Por Sandro Armesto (*)
Alejandro Armesto Buz falleció el 22 de febrero, a los 89 años, en Santiago de Compostela. Era el asociado número 206 de la Asociación de la Prensa de Madrid, a la que perteneció desde 1970 hasta su muerte y de la que fue vicepresidente entre 1971 y 1975.
Acostumbraba a recibir a los jóvenes meritorios que le abordaban en la escuela oficial de Capitán Haya con una anécdota de sus años mozos en el Londres de la posguerra. Perdido en un camposanto tropezó con la tumba de sir Edgard Wallace, el prócer que mereció todos los honores que puede desear un escritor. Toda la grandeza que adornaba al eximio autor cabía en un escueto epitafio: "Reporter". Eso era él, un periodista, tan solo un periodista.
Lo fue desde que tomó las riendas de “El Progreso” y fundó la “Hoja del Lunes” de Lugo; la dirección de “Faro de Vigo” y el alumbramiento de “Faro Deportivo”; la coordinación de la imagen española en Italia; el mando de la Agencia EFE cuando moría el franquismo, y el ordenado cierre de los llamados medios de comunicación del Estado, incluido el diario “Arriba”, del que fue su último director. Luego vendría la aventura americana de manos del magnate Murdoch y el consejo consultivo del entonces monopolio radio televisivo del país.
Tan dilatada carrera, y al fin y al cabo vida, dieron su buena cosecha de reconocimientos, entre los que apreciaba con orgullo los dos nacionales de periodismo. Lamentó, eso sí, que no hubiera existido su título más preciado: embajador de Galicia, tarea que con contumaz y coriácea dedicación asumió sin otro interés que la dicha de sus paisanos, a los que recientemente legó su biblioteca multilingüe y todos sus archivos, que ya usan cientos de investigadores en la compostelana Cidade da Cultura.
Ahora reposa en las faldas de Breamo, el privilegiado otero que vigila la ría de Ares. Allí, se dice por las Fragas del Eume, habitan no pocos espíritus nobles enredados en su inteligencia. Entre ellos, en medio del que quizá sea el más bello atardecer de Galicia, está ya este periodista, tan solo un periodista, ávido de recibir nuevas noticias. Como siempre, como predicaba en la vieja escuela: como un periodista.
(*) Alejandro Armesto Borrazas es hijo de Alejandro Armesto Buz y también periodista.
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