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Miguel de la Quadra-Salcedo, periodista y deportista

20/05/2016

12:00

Escrito por: APM

 

Por Diego Carcedo*

 

Miguel de la Quadra Salcedo pasará a la historia del periodismo español como un reportero vinculado siempre a la aventura. No es cierto, o por lo menos completamente cierto. Era intrépido, no temía el riesgo y muchas veces algunos el desafío del riesgo lo confunden con la aventura. Miguel de la Quadra era un excelente periodista, que buscaba la noticia donde otros no llegaban, y la presentaba de forma atractiva y sugerente pero nunca sin que ningún otro componente que pudiera adornarla sustituyera al rigor y a la verdad de los hechos.

También era deportista, fue en el deporte olímpico donde cosechó sus primeros éxitos, y en su personalidad y en su entusiasmo vital unía las virtudes de ambas condiciones. Primero llevó el nombre de España por estadios de todo el mundo y luego proporcionó a los españoles la imagen  puntual y fiel de cuanto trascendente estaba sucediendo en el mundo. Fue testigo y narrador de los acontecimientos más importantes que sucedieron en el medio siglo más agitado que se recuerda.

Miguel de la Quadra sintetiza con su aportación visual y verbal de los hechos unos años de guerras, revoluciones, catástrofes naturales, atentados terroristas, golpes de Estado, etcétera que gracias a él permanecen en nuestro recuerdo y, aunque ya sabemos que la historia enseña poco, su versión directa en más de una ocasión nos ha hecho pensar y quizás afrontar la vida con otros criterios. Para los profesionales fue un ejemplo de valentía y para los espectadores, un referente de buen periodismo, serio y atractivo.

Tuve la suerte de ser su alumno, porque con él aprendí mucho, y compañero en el programa Los Reporteros de TVE, donde descubrí y admiré, aunque nunca fui capaz de imitar, su serenidad frente al peligro, su nobleza personal y su sensibilidad ante las desgracias ajenas. Pocos españoles, si hubo alguno, vivieron y compartió tantas miserias, tantos dramas y tanto dolor, pero nunca nada consiguió anular su sensibilidad humana.

Entre los muchos recuerdos que me ha dejado en herencia, incluidos consejos profesionales muy acertados, ninguno me produce más afecto hacia su memoria y mayor emoción que la imagen, repetida en más de una ocasión, de aquel hombre intrépido, fortachón y curtido en mil penalidades llorando a lágrima tendida ante situaciones verdaderamente estremecedoras. Miguel de la Quadra era todo y sobre todo un maravilloso ser humano.

* Diego Carcedo es periodista.

- Muere a los 84 años Miguel de la Quadra-Salcedo

 

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