‘Lo más difícil de cubrir el terremoto de Nepal fue la muerte y el sufrimiento de los niños’
El fotoperiodista Omar Havana y la periodista Juliette Rousselot, con base en Nepal desde octubre de 2014, contaron el 12 de junio, en la Asociación de la Prensa de Madrid, sus vivencias durante la cob
ertura del terremoto, el estado actual y las necesidades del país.
El pasado 25 de abril, el país asiático fue sacudido por un terremoto de 7,8 grados de magnitud. Para Juliette Rousselot, se trata de “uno de los mayores desastres de los años recientes” que “ha dejado a 2,8 millones de personas sin casas, un 10% de la población de Nepal” y que ha provocado un “pánico en la sociedad nepalí, no solo de gente que lo ha perdido todo, sino de quienes no lo han perdido y temen perderlo”.
Para Omar Havana, “lo más difícil de cubrir este terremoto fue la muerte y, más que la muerte, el sufrimiento de los niños que han perdido a sus padres y familias”. De todas las historias que ha cubierto y de las fotos realizadas, Havana recordó una en especial. La sucedida el segundo día, tras el primer terremoto, en un hospital de Bhaktapur, cuando una mujer levantó una manta que tapaba un cadáver en una camilla y en la que descubrió que su madre había fallecido. “Escuchar los gritos fue lo más duro”, dijo Havana. “Quizás con la cámara nos podemos proteger acerca de lo que están viendo nuestros ojos; quizás con el bolígrafo contamos historias también para intentar no pensar en lo que estamos viendo, pero no hay protección ninguna para los sonidos, contra el dolor, para el mensaje y para el sufrimiento que esta mujer estaba trasmitiendo”, relató de forma sobrecogedora.
Tras el 25 de abril, numerosos medios de comunicación de todo el mundo se han hecho eco de lo sucedido en el país asiático a través de imágenes e historias en sus páginas e informativos. El fotoperiodista lamentó el uso sensacionalista que hacen algunos medios de la tragedia de Nepal. Recordó la historia de un niño de quince años que había sobrevivido tras cinco días atrapado en un subterráneo de un hotel de Katmandú. “Cuando sacaron al niño me sentí avergonzado de ser periodista por el circo que habían montado por sacar” esa instantánea del niño siendo rescatado por el ejército americano. Para ello, contó Havana, “la camilla se tenía que parar cada cinco metros para realizar la foto”. “Me siento muy orgulloso de ser periodista, pero en situaciones así me gustaría tirar la cámara y dejar de ser periodista”, espetó. Havana destacó la falta de ética de algunos compañeros de profesión, “sobre todo la de los periodistas indios ha sido muy criticada en Nepal”. En cambio, alabó la labor de los periodistas y fotógrafos nepalíes “que hacen un trabajo impresionante”.
A los daños en infraestructuras y la destrucción del patrimonio histórico, “con el gran impacto que supone para la economía nepalí”, se suma los perjuicios en materia de educación, donde “hay casi un millón de niños que este año no van a poder estudiar”, advirtió Juliette Rousselot. La periodista informó que recientes estadísticas de la Unesco calculan que se tardarán alrededor de diez años en restaurar los templos que se puedan recuperar.
Cómo ayudar a Nepal
Otro de los objetivos de la conferencia era conocer cómo se puede ayudar a Nepal, un país, que según informó Omar Havana, “8,1 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y más de 70.000 niños están en peligro de desnutrición”. Para el fotoperiodista, “ayudar a Nepal no es perder el tiempo, es dar una oportunidad a gente que está luchando”. Se puede hacer por medio de organizaciones locales, de grupos de voluntarios o de organizaciones internacionales que está trabajando sobre el terreno. “Aunque sea crítico con muchas organizaciones internacionales, otras lo están haciendo muy bien”, dijo Havana, que puso como ejemplo la labor de Médicos Sin Fronteras, Save the Children o WaterAid. No obstante, para Havana, “la mejor forma de ayudar a Nepal es no olvidando Nepal”. Por eso, recomendó viajar al país asiático porque “merece la pena ir a un hotel local, comprar en un negocio local, ir a un restaurante local y empezar a dejar dinero en Nepal para que el país se pueda reconstruir”.
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