De izq. a dcha., Laura de Grado, Macarena Baena, Cristina Álvarez e Isabel Sanz, en un momento de la presentación. Foto: APM
El Salón de Actos de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha sido el lugar elegido hoy, 19 de diciembre, para presentar la Guía de comunicación feminista, una herramienta “para informar y representar a toda la ciudadanía de manera justa y equitativa”, elaborada por las periodistas Macarena Baena, especializada en feminismo y violencias machistas, y Laura de Grado, especializada en género y derechos humanos.
Impulsada por la ONG Movimiento por la Paz -MPDL- y en colaboración con la APM, la guía se divide en tres bloques: en el primero se muestra el decálogo de una comunicación feminista y en los otros dos, “Tenlo claro” y “Glosario”, se ofrecen respuestas concretas al medio centenar de las dudas más habituales que se presentan a la hora de comunicar con perspectiva de género y cien conceptos que pueden clarificar el trabajo diario.
El acto fue presentado por Cristina Álvarez e Isabel Sanz, responsables del Área de Comunicación y del Área de Sensibilización de la citada ONG, respectivamente, que agradecieron a la APM la ayuda prestada.
“No entendemos el periodismo si no es con perspectiva de género; es necesario un periodismo feminista”, apuntó Baena en su primera intervención, para pasar a desglosar de forma pormenorizada el decálogo de la comunicación feminista recogido en la guía. “Pretendemos que sea sobre todo útil, hemos recopilado todas las dudas que nos planteaban compañeras, así como los errores que hemos detectado en informaciones sobre la igualdad”, afirmó.
Diez recomendaciones útiles
El decálogo es el siguiente:
- Las mujeres no son un colectivo, hay que retratar la diversidad de funciones que desempeñan en la sociedad.
- Erradica estereotipos. Debemos mostrar hombres y mujeres en las mismas profesiones, trabajos y posiciones en la sociedad.
- Diversifica las voces expertas y busca referentes, abriendo la posibilidad de consultar a las personas en función de sus conocimientos y no de sus cargos.
- Fórmate, empatiza y reflexiona. Una comunicación que debe estar en continua transformación y revisión para adaptarse a las nuevas realidades.
- Promueve la equidad. Dar un tratamiento igualitario a mujeres y hombres en las entrevistas y artículos y una presencia equitativa en términos de ubicación y relevancia dentro de los medios.
- Incorpora un enfoque diverso e interseccional. Incluir en las noticias y reportajes análisis que aborden las diferentes formas de discriminación y desigualdad que enfrentan las mujeres y niñas en función de su identidad de género, origen, clase social u orientación sexual.
- Emplea un lenguaje no sexista, inclusivo y no discriminatorio.
- Los derechos de las mujeres son derechos humanos.
- Visibiliza y condena el machismo y las violencias machistas.
- Las redes sociales, las fotos y los vídeos también son feministas.
Este primer bloque termina con una tabla de recomendaciones para utilizar un lenguaje inclusivo sin tener que "desdoblar", con ejemplos prácticos, como son: utilizar sustantivos genéricos, usar pronombres y determinantes sin marca de género, suprimir los artículos o añadir la palabra "persona".
Respuestas concretas
De izq. a dcha, las dos autoras de la guía, Laura de Grado y Macarena Baena. Foto: APM
La segunda parte, “Tenlo Claro”, aglutina una serie de preguntas que todo periodista puede hacerse a la hora de redactar una noticia con perspectiva de género, cuestiones concretas que les han transmitido profesionales de la comunicación, entre ellas: ¿Qué es un feminicidio? ¿Qué tipos de violencias existen? o ¿Cómo evitar revictimizar y el sensacionalismo en la cobertura de casos de violencia machista?
Según explicó Laura de Grado, “Nos planteamos esta guía, no sólo para los profesionales, sino para cualquier persona, como algo que hacemos en nuestras vidas, en las redes sociales, más allá del ámbito profesional. Pero como periodistas tenemos una responsabilidad enorme a la hora de comunicar y de crear nuevas narrativas”.
Glosario
En cuanto a la tercera parte de la guía, es un glosario con un centenar de términos que se deberían tener claros, pero que en la práctica parece que no lo están del todo: abuso sexual, brecha de género, discriminación positiva o síndrome de alienación parental, entre ellos.
Ambas coautoras insistieron en que todas la personas que han orientado su profesión a este tipo de periodismo social ya ejercen un “periodismo activista”, más orientando a ser útil a la sociedad que “a dar una exclusiva”. Hay que romper también con el individualismo y el periodismo competitivo -señalaron- compartir agendas y trabajar en equipo y “darnos el soporte unas a otras, el periodismo social es un trabajo en el que creemos, éste es un periodismo que salva vidas, ”, concluyó Baena.
Descarga aquí la 'Guía de la comunicación feminista'
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