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El Laboratorio de Periodismo de la APM es absolutamente contrario a que se mezcle información y publicidad

31/01/2011

18:02

Escrito por: Sergio J. Valera

Cada vez son más frecuentes los casos de informadores que prestan su credibilidad a una marca para hacer publicidad, incluso recalcando en los anuncios su condición de periodistas. Durante la tercera sesión del Laboratorio de Periodismo de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), celebrada el 28 de enero en la sede de la APM, Bernardo Díaz Nosty, catedrático de Periodismo en la Universidad de Málaga, afirmó que “los periodistas o supuestos periodistas que trasladan su credibilidad como prescriptores más allá de la información a un producto comercial incurren en la degradación más absoluta que puede alcanzar la profesión periodística”.

Díaz Nosty manifestó su “clara convicción de que hay que separar fuertemente información y publicidad”. De lo contrario, dijo, los medios seguirán perdiendo su principal activo: la credibilidad. Asimismo, explicó que la estructura mediática española “está trufada por estos valores de preagenda, que terminan derivando en un producto contaminado. Es una situación manifiestamente mejorable”, zanjó.

La periodista Nativel Preciado se mostró partidaria de no confundir el prestigio de un periodista con el de un vendedor de publicidad, si bien reconoció que es “una tarea titánica” tratar deFotos: Miguel Ángel Benedicto / APM evitar que los periodistas ejerzan de agentes publicitarios. “La última oferta que he desechado es de una marca de coñac. Es mucho dinero lo que te ofrecen, la tentación te llega”, confesó.

“Desde el momento en que un director de una cadena de televisión dijo que los contenidos de su cadena son meros soportes para vender publicidad, es muy difícil luchar contra esta tendencia”, argumentó Preciado. Como contraposición, habló de Iñaki Gabilondo, quien “se negó en redondo a hacer publicidad personalmente en su programa de radio y separó clarísimamente los espacios publicitarios de sus intervenciones. En el resto de programas similares en que he trabajado, los conductores hacen publicidad de una manera abierta”.

La presión de los anunciantes

Varios asistentes al Laboratorio estimaron que aún más preocupante que los casos de los periodistas que ceden su imagen es la presión que los anunciantes ejercen sobre el resto de los informadores, con la aquiescencia de los responsables de las empresas periodísticas. Un periodista que fue presentador de la extinta cadena CNN+ también participó en el debate preguntándose cómo hay que actuar con respecto a los límites de la publicidad cuando está en juego la viabilidad de un medio. “En CNN+, ni tan siquiera dábamos las gracias a las marcas que nos vestían; en la última temporada, ya sí que lo hicimos como búsqueda desesperada de una subsistencia que no llegó”, expuso.

“Desde que los medios han tenido problemas para financiarse”, apuntaba una periodista, “han abierto las puertas a determinadas prácticas publicitarias. Los publicistas están ganando la partida a los periodistas día tras día”. Otro asistente dijo que “estamos ante el fracaso de un modelo en el que el informador, en el mejor de los casos, solo sirve como coartada para vender un producto, en un escenario en el que el periodista individual tiene poca fuerza para defenderse de las presiones externas”.

Nulo interés de los medios en publicitar dictámenes deontológicos

El tercer Laboratorio de Periodismo de la APM partió de los preceptos que se recogen en el artículo 18 del Código Deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE):

“A fin de no inducir a error o confusión de los usuarios, el periodista está obligado a realizar una distinción formal y rigurosa entre la información y la publicidad.

Por ello, se entiende éticamente incompatible el ejercicio simultáneo de las profesiones periodísticas y publicitarias.

Igualmente, esta incompatibilidad se extenderá a todas aquellas actividades relativas a la comunicación social que supongan un conflicto de intereses con el ejercicio de la profesión periodística y sus principios y normas deontológicas”.

A este respecto, uno de los asistentes opinó que el segundo párrafo de este artículo “habría que actualizarlo al siglo XXI, dejando la puerta a que un periodista trabaje con un publicista separando claramente publicidad e información”.

La Comisión de Quejas y Deontología de la FAPE emite dictámenes cuando se incumplen los artículos del Código Deontológico, “unas resoluciones que los medios no tienen el menor interés en publicitar, salvo que se trate de un tema que les afecte directamente”, según Nemesio Rodríguez, directivo de la APM y de la FAPE. “El objetivo es que los editores se sumen a este código deontológico para que tengamos un rumbo conjunto más ligado a la ética de la profesión”, concluyó.

Conclusiones de la tercera sesión del Laboratorio de Periodismo de la APM

- El Laboratorio de Periodismo de la APM es absolutamente contrario a que se confunda publicidad e información.
- El Laboratorio se opone claramente a que los anuncios contaminen los informativos, últimos residuos existentes de información pura en la televisión.
- No se duda de la publicidad como sustento de los medios, sino de los periodistas que aumentan sus ingresos por esta vía y de los editores que se dejan someter por los anunciantes.
- Preocupa mucho la influencia de estas prácticas en la calidad de la información.
- Aunque la sociedad termine por acostumbrarse a ver a periodistas vendiendo productos, el Laboratorio no debe ceder en la defensa de los principios éticos y deontológicos.
- Existe una tendencia mayor a mezclar publicidad e información debido a la crisis económica actual.
- Hoy en día, la principal preocupación que tienen los periodistas es conservar el puesto de trabajo (o buscarlo). Esta situación la están aprovechando las empresas editoras y los anunciantes para ejercer mayores presiones en los periodistas.
- El artículo 18 del Código Deontológico de la FAPE está en la esencia del periodismo. Es necesario difundir mejor tanto el código, que debe ser adaptado progresivamente a las circunstancias de cada época, como las resoluciones de la Comisión de Quejas y Deontología de la FAPE.

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