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ENTREVISTA AL PREMIO APM AL PERIODISTA JOVEN DEL AÑO

Irene Dorta: ‘El periodismo de investigación requiere tiempo y sacar a los periodistas del carril para ponerlos a investigar temas en profundidad’

15/04/2025

12:34

Escrito por: María Jesús García

Entrevista a la periodista reconocida con el Premio APM al Periodista Joven del Año 2024, en reconocimiento a su trabajo y a su prometedora carrera.

Irene Dorta, Premio APM al Periodista Joven del Año. Foto: María Jesús García / APM

No es fácil manejarse en el intrincado mundo judicial, desenvolverse bien entre fiscales, abogados y jueces, pero Irene Dorta lo consigue. Pese a su juventud, ha aprendido a encontrar la clave de una información entre las densas páginas de un sumario o a acceder a las fuentes necesarias para lograr explicar a los lectores el entramado de un importante caso de corrupción.

Estima que “los directores de los periódicos quieren periodismo de investigación, pero no apuestan por un periodismo de investigación de verdad”, una apuesta afirme, permitiendo que los periodistas dediquen el tiempo necesario a documentarse e investigar. “Estamos muy metidos en el tema diario y en la inmediatez de todo y se nos quedan muchos flecos por el camino”, asegura.

“Toda esa labor previa a la publicación, la del trabajo con la fuente, la disfruto mucho”, nos cuenta la joven periodista, quien recibió a Apmadrid.es en la sede del diario El Independiente, en el que cada día trata de hacer ese trabajo con el que “se siente feliz” y “con muchas ganas de seguir creciendo”.

 

- ¿Imaginaba un reconocimiento profesional a una edad tan temprana, antes de cumplir los 30 años?

- Ni siquiera imaginaba ganar un premio. Para mí era como una especie de sueño. Y ganarlo a la periodista joven con menos de 30 años es, desde luego, un orgullo, un motivo de satisfacción y también un chute de energía para seguir trabajando, pensando que el trabajo se ve y, a veces, tiene su recompensa.

- ¿Cuándo descubrió su vocación periodística?

- Pues realmente no fue una vocación que tuviera desde siempre. No sabía muy bien qué estudiar; pero mi padre me decía que, si la carrera se estudiaba en Tenerife, tenía que quedarme en Tenerife. Lo único que tenía claro es que quería salir. Así que busqué algo que no estuviera allí, además de que me gustara, y elegí Comunicación Audiovisual. Luego, en cuarto, tuve la suerte de hacer unas prácticas en Televisión Canaria que fueron decisivas.

- ¿Por qué lo fueron?

- Porque yo las quería en realización, pero me pusieron en redacción, y entonces me di cuenta de que me fascinaba estar allí. Todos los días salíamos a la calle, cada día cubría la noticia de algo nuevo: un día, una ballena varada en el muelle; otro, un taller de artesanía… siempre cosas diferentes y, además, conociendo a gente distinta. No era como estar detrás de las pantallas, donde imaginaba que me podía gustar más.

Así que ahí decidí que quería enfocarme hacia el periodismo, quería estar en redacción y fue cuando pensé en hacer el Máster de Periodismo de El País. Ahora creo que, en el fondo de mí, siempre ha estado esa parte que tenía que descubrir.

Desde chiquitita siempre he sido ‘la que buscaba la justicia’

Irene Dorta, en un momento de la entrevista en la sede de 'El Independiente'. Foto: María Jesús García / APM

- También estuvo después en la SER, en El Confidencial Digital, en La Razón y ahora en El Independiente. En poco tiempo ha pasado por diferentes medios. ¿Qué le ha enseñado cada uno?

- Creo que ahora eso es también sintomático de mi generación. Antes la gente entraba a la profesión y hacía carrera en un medio, ahora es más difícil. Es complicado entrar, pero también hay más movimientos. Existe todo un mundo digital en el que hay muchos fichajes y muchos cambios. Es verdad que he estado muy poquito en muchos sitios, si bien he tenido la suerte de hacer radio, que ha sido una experiencia chulísima, de hacer tele también y trabajar en medios escritos, tanto en papel como digital. Tengo todos esos campos en la cabeza, aunque creo que lo que más me gusta es el periodismo escrito, porque se tiene la oportunidad de profundizar más en los temas. Pero también me fascina la radio y la televisión. O sea, que realmente me encanta todo.

- Se ha especializado en tribunales y temas judiciales. ¿Qué le atrae de esta área del periodismo?

- Bueno, desde chiquitita siempre he sido “la que buscaba la justicia”. Viví también en mi colegio un caso de abuso que fue muy mediático. Siempre me ha apasionado el Derecho; pero, como he dicho, no lo estudié porque estaba en Tenerife y me quería ir, así que tenía esa carrera un poco frustrada. Luego, cuando empecé a hacer periodismo y sobre todo cuando entré en la SER, encontré un equipo de Tribunales muy chulo, y me di cuenta de que me gustaba mucho. Así que, cuando salió el puesto en El Confidencial Digital -un medio muy chiquitito, pero que me permitía enfocarme en lo que quería hacer-, decidí unir ahí mis dos pasiones, que eran el periodismo y los tribunales. Y la verdad es que estoy encantada de haber podido unificar las dos preferencias.

Decidí unir mis dos pasiones: el periodismo y los tribunales

 - El Jurado le ha premiado por "su especial estilo al trasladar a los lectores temas complejos de tribunales de manera didáctica y alejada del enrevesado lenguaje judicial”. ¿Cómo prepara la información para hacerla comprensible al público?

- Creo que primero hice un trabajo muy grande, fundamental, de entender todo: cuando empecé en tribunales, apenas sabía la diferencia entre el Tribunal Constitucional y el Supremo. Me acuerdo de que me hice un corcho en la pared con todos los magistrados, las salas… todo. Y una vez que ya lo entiendes, eres capaz de simplificarlo y trasladarlo. También eso lo aprendí en el Máster de El País, porque normalmente los periodistas intentamos hacer ver que sabemos mucho y con un lenguaje enrevesado, y es lo contrario. Cuanto más sabes, más puedes simplificar las cosas, puesto que controlas lo que estás diciendo.

Mi intención es que la gente entienda de lo que estoy hablando y eso en tribunales es difícil. Evito utilizar la palabra “auto”, que hay mucha gente que no entiende lo que es, y digo “el escrito del juez”. O intento explicar, por ejemplo, cómo la fiscalía es jerárquica. O sea, tener mucho contexto para poder entender lo que ocurre y alejarme del lenguaje judicial puro y duro. Evito también las siglas, que a veces ponemos muchas que la gente no entiende. Hago un esfuerzo pedagógico, porque primero he de entenderlo yo y, una vez entendido, saberlo transmitir.

Irene Dorta. Foto: María Jesús García / APM

 - ¿Cuál es a su juicio la cualidad más importante que debe tener un periodista que se quiera especializar en tribunales?

- Pues te diría que, lo primero, le tiene que gustar; porque si no, puede ser horrible el camino. Y lo segundo, ha de tener también una habilidad social importante, pues en el periodismo de tribunales las fuentes son fundamentales. En el periodismo político, por ejemplo, los políticos normalmente quieren hablar, ya sea en on o en off; en cambio, en tribunales no. Lo que te sueles encontrar es que ni el juez ni el fiscal quieren hablar y, si me apuras, el abogado tampoco. Entonces debes tener la habilidad de ir haciendo fuentes, irte ganando el respeto de los jueces, abogados, policías; y, a partir de ahí, se empiezan a abrir las puertas, empiezas a tener documentos y empiezas a tener todo. Pero es muy importante la habilidad social y poder ir ganando la confianza de un juez al que no le interesa hablar por motivos evidentes.

Cuanto más sabes, más puedes simplificar las cosas, porque controlas lo que estás diciendo

- ¿Cree entonces que los periodistas de tribunales lo tienen más difícil a la hora de conseguir información?

- Yo creo que sí. Tengo compañeros maravillosos, pero somos pocos. Estamos muy especializados y también cotizados en el mercado, porque realmente cuesta encontrar a alguien que le apetezca, que tenga las ganas, que tenga las fuentes y que las entienda. Y todo eso hace que sea un poco más difícil que otro tipo de periodismo. Con eso no quiero decir que sea el más difícil, pero sí creo que es un área especializada que lleva mucho trabajo.

- ¿Hay alguna exclusiva de la que se sienta orgullosa o alguna otra noticia que haya sido relevante para usted?

- Pues mira, por ejemplo, lo que dimos en El Independiente hace unas semanas, que la Fiscalía Anticorrupción estaba investigando a Vox por financiación irregular; eso me costó un fin de semana de nervios, porque no quería que nos lo pisaran. También hemos contado bastantes cosas sobre el caso del fiscal general del Estado: contamos cuando el fiscal general recusó a los magistrados del Tribunal Supremo. Y también la entrevista que le hicimos al hacker Alcasec.

Me gusta mucho profundizar en asuntos. Por ejemplo, también hemos trabajado mucho sobre el caso Cuarteles, y ahora hemos conseguido entrevistar a uno de los coroneles que fue depuesto por Marlaska. En este trabajo se trata de seguir el caso durante mucho tiempo y casi siempre termina dando sus frutos.

Las fuentes son fundamentales en el periodismo de tribunales, por lo que el periodista ha de tener también una habilidad social importante

 - Formó parte del equipo de investigación de la docuserie de Netflix (P)ícaro: el pequeño Nicolás. ¿Cómo vivió esa experiencia?

- Fue también una experiencia muy chula, porque además costó mucho. Contactó conmigo Tomás Ocaña, que era el director y estaba recién llegado a España. Fue un primer contacto para ver si me apetecía, pero luego eso se quedó en un cajón por temas de derechos y demás. Y hasta tres años después no me volvió a llamar. Pero creo que ese tiempo fue muy útil, pues en ese periodo yo crecí mucho. La Irene que hubiera podido empezar en ese documental y la que luego lo hizo era distinta, más madura, aporté muchas más fuentes de las que hubiera tenido en aquel momento y más experiencia. Fue muy enriquecedor, ya que te permite trabajar en un tema durante cinco meses. Yo lo compaginaba con el periódico, pero luego me iba a casa y me metía en el tema del pequeño Nicolás. Así, puedes profundizar mucho más, hilar muchas más cosas que en el día a día, que no se puede, porque siempre vamos corriendo.

- ¿Lo llegó a conocer?

- Sí, sí. Lo entrevistamos varias veces y lo conocimos. Y todavía hoy me llevo bien con él. El equipo fue increíble y conseguimos entrevistar a mucha gente, y llegar a conclusiones muy profundas que de otra forma no hubiéramos podido llegar. Me llevé además la experiencia de trabajar con una productora y con Netflix, y de saber trasladar ese lenguaje a la tele, simplificándolo mucho igualmente, para que la gente no se perdiera entre tantos personajes.

 - Ha hecho reportajes de investigación sobre narcos o capos de la droga. ¿En algún momento ha tenido algún problema o ha temido que supusiera algún riesgo para usted? ¿Algún aviso de “no te metas en esto”?

- Los temas de narcotráfico me encantan, es como una debilidad para mí. Cuando tengo un ratito, intento cuidar las fuentes de esa área. Y sí que, por ejemplo, hace poco, en el caso del policía de la UDEF -que se encontraron casi 20 millones de euros en la pared y demás-, supe por una fuente que detrás de esto estaba el Tigre, un narcotraficante de quien ahora se está hablando mucho, que vive en Dubái; y recuerdo que una fuente me dijo: “Cuidado con el Tigre, que muerde”. Pero son frases, realmente yo creo que no corro peligro físico, ni aquí ni fuera, me atrevería a decir. Pero son fuentes que dan respeto a la hora de escribir sobre ellas. Desde luego, hay que cuidar más los detalles y poner siempre el “presunto” delante y todo este tipo de cosas, sí.

- ¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo diario? ¿Y cuál es la mayor dificultad?

- Lo que más me gusta es mantener ese contacto con las fuentes y el acceso privilegiado a determinada información que luego trasladamos, poder hablar con un magistrado sobre algún asunto y que me explique por qué han tomado esa decisión y cómo han llegado a esa conclusión y qué han hecho. Descubrir una fuente nueva que de repente te cuenta una información que luego puedes trabajar, o poner en contacto a una persona -que a veces también ocurre- que quiere denunciar un caso de corrupción con la propia fiscalía y que de ahí surja alguna información. Toda esa labor previa a la publicación, la del trabajo con la fuente, la disfruto mucho.

Irene Dorta, bajo el rótulo del periódico para el que trabaja. Foto: María Jesús García / APM

 - ¿Cree que el periodismo de investigación en España cuenta con el apoyo necesario?

- Yo creo que sí, que el periodismo de investigación en España se valora mucho, porque es verdad que las noticias que sacan algunos compañeros de El Confidencial o de ABC de investigación son muy valoradas. Lo que pasa es que los directores de los periódicos quieren periodismo de investigación, pero no apuestan por un periodismo de investigación de verdad, que requiere tiempo y sacar a esos periodistas del carril para ponerlos a investigar temas en profundidad. Estamos muy metidos en el tema diario y en la inmediatez de todo y se nos quedan muchos flecos por el camino.

 - En pocos medios hay un equipo de investigación dedicado únicamente a esta función.

- Es que no existe. Ni siquiera en los medios más potentes. Tengo un amigo que trabaja para el New York Times y me da mucha envidia, porque tienen recursos y puede pasarse a lo mejor tres meses haciendo una investigación y luego terminan publicando algo muy gordo. Pero, claro, han estado trabajando tres meses, se han ido de viaje, han vuelto, han accedido a información, pues tienen medios para acceder a ella. Creo que en este sentido sí que en el periodismo español falta un poco de trabajo de los directores y de los que mandan, de saber que ese periodismo de calidad cuesta y que hay que invertir en ello para poder tener de verdad información de calidad y no del día a día, que es en lo que estamos todos.

La IA nunca va a poder hacer este trabajo de fuentes, ganarse la confianza del magistrado o del Tribunal Supremo de turno.

- Y si estuviera a su alcance, ¿qué propondría?

- Está claro que hay una crisis de cómo la gente lee y de cómo la gente se informa y a lo mejor hay que repensar un poco el modelo tradicional, de medio tradicional. No sé, desde luego, yo no tengo la llave maestra ni la fórmula acertada, pero sí creo que hay que repensar y hay que destinar recursos a ello, quitándoselos a otras cosas que realmente no están trayendo dinero. Intentar distribuir la economía de manera que se apueste más por equipos formados y de investigación.

- ¿La inteligencia artificial puede ayudarnos en la tarea periodística? ¿O es una amenaza para nuestra profesión?

- Yo creo que sí, quiero ser optimista. Creo que va a quitar trabajo, pero el trabajo más mecánico, y eso me parece hasta positivo, porque ningún periodista quiere salir de la carrera para sentarse en una mesa a volcar teletipos. Si eso lo puede hacer la inteligencia artificial, el periodista podrá dedicarse a otra labor más periodística. Pero la inteligencia artificial nunca va a poder hacer este trabajo de fuentes que comentábamos, ganarse la confianza del magistrado o del Tribunal Supremo de turno.

También creo que, por mucho que pases por un procesador un sumario entero, no se va a llegar al nivel de detalle y de hilar todo lo que un periodista puede hacer por sus conocimientos previos; por su conocimiento, incluso, de la idiosincrasia española, de la importancia de determinados cargos. Puede ayudarnos, por ejemplo, a sacar todos los números de teléfono que hay en el sumario y que no haya que hacer una labor manual, que es lo que hacemos ahora, de ir página por página durante muchas horas. No podemos dar la espalda a la inteligencia artificial, es una realidad y creo que lo que tenemos que hacer es utilizarla a nuestro favor. Debemos implementarla para intentar que mejore la calidad de nuestro trabajo también.

- ¿Y las redes sociales? ¿Las utiliza para su labor diaria?

- Tampoco quiero vivir de espaldas a las redes sociales. Creo que son útiles, a veces como altavoz para conseguir fuentes de información; a veces escribo a alguien que está en redes sociales si lo necesito para algún tipo de consulta. Y son útiles también para unir a determinadas personas. Aunque me parece peligroso informarse exclusivamente por ahí.

También creo que los medios tenemos que hacer la reflexión de qué estamos haciendo mal en las redes, hacer autocrítica. Porque si mi hermana pequeña sólo se informa o ve TikTok, pues a lo mejor hay que pensar cómo llegar a esa gente que ya no va a abrir un periódico.

Hay que pensar nuevas narrativas y acoplarse a los nuevos sistemas, pero no irse de ahí, ya que dejar el hueco para que lo copen solamente los que quieren desinformar me parece un error. Creo que el sistema está cambiando y tenemos que ir viendo cómo nos adaptamos a ese cambio, sin darle la espalda; porque si no, lo que hacemos es generar esos huecos de desinformación a los que las nuevas generaciones están llegando, sin tener vínculos con ellos.

Es importante que cada periodista se haga su perfil propio de credibilidad

- ¿Cree que, a pesar de todo, el periodista sigue y seguirá siendo útil?

- Yo creo que sí. Mira, en la Escuela de Periodismo de El País vino a darnos una ponencia Iñaki Gabilondo y dijo una frase de la que me acordaré siempre: “En época de inundaciones, lo que escasea es el agua potable”. Ahora hay tanto volumen de información, tantos medios, que la gente no sabe qué creerse, a qué agarrarse. Pero creo que ahora, más que nunca, es importante que cada periodista se haga su propio perfil de credibilidad, que es lo que yo intento cada día desde mi profunda humildad, que la gente pueda fiarse de lo que estoy contando. Y aunque ahora parezca que no sirve para nada, creo que a largo plazo sí que va a ser útil y se va a valorar mucho sobresalir por tu experiencia, por tu trabajo, porque lo veo a mi alrededor. Mucha gente me pregunta: “¿De qué medio me puedo fiar? ¿Qué tengo que leer?”. La gente quiere saber de qué se puede fiar.

Por eso, creo que el trabajo del periodista es intentar ganarse ese hueco de credibilidad y seguir luchando por el periodismo, que ahora es más importante que nunca, precisamente porque hay más bulos que nunca.

- Y ya para terminar, ¿cuál es su aspiración profesional? ¿Qué le gustaría hacer en los próximos años?

- La verdad es que estoy muy feliz haciendo tribunales e investigación. Mi aspiración es seguir creciendo sin tener nada concreto en la cabeza. Me encantaría, por supuesto, volver a participar en algún equipo de investigación, ya sea en un documental, un libro o un pódcast. Seguir experimentando nuevas narrativas. Creo que, por ahora, me ha ido bien y quiero seguir en el ámbito de los tribunales y de la investigación; y desde esa juventud que tengo la suerte de tener, aportar todo lo que pueda. Mi director, Casimiro García-Abadillo, valora mucho siempre la visión que tenemos del periódico.

 

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