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Bibliotecarios de la Junta Directiva: 50 aniversario del fallecimiento de Alfredo Marqueríe, el bibliotecario ‘domador de libros’

06/09/2023

15:00

Escrito por: APM

El periodista y escritor, Premio Rodríguez Santamaría y Premio Nacional de Literatura, fue el impulsor de la recuperación de la Biblioteca tras la Guerra Civil.

Foto de familia: su esposa, la escultora Pilar Calvo Rodero; su hija Diana, y Alfredo Marqueríe. Fuente: Archivo de la APM

En el trabajo de recuperación y puesta en valor de los bibliotecarios de la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) figura Alfredo Marqueríe Mompín, impulsor de la recuperación de la Biblioteca después de la Guerra Civil.

Nació en Mahón (Menorca) en 1907, y murió en Minglanilla (Cuenca) en un accidente de tráfico junto a su esposa, la artista Pilar Calvo Rodero, en el año 1974. El próximo año se cumple el 50 aniversario de su fallecimiento.

Marqueríe vivió catorce años en Segovia, donde conoció a Antonio Machado. Estudió la carrera de Derecho en Madrid y posteriormente realizó el doctorado. Fue uno de los periodistas más representativos de Falange Española y colaboró en revistas literarias como Vértice, Manantial, Parábola, Segovia, Meseta, Mediodía, Dos, Papel de Vasar y Alfar. Ingresó en el año 1932 en la redacción del diario Informaciones, del que fue subdirector. Posteriormente, pasó a ocupar el puesto de crítico teatral en ABC.

Un escritor polifacético

Como corresponsal, viajó por África, Inglaterra, Francia y Rusia. También cumplió funciones de redactor de noticieros y documentales (No-Do), fue crítico teatral de Pueblo y colaborador del Diario de Barcelona y del Diario de Córdoba. Intervino como cronista de radio y crítico de libros en diversas publicaciones, e impartió conferencias sobre temas de arte, literatura y teatro. Fue director de los teatros María Guerrero y El Español de Madrid, además de profesor de la Escuela Oficial de Periodismo y fundador del diario España de Tánger.

En su carrera profesional obtuvo innumerables galardones: el Premio Nacional de Literatura (1934), el Premio de Crítica de la Cámara Oficial del Libro de España (1934) y el Premio Luca de Tena (1939), sin olvidar el premio “Crónicas de la Villa”, del Ayuntamiento de Madrid (1945); la Medalla de Oro de Dirección Escénica del Círculo de Bellas Artes (1950), los “Premios Nacionales de Crítica Teatral” (1953), de Libros de Teatro (1959) y Extraordinario por su labor en pro de la escena (1971). Como cronista circense y por sus actuaciones con fines benéficos en la pista, le otorgaron las Medallas de Oro del Price y del Circo Ambulante.

Ingresó en la APM en 1934 siendo redactor de Informaciones, con un sueldo mensual de 500 pesetas. En 1942 le fue otorgado el Premio Rodríguez Santamaría (en la actualidad, Premio APM de Honor), en recuerdo al que fuera presidente de la Asociación, galardón que compartió con los críticos teatrales Cristóbal de Castro, del diario Madrid, y Jorge de la Cueva, del diario Ya.

Anecdótica y pintoresca fue su incursión en el mundo del circo, como queda constancia en la Memoria de la APM del año 1944: “[…] Una grandiosa función de circo en el Price, sus famosos 'Circuitos Carcellé'. En esta, nuestro querido camarada Alfredo Marqueríe, miembro de la Directiva, tuvo una original intervención, audaz en extremo, y que fue muy celebrada: su entrada en la jaula de los leones. Este episodio ha dado luego ocasión de un libro del ilustre crítico, que ha obtenido gran éxito”.

La Biblioteca de la APM en la posguerra

El 31 de diciembre de 1942, los miembros de la Junta Directiva de la APM eran los mismos que habían sido nombrados cinco años antes (el 7 de diciembre de 1937), en San Sebastián, por orden del presidente de la Junta Técnica del Estado, Francisco Gómez Jordana. En ese momento, ocupaba la presidencia Víctor Ruiz Albéniz  y uno de los vocales más prominentes era Alfredo Marqueríe.

El 1 de marzo de 1943, y en virtud de la obligada integración de la Asociación de la Prensa en el Sindicato Vertical del Papel, Prensa y Artes Gráficas, se dio posesión de sus cargos a los miembros de la llamada Junta de Mandos. Los designados celebraron la nueva reunión el 7 de marzo de 1943, en la que fue designado delegado de la Biblioteca el vocal Alfredo Marqueríe, quien sustituyó a Jaime Maestro, nombrado el 1 de junio de 1936.

Portada de la 'Hoja Oficial del Lunes' donde aparecen publicados los libros donados a la Biblioteca. 'Reloj' fue la obra escrita enviada por Marqueríe (1934). Fuente: Biblioteca de la APM

En estas mismas fechas, el presidente Ruiz Albéniz, en el programa que realizó la nueva Junta, hizo una referencia a la Biblioteca: “Hay que cuidar un poco la Biblioteca, procediendo a encuadernar las obras existentes, algunas de ellas muy valiosas. Hay que vigilar la entrega de libros y su devolución. Además, debe procurarse que los socios visiten la magnífica sala de lectura existente”, y el bibliotecario toma buena nota de ello.

Afluencia de lectores

El servicio de Biblioteca va adquiriendo mayor importancia gracias al delegado Alfredo Marqueríe, y la circulación de los libros entre los asociados aumenta día a día, a pesar de no hallarse “dotada del caudal de obras que serían necesarias para hacer de nuestra biblioteca una de las mejores de su índole y un valioso elemento de consulta y estudio de profesionales del periodismo”, según consta en la Memoria de la Asociación de la Prensa de Madrid del año 1943.

El carácter circulante de la Biblioteca anima la afluencia de lectores. En 1942 se facilitaron 1.800 volúmenes con sus correspondientes recibos, que fueron devueltos en su totalidad. Un año después, en 1943, se intensificó la demanda de libros, aproximándose a los 2.000 volúmenes prestados, además de los consultados en el mismo local de la Biblioteca. Las cifras son llamativas, teniendo en cuenta que el número de asociados era de 498.

En la década de los 40, las memorias son pormenorizadas, y la Biblioteca de la APM ocupa un papel destacado: “No debemos olvidar que la importancia de un servicio de esta clase se halla en razón directa con el número y calidad de las obras que reúne, requiriendo nuestra constante atención para renovar y aumentar las existencias con el fin de atesorar el mayor número de obras y llevarlo con el ritmo de la época presente”. Así se expresa en la Memoria de 1943.

La Junta de Mandos quería potenciar otros departamentos de la Casa en esa misma época: “Desde hace tres años [...], la Asociación de la Prensa tiene a su cargo otras muchas atenciones de carácter benéfico, cultural, social y docente [...], su servicio de Biblioteca [...], cuyos beneficios alcanzan elementos enmarcados fuera de la órbita de la profesión periodística”.

Crítico teatral

Alfredo Marqueríe siguió colaborando en la Asociación durante toda su vida en diferentes puestos de índole cultural y comisiones de festejos. Un año antes de morir, siempre en activo, solicitó ingresar de colaborador en la Hoja Oficial del Lunes y redactar en ella la crítica teatral.

El descendiente del antiguo bibliotecario de la APM, Fernando Gómez-Salcedo Marqueríe, relata para nosotros: “Me es muy difícil resumir los recuerdos que tengo de mi abuelo Alfredo, destacar su gran humanidad y su sentido del humor irónico y socarrón, su capacidad de trabajo fruto de su vocación y su sentido de familia que junto con nuestra abuela Pilar nos inculcó desde niños. Siempre le recordaré como una persona buena y generosa, con una actitud amable y positiva”.

Por último, recogemos aquí una anécdota que ilustra perfectamente su amor por los libros. La Hoja Oficial del Lunes publicó una encuesta en la que preguntaba a diferentes personajes representativos de la sociedad “qué harían con el dinero si les tocara la lotería del sorteo de Navidad del año 1942”. Alfredo Marqueríe respondió: "¿Cuántos millones? ¿Quince?... ¡Ya los tengo! ¡Ya son míos! ¿Qué hacer? Comprar un hotel en la Castellana y una casa de campo... y esa biblioteca que uno siempre ha deseado tener".

 

Juan Manuel Bernardo Nieto
Archivo y Biblioteca de la APM

 

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