Fundada en 1895

María Rey: Los periodistas 'no estamos para que nos jaleen unos y nos demonicen otros, estamos para hacer nuestro trabajo con honestidad y serenidad'

©MIGUEL BERROCAL

21/05/2025

21:29

Escrito por: APM

Discurso completo de la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid pronunciado durante el acto de entrega de los Premios APM de Periodismo 2024.

Por su interés, se reproduce a continuación el discurso íntegro pronunciado por María Rey, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), en la ceremonia de entrega de los Premios APM de Periodismo 2024, correspondientes a su 86.ª edición, celebrada el 20 de mayo bajo la presidencia de S.M. los Reyes.

En ella, la APM galardonó a los periodistas Fernando Ónega, Vicente Vallés, Irene Dorta y Ana del Barrio, en el 130 aniversario de la Asociación.

 

María Rey, durante su discurso. Foto: Miguel Berrocal / APM

"Majestades, Ministro de Presidencia, Alcalde, miembros de la corporación municipal, compañeros, amigos. Gracias por vuestra presencia en una cita tan importante para esta asociación. Esta vez no sólo entregamos nuestros premios anuales. Lo hacemos además a pocos días de cumplir 130 años como Asociación de la Prensa de Madrid. Si podemos seguir avanzando es por el apoyo de las empresas que deciden seguir con nosotros y en el caso de estos premios, el respaldo de Nueva Mutua Sanitaria, gracias por respaldarnos.

Estamos aquí más de un siglo después y ya es un logro, pero no es suficiente. El mundo se mueve a una velocidad vertiginosa. Tratamos todavía de dejar atrás las consecuencias de la digitalización de los medios -con la quiebra de modelo profesional y económico- y ya tenemos encima un nuevo desafío, la inteligencia artificial. Si algo sabemos es que no sirve de nada darle la espalda. Mucho mejor convertirla en aliada.

Confieso que me acerco a ella con cierta timidez y bastante desconfianza. Le he preguntado cuáles son los principales retos del periodismo en nuestro país. La respuesta no les sorprenderá: fuentes de financiación escasas que nos abocan a contratos precarios, multitud de canales y medios tecnológicos que facilitan la difusión de noticias falsas, un entorno saturado de información y de espontáneos informadores. La inteligencia artificial acierta en el diagnóstico, pero falta algo fundamental, no cita la pérdida de credibilidad.

No es algo nuevo, pero sí lo es la velocidad a la que avanza. Iris Chang, una periodista estadounidense que dedicó su trabajo a contar la historia reciente y a extraer sus lecciones, hizo la siguiente reflexión: “La pérdida de credibilidad en los medios no solo es una crisis de información, sino también una crisis de confianza en la democracia misma”.

Si los periodistas pierden su credibilidad, la democracia es más débil, y en una democracia débil solo avanzan los discursos vacíos

Hay miles de citas similares al alcance de un clic, pero pocas tan oportunas: si los periodistas pierden su credibilidad, la democracia es más débil, y en una democracia débil solo avanzan los discursos vacíos, los líderes de cartón piedra, los populismos… ¿Les suena?

Autoridades, compañeros, compañeras, amigos, no les robo su atención para mirar al ombligo de mi profesión. Les estoy pidiendo que me acompañen en una reflexión urgente. Una llamada de atención sobre lo que no puede esperar.

No todo lo que falla tiene una solución a nuestro alcance. No olvidemos que el periodismo es un oficio, es nuestro medio de vida, pero tampoco que no es una profesión más. Quizás me equivoque, pero creo que para ser buen periodista es necesario un mínimo de calidad personal, una buena dosis de compromiso con la sociedad y un ejercicio constante de honestidad. Y por encima de todo hace falta espíritu crítico.

Más allá de todos los demás inconvenientes que puede tener ahora mismo el periodismo, mantener una visión crítica de los hechos que narramos no cuesta dinero, no se aprende en un máster y no depende de la voluntad de nuestros jefes. Ser crítico es una obligación y una necesidad que -me da la sensación- se está desvaneciendo, adormilando, acomodando.

El sectarismo gana terreno en el mundo, polariza la sociedad, convierte conversaciones de amigos y reuniones familiares en una toma de posición constante que erosiona y fragmenta afectos. No está sólo en nuestra mano combatirlo, aunque quizás podamos tomar nota del consejo del Papa en estos días. Contribuyamos a "desarmar las palabras".

Esa polarización que se cuela por todas las rendijas ha acrecentado una amenaza que siempre existió: confundir el activista con el periodista. Conviene recordar que una rueda de prensa no es un debate parlamentario y que quien se sienta en la bancada de la prensa no tiene la misma función y, sobre todo, no ha sido elegido de la misma manera que quien está detrás del micrófono.

Levantar la voz en una rueda de prensa por encima de la del compañero que está ejerciendo su derecho a preguntar, acosar, perseguir, todo para que quede registrado en un vídeo que luego se viralizará… Señores, eso no es de valientes. Es de cobardes que buscan la fama jaleados por unos cuantos. Siento que a muchos no les guste oír esto, pero les aseguro que lo digo desde el convencimiento y la experiencia que me dan 35 años de periodismo en la calle, en la redacción y en el plató.

Ser valiente no sólo es hacer preguntas incómodas. Ser valiente es perseverar en buscar la verdad que más se ajusta a los hechos. La que no se adapta a los argumentarios. Ser valiente es también mantener la serenidad frente a las provocaciones. Frenar a quienes intentan dictarnos qué es un periodista y qué no lo es, qué es un medio y qué no lo es. No pierdan el tiempo, lo sabemos de sobra.

Ser valiente es enfrentarse a la página en blanco recordando que un periodista viene a trabajar cada día 'votado de casa'

Ser valiente es aguantar el chaparrón de tu jefe sobre la línea editorial y seguir con determinación. Escuchar la queja, incluso la amenaza del poder político o económico de turno y no rendirte. Ser valiente es enfrentarse a la página en blanco recordando que un periodista viene a trabajar cada día “votado de casa”. Que no estamos para derribar ni aupar Gobiernos, ni para que nos jaleen unos y nos demonicen otros. Estamos para hacer nuestro trabajo con honestidad y serenidad.

De los cuatro profesionales que hoy premiamos, he trabajado con tres en distintos momentos y circunstancias y a la cuarta la he leído a menudo. Puedo asegurarles que todos son periodistas honestos y que, además, se caracterizan por trabajar también desde la serenidad, evitando la estridencia y sin buscar voluntariamente la notoriedad. En nuestro listado de candidatos había un buen número de nombres con esas características y especialmente celebrado por el jurado, también muchos candidatos jóvenes que cumplían sobradamente nuestros requisitos.

Hoy es a vosotros cuatro a quienes quiero dar las gracias por servirnos de ejemplo, de faro. Y a todos los compañeros y compañeras presentes os pediría algo más antes de finalizar. No dejemos de aprender de los más sabios y experimentados. No dejemos de escucharnos, de apoyarnos, respetarnos y construir juntos un periodismo que resista este desbocado cambio de era. Un periodismo que siga sirviendo a la sociedad y a la democracia.

Me gustaría rescatar la frase que hace unos meses nos condujo a través del brillante discurso de Carlos Alsina, al recoger el premio Cerecedo 2023. Narraba su primera experiencia como periodista en prácticas siguiendo un cortejo fúnebre que sin darse a penas cuenta, termino engulléndole. “Los cortejos no son para periodistas”. Así empezaba y terminaba, y sin pretender emular su genialidad, hago mía la frase: los cortejos nunca deben ser para periodistas. Gracias".

Comentarios