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'No hay nada de nada, lo único que te encuentras es con gente a la que también han despedido'

15/11/2010

12:24

Escrito por: APM

Apmadrid.es ha querido saber qué ha ocurrido con los compañeros a los que la crisis ha dejado sin trabajo por EREs o despidos en grupo, dos años después del comienzo de la recesión económica. El autoempleo y las agencias de comunicación se han revelado como la alternativa.

La Asociación de la prensa de Madrid (APM), desde julio de 2008, y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), desde noviembre del mismo año, llevan a cabo un Observatorio para el seguimiento de la crisis de los medios que cuantifica los despidos efectuados como consecuencia de la crisis que, sobre todo, está cebándose con las redacciones de los medios escritos. En el sector de los medios de comunicación, a la recesión económica se unen la crisis del modelo de negocio y la revolución tecnológica que está alterando los perfiles profesionales de los periodistas. Sólo en Madrid, el Observatorio de la APM, registró, hasta el 15 de octubre, 1.988 puestos de trabajo afectados en los medios madrileños. A nivel global, la FAPE cuantifica en 3.469 el número de afectados en los medios en toda España desde noviembre de 2008.

Dos años después del comienzo de la recesión, muchas de las personas que fueron despedidas no han vuelto a tener empleo, y las que han corrido mejor suerte han encontrado su hueco en el mundo de las agencias de comunicación y no tanto en el de los medios. Es el caso de Lucia Herranz, de 32 años. La despidieron junto a 17 personas más, en julio de 2008, de 20Minutos.es. Tras el despido, señala que “me tiré un mes sin hacer nada y en septiembre creé una agencia de comunicación (Hilo de comunicación). Aunque es cierto que “el sector no va muy bien, nosotros estamos sobreviviendo”, explica. Sus expectativas son seguir ampliando su negocio, pero “ir alejándome cada vez más de lo que es en sí el periodismo porque la situación está fatal”.

Algo parecido le ocurrió a Asier Martiarena, de 31 años. Llevaba cuatro años en la versión española del diario ‘Metro’ cuando Metro Internacional tomó la decisión de cerrar el diario español -fueron 83 los afectados, según el Observatorio de la APM-. “Era el encargado de la sección de Política y Sociedad”, y le despidieron antes del cierre junto a 35 personas más. Asegura que le “costó arrancar”, pero cada vez está mejor. Para él “no ha supuesto ningún paso hacia atrás”, sino todo lo contrario. Nada más ser despedido cuenta que se puso a buscar trabajo, pero al ver que no lo encontraba decidió hacerse autónomo. Pensó “que habían echado a mucha gente pero los medios seguían necesitando contenidos”, así que, a pesar de que la realidad a la que se tenía que enfrentar era “muy complicada”, prefirió “empezar como autónomo y tirar de contactos”. Ahora asegura que cada vez le “va mejor”. El secreto, agrega Martiarena, es “ofrecer su trabajo pero con más calidad, dándole un valor añadido”. Este paso ha supuesto para él una nueva experiencia que “le ha hecho ser más exigente con su trabajo” y llegar a contar en la actualidad “con un número mayor de clientes e ingresos fijos”.

La edad, como un impedimento

No corrió la misma suerte Juan Pablo Portillo, de 49 años. Ocupaba, desde hace más de 17 años, el puesto de redactor del área de Comunicación del grupo Zeta y fue víctima del ERE de abril de 2009 que se llevó por delante a 442 trabajadores, según el Observatorio de la APM. Asegura que desde entonces lo ha intentado pero no ha encontrado trabajo debido a que su “perfil es complicado por la edad”. “He realizado un máster relacionado con el periodismo ‘on-line’ pero no tengo prácticas en ninguna empresa”. Entre sus expectativas está la diversificación en periodismo y comunicación en agencias o empresas, además de continuar formándose y llevando a cabo colaboraciones.

Esperanza Rodríguez, de 57 años, sufre una situación similar. Llevaba 27 años como jefe de sección de Sociedad en la revista “Ser Padres”, de G+J. Su despido se produjo en diciembre de 2009, año en el que salieron del grupo 19 personas en total. Cree que las razones “fueron absurdas”: le aseguraron que había “más gente de la que se necesitaba”. La realidad que se encontró al salir es que “no hay nada de nada, lo único que te encuentras es con gente a la que también han despedido”. “He hecho varios cursillos de corrección y de inglés pero la situación es un poco absurda, con personas saliendo de la universidad y los medios necesitando cada día menos gente”. En la actualidad ha preferido aprovechar este “revés” y verlo como una oportunidad. Se plantea “cambiar de actividad” desarrollar aficiones que siempre ha querido practicar “como participar de extra” de cine, además de “aprender otras cosas nuevas”.

No es el mismo caso el de Isabel Benito, de 58 años. Salió de ‘Marca’ en 2008 junto a 17 personas más, después de 12 años. Era la directora de arte y al salir asegura que tuvo “suerte por el prestigio profesional que tengo pero aún así lo pasé muy mal”. “Me mandaron la carta de despido por burofax y aunque no me dijeron nada oficial, pienso que lo hicieron porque ganaba mucho y ellos interpretaron que había demasiados maquetadores”. Para esta periodista, la realidad laboral “está muy mal”, “te pasas la vida trabajando para ascender y, cuando lo consigues, te echan para pagar a otro 1.000 euros”. En la actualidad, trabaja en la revista mensual ‘Atenea’ y ahora mismo piensa en “aguantar hasta que me jubile en esta publicación”.

También corrieron mejor suerte Loli Gómez y Ana Parra. Ambas tienen 32 años y trabajaban en diarios gratuitos. La primera, llevaba tres años en ‘20 Minutos’ cuando la dirección decidió no renovarle porque “iban a llevar a cabo un recorte de personal”. Fue una más de las víctimas de los recortes que este diario gratuito puso en marcha en abril de 2008. Señala que la realidad que se encontró “era nula, no hay realidad. Sueldos precarios y muchas horas de trabajo. Como no mejoren las condiciones la profesión está muy mal”. Aún así, Loli agrega que tuvo suerte porque, nada más salir, la llamaron “para trabajar en un gabinete de comunicación y dio la casualidad de que yo me quería ir de ’20 Minutos’”.

Ana Parra, en cambio, trabajaba en ‘ADN Coruña’ cuando la dirección decidió cerrar la edición en Galicia. Por esas mismas fechas, ‘ADN’ también cesó su edición digital. Señala que “la publicación de Vigo perdía dinero, y de un día para otro -aunque la de A Coruña iba bien-, nos dijeron que cerraban, eso sí, nos indemnizaron muy bien”. Parra llevaba tres años como redactora, y aunque asegura que “encontrar trabajo no es fácil” en esta profesión. Reconoce que tuvo “suerte porque me pilló el cambio de gobierno autonómico y entré a trabajar en el gabinete comunicación de la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia”. La realidad que “me encontré nada más ser despedida fue, sobre todo, desde el punto de vista humano: te das cuenta de que la gente se ocupa muy poco de los que estamos en paro. Te encuentras que las personas que te tienen que ayudar no lo hacen y los más inesperados te sorprenden”. “Los amigos no te ayudan por miedo a perder su propio empleo”, agrega la periodista. Su futuro pasa por poderse “volver a A Coruña porque ahora trabajo en Santiago”. También denuncia que “es muy triste que para que tengas un reconocimiento en esta profesión necesites un físico y no sea necesario estudiar esta carrera”.

Las agencias de comunicación, la principal salida

Los entrevistados coinciden en que la situación de la profesión “es muy complicada” y que “encontrar trabajo no es fácil”. Los que sí lo han conseguido ha sido en el sector de las agencias de comunicación. Otra de las alternativas ha resultado ser el autoempleo. Los compañeros entrevistados se quejan de que las condiciones con las que se ejerce la profesión “deben mejorar” para resolver buena parte de los problemas que aquejan al periodismo.

Xose Martín

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