Homenaje a Pepe Cervera, “el eslabón perdido entre el ‘Homo antecessor’ y el ‘Homo internáutico’”
Casualmente, coincidió con el Día de los Muertos mexicano, el 2 de noviembre, la despedida que los colegas-amigos amigos-colegas de José Cervera (@Retiario), periodista y divulgador científico fallecido el pasado 29 de septiembre, le organizaron en el salón de actos de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). Arropados por el centenar largo de personas que congregó el acto, estaban Pilar Cubas, “su moza”, Emérita García y Jesús Cervera, sus padres, y Javier y Jesús, sus hermanos.
Fueron desfilando por el atril, casi por orden cronológico, conducidos por Rodrigo Orihuela: Ignacio Escolar, Fernando González Urbaneja (envió un vídeo), Ana Gracia, Chus Jordá, Rosalía Lloret, Jordi Sabaté, Antonio Delgado, Juan Pablo Seijo, Arsenio Escolar, Darío Pescador, Javier Candeira (también envió un vídeo), David Navarro, Roberto Díaz Alba, María Luz Macías, Pedro Díez, Clara Grima y Antonio Martínez Ron. Fue una cálida contribución coral de los compañeros de trabajo de Pepe Cervera desde sus inicios profesionales como paleontólogo en Atapuerca, a finales de los años ochenta, hasta su conversión en periodista visionario de internet una década después, cuando fundó Baquia.com. Una evolución profesional que fue definida como “el eslabón perdido entre el ‘Homo antecessor’ y el ‘Homo internáutico’”. Todos empezaron siendo colegas suyos e, indefectiblemente, todos acabaron siendo sus amigos.
Se destacó su enorme dimensión profesional: Pepe “advirtió el cambio de paradigma que estaba provocando internet en la sociedad”, “fue uno de los grandes referentes de la cultura libre”, el primero en hablar de la “economía de la atención”. “A Pepe le oí por primera vez la palabra Google”. “Pepe absorbió en dos minutos lo que yo había ido aprendiendo a lo largo de 19 años”…
Pero esa vertiente laboral de Cervera fue superada por su extraordinaria magnitud humana: su gran modestia, su inteligencia, su entrega personal a sus amigos. “Una noche, después de un par de cervezas, Pepe se jactó de algo, y yo me quedé sorprendido. Pero resulta que se estaba jactando de sus amigos”. “Cuando Baquía cayó en la oscuridad, Pepe seguía ahí, porque había pasado de ser nuestro jefe a convertirse en nuestro amigo”. Pepe juntaba algo especial: “Una enorme sabiduría con una enorme calidez humana”, “No conozco a nadie que hable mal de Pepe”, “Le amábamos todos”, “Era como el flautista de Hamelin”…
In memoriam et ad honorem de Pepe Cervera, sus amigos terminaron el homenaje brindando con su cerveza preferida.
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