Cerca del 85% de los encuestados consideran graves o muy graves las consecuencias de las noticias falsas
Para el 84,7% de las personas encuestadas las consecuencias provocadas por noticias falsas son muy graves (40,8%) o graves (43,9%), según el estudio “Influencia de las noticias falsas en la opinión publica”, elaborado por Estudio de Comunicación en colaboración con Servimedia. El informe, basado en 478 entrevistas, pretende estudiar de qué manera afecta a la ciudadanía la proliferación de noticias falsas y qué impacto tiene en la opinión pública.
Los encuestados consideran que las noticias falsas se difunden “para perjudicar la imagen y la reputación de personas u organizaciones”, según el 88% de las respuestas, y “porque quien las genera cree que puede sacar un beneficio personal o para el colectivo al que pertenecen" (75,8%).
Preguntados por el perjuicio de este fenómeno, el estudio desvela que los entrevistados creen que las mayores consecuencias caen sobre la reputación, tanto organizacional (85,5%), como personal (66,2%). También puede generar pérdidas económicas (39,9%) y sufrimiento (37,9%).
La mayoría de los entrevistados, el 55,4%, niega haber difundido una noticia falsa creyendo que era veraz, pero el 34,7% considera la posibilidad de haber compartido este tipo de contenidos y solo el 9,2% afirma haber difundido una noticia falsa confiando en su veracidad, según dicho estudio.
Los digitales, los más susceptibles de difundir noticias falsas
La prensa digital es el medio de comunicación, en opinión de los entrevistados, que tiene más probabilidades de generar o difundir noticias falsas, así lo señalan el 75,7%. Le sigue la televisión con un 50,2% y la radio con un 38,1%. En el otro extremo, las webs oficiales (55,9%) y la prensa impresa (52,3%) son los se perciben como menos improbables de difundir o generar falsedades.
La presentación del estudio estuvo presidida por el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, quien señaló que este “fenómeno no es nuevo” y que el problema “es su multiplicación”.
“Hay muchas falsedades, pero por encima de todo lo que hay es una percepción legitima de cada uno a tener su verdad o su percepción de la verdad”, señaló. Oliver confesó no ser partidario de “establecer esa dicotomía entre los conceptos falsedad y verdad” porque no cree que exista una verdad. “Hay unos hechos que físicamente podrían ser rigurosamente verdaderos, pero nosotros no nos dedicamos mayoritariamente a los hechos”, dijo dirigiéndose a los periodistas, sino “a la descripción e interpretación de los hechos” y, desde el momento en el que describimos o interpretamos unos hechos, de alguna manera los adulteramos”, sentenció.
Oliver advirtió de que nos encontramos ante un fenómeno perverso en el que todos participamos. Realizando una autocrítica, el secretario de Estado de Comunicación señaló que, en ocasiones, la prensa alimenta este fenómeno propagando informaciones con una percepción muy parcial o deforme de la realidad. No obstante, sentenció que, aunque se trata de un debate necesario, “siempre habrá noticias falsas y verdaderas, o siempre las habrá legítimamente honestas, que es a lo que se puede aspirar en un periodismo honrado”.
En la presentación del estudio “Influencia de las noticias falsas en la opinión pública” también intervinieron el director general de Servimedia, José Manuel González Huesa, y el consejero delegado de Estudio de Comunicación, Benito Berceruelo.
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