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Epifanio Tierno o el periodismo ético y con voluntad de servicio

28/10/2013

11:21

Escrito por: APM

El periodista Epifanio Tierno López falleció en Madrid el 19 de octubre de 2013, a los 96 años. Era asociado de honor de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), en la que ostentaba el número 4. Ingresó en la APM el 1 de febrero de 1945. Pasó, entre otras publicaciones, por "Pueblo" y "La Gaceta de la Prensa".

Por Luis Prados de la Plaza*

Epifanio Tierno López (Jaén, 1917-Madrid, 2013) ha sido un periodista completo y formal desde que supo comprender el sentido y la ética de una profesión que abrazó durante tres cuartas partes de un siglo: desde los tiempos en que todavía se tenía la actividad por un oficio sin marcar el orden reglamentario de preceptos que habrían de aprobarse para obtener el reconocimiento social del título de periodista. No es el momento de señalar aquí la diferencia que hay entre escritores que colaboran para un periódico, ni las viejas costumbres de aceptar que periodista pueda ser cualquiera que se apunte a visitar una redacción, ya sea como articulista, publicista o amigo del que manda: lo que se intenta resaltar ahora es la fidelidad de Epifanio Tierno para destacar tantos años en una profesión, sin interesarse en otra cosa que seguir estudiando siempre para perfeccionar su voluntad de servicio, adaptándose a las nuevas tecnologías tan fundamentales en el periodismo moderno.

Cuando Epifanio Tierno llegó al diario “Pueblo” y se familiarizó con la imprenta de entonces, había en los periódicos de Madrid un despliegue de confeccionadores que adelantaron la necesidad de modernizar la maquetación de las portadas y el orden de las secciones o los cuadernillos especiales de cada edición. Con Epifanio Tierno destacaron en esta época Ibrahim de Malcervelli y Luis Fernando Bandín. Los tres serían profesores de la vieja Escuela Oficial de Periodismo que influyeron en la formación de muchos profesionales que siguieron avanzado en las artes de la diagramación de publicaciones. La ventaja de esta especialidad suponía el conocimiento de la actualidad completa del día, la oportunidad de titular las noticias y elegir los acompañamientos documentales de fotografías y dibujos que hicieran más atractiva la presentación final.

Ningún camino del periodismo dejó de interesarle a Epifanio Tierno hasta después de haber cumplido noventa y seis años. Nacido en Baeza (Jaén, 1917), lo recuerdo en el triángulo cercano al Hospital del Niño Jesús, entre las calles de Menéndez Pelayo y Narváez, donde estuvo el periódico “Pueblo” tanto tiempo y donde se familiarizó con aquella imprenta de composición caliente en la que pasó los mejores momentos de su vida. Era un hombre feliz y generoso, rodeado siempre de la admiración de numerosos amigos. Desde muy temprana edad se despertó su vocación, ejerciendo como corresponsal de “El Pueblo Católico” o “Eco de Jaén y “Unión de Linares”, entre otras publicaciones. Luego, su sentido artístico y atrevida imaginación serían testigo en los pliegos de “Juventud”, “El Español”, “La Estafeta Literaria” y, sobre todo, “La Gaceta de la Prensa”. Fue testigo de la muerte de Manolete en la plaza de toros de Linares, y recogió (paso a paso, las veinticuatro horas del día) los acontecimientos de la triste jornada, publicados en un libro… Entre tantas de sus actividades, acompañó en 1964 a Miguel García de Sáez, comisario del pabellón español en la Exposición de Nueva York, para dar a conoce las excelencias de aquel éxito internacional de tan destacado eco.

A lo largo de su vida, perteneció a la Asociación de la Prensa de Madrid, que le otorgó diversas distinciones. Tres generaciones de periodistas aprendimos de él. Hasta el final, se interesó por la investigación para demostrarnos que la fidelidad para documentarse a fondo era necesaria.

Había elegido el periodismo exigente, por encima de los atajos fáciles y el abandono de la cordialidad con sus compañeros antiguos y modernos. Ya en las últimas semanas de su jubilación, una caída al salir del Museo Reina Sofía precipitó su despedida: llevaba en el bolsillo unos folios sobre la obra de Picasso que le habían solicitado para una publicación. También se acompañaba de los abonos para los conciertos de ópera y zarzuela que frecuentaba.

El periodismo, la música y la admiración de sus amigos le acompañaron hasta los últimos días de su vida. Trabajador incansable, estuvo ganándose siempre el premio de su merecido descanso eterno.

*Luis Prados de la Plaza, periodista y exdirectivo de la Asociación de la Prensa de Madrid.

 

Una de las acostumbradas felicitaciones navideñas de Epifanio Tierno; en este caso, enviada a Juan José Bellod

 

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