y se junta todo a la vez. Especialmente, cuando se junta todo a la vez en la última fase previa al informativo. Así que, de repente, una tarde pasa una cosa a las seis, otra a las siete, otra a las ocho y otra a las nueve, y tienes que trabajar con mucha rapidez, ver los recursos de los que dispones para poner o quitar cosas y tomar decisiones muy rápidamente. Eso es un poco más estresante, pero son días concretos.
He trabajado en informativos de todos los horarios posibles, y este es un poco más llevadero desde el punto de vista del estrés, por ejemplo, que el del mediodía. He trabajado cinco años en el de las tres, como ahora trabaja Sandra [Golpe], y ahí sí que es todo mucho más estresante, porque lo raro es que haya un día en el que no pase algo a partir de la una. Entre la una y las tres siempre pasa algo. Pero en el caso del informativo de la noche, salvo algunos días concretos, dispones de un poco más de tiempo para poder reflexionar sobre lo que vas a contar y cómo lo vas a hacer, y aportar esa parte de contexto a las noticias, que creo que es la parte más importante y la más periodística además.
He tenido la suerte de poder trabajar con libertad en todos los sitios
- Ya para terminar, además de su trabajo como periodista, también ha escrito tres libros, el último de ficción. ¿Cómo compagina estas dos actividades? ¿Es fácil desconectar?
- He publicado tres, sí, y a finales de este año publicaré el cuarto. Los dos primeros fueron ensayos y estos dos últimos son de ficción, son novelas de espionaje.
No es que se pueda desconectar es que, en realidad, esto me sirve para desconectar. Y si somos más precisos, me sirve para conectar la realidad con lo que no lo es tanto. Al final, en todos los libros que he escrito hay mucho de mi experiencia como periodista. Describo lugares y acontecimientos que he vivido; en algunos casos, como en los ensayos, simplemente para describirlos como algo que ocurrió. Y en el caso de las novelas, los escenarios, sean físicos o sean históricos, los he vivido también.
La verdad es que me lo paso muy bien escribiendo. Aprendo mucho, porque al margen de lo que aportas tú a los libros, para escribirlos tienes que investigar y encuentras cosas que no sabías o detalles que no conocías. También hay personajes o historias que te habían pasado inadvertidos y que dices: “Esta gente o esto que pasó qué interesante es”. Me permite no desconectar, sino más bien conectar la realidad con otras cosas.
- Es otra forma de vivir su profesión, quizá más pausada.
- Sí, bueno, yo duermo con el móvil no muy lejos de la cama, ya que cualquier día te tienen que llamar a las tres de la madrugada porque ha habido una noticia y te tienes que ir a algún sitio. Eso es parte del trabajo, es inevitable. Pero no lo vivo con angustia ni con estrés.
Me pasa igual, por ejemplo, cuando estoy de vacaciones: a diferencia de la época de trabajo, no estoy pendiente de lo que pasa a cada minuto del día, si bien nunca desconecto del todo. Una de las cosas que a mí me gustan en vacaciones, por ejemplo, es leer los periódicos tranquilamente. En un día de trabajo tengo que ir pasando las páginas y me detengo solo en algunas cosas que me interesan especialmente, para leerlas con más detenimiento. En cambio, en vacaciones no tengo prisa y, tranquilamente, voy pasando las páginas. Yo recibo los periódicos en digital, pero muchas veces los compro en papel para disfrutar de los viejos tiempos y recrearme un poquito en la lectura de los periódicos con calma. Y luego tengo en el móvil las alertas de los medios, que cada vez que pasa algo salta una. Cuando estoy de vacaciones, eso no quiero quitarlo. Si pasa algo, quiero saberlo; si ha habido una noticia importante, quiero conocerla. No me genera estrés esa parte de la conexión más o menos permanente. Lo que sí me tranquiliza en vacaciones es no tener que estar todo el día pensando en cómo voy a hacer el informativo esa noche. Eso me libera mucho.
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