Felipe Serrano, Premio APM Periodista Especializado en Madrid 2013: "La información local es de primerísima división y merece la pena apostar por ella"
La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha galardonado a Felipe Serrano con el Premio APM al mejor periodista especializado en Madrid del año 2013 por haber dedicado toda su vida profesional a la información sobre esta capital, tanto del Ayuntamiento como de la Comunidad, “mostrando a sus oyentes, con rigor y solvencia, la realidad de su ciudad y de su autonomía”. Serrano se inició en Antena 3 Radio, pero pronto pasó a formar parte de la Cadena SER, donde recientemente ha cumplido 20 años. Empezó en el “Matinal” a las órdenes de Iñaki Gabilondo; tras un par de temporadas, estuvo con Javier González Ferrari en “Hora 14”, y después en el programa “El Foro” con Carmelo Encinas y en Radio Madrid (Redacción Madrid).
Su trayectoria profesional ha estado ligada, prácticamente en su totalidad, a la radio, y singularmente, a la información local de Madrid, que le ha hecho merecedor del Premio "Pilar Blanco" de Comunicación 2010 y la Antena de Plata de Radio en el año 2000. Apmadrid.es entrevistó a Felipe Serrano (@azulmanchego) para conocer su opinión sobre la situación actual de la profesión periodística.
- ¿Qué supone para usted que la Asociación de la Prensa de Madrid le considere el periodista especializado en Madrid del año 2013?
Es un inmenso honor y estoy muy agradecido. También estoy muy agradecido por las muestras de cariño recibidas y, solamente por este reconocimiento personal de los compañeros, ya habría merecido la pena.
- Una trayectoria profesional larga dedicada a la información sobre esta capital. ¿Qué noticia no ha dado aún y le gustaría dar?
La resolución política de un caso tan aberrante y vergonzoso como fue el del “tamayazo”.
- De las noticias que ha tenido que cubrir, ¿sería este caso el de mayor repercusión?
Para Madrid, sin lugar a dudas. Salvando las distancias, creo que es como nuestro “Watergate”. A diferencia de que nuestro “tamayazo” nunca se investigó judicialmente y no se ha resuelto desde el punto de vista político.
- Pero usted sí hizo una investigación con su libro “El tamayazo. Crónica de una traición”…
Sí, aprovechando el décimo aniversario, me pareció que resultaba de interés informativo darle una vuelta al asunto e intentar ahondar en las raíces y en las consecuencias de aquella traición. El objetivo no era tanto descubrir al “asesino”, sino contar el desarrollo de cómo habían acontecido los hechos. Desde ese punto de vista, estoy satisfecho, pero, como digo, es un caso abierto todavía.
- ¿Y por qué cree que no se ha investigado judicialmente?
Porque en su momento, el Partido Popular maniobró hábilmente e impidió que el asunto se llevara hasta sus últimas consecuencias por la vía judicial.
- Ha comentado la noticia que no ha dado aún y le gustaría dar, pero ¿cuál no le hubiese gustado dar?
Indudablemente, todas las que tienen que ver con hechos luctuosos, sobre todo que tengan que ver con el terrorismo. El 11M, indudablemente. Tampoco, todas esas noticias relacionadas con la violencia de género, la violencia hacia los menores, o hacia las personas más débiles. Esas noticias son las que te llegan, incluso, a afectar personalmente.

Felipe Serrano, reconocido con el Premio APM al periodista especializado en Madrid del año 2013. Fotos: Pablo Vázquez / APM.
- Prácticamente, se ha dedicado siempre a la información local ¿Qué aporta a un periodista hacer información local?
Imagino que cuando un estudiante empieza con toda la ilusión la carrera de Periodismo no sueña con dedicarse toda su vida a la información local. Sin embargo, la información local tiene interés en sí misma y es, sin lugar a dudas, la mejor escuela para alguien que comienza su profesión. Primero, por la variedad de los asuntos que aborda y, en segundo lugar, porque es una escuela que no está lo suficientemente ponderada y no es lo suficientemente conocida. La información local es una información de primerísima división y merece la pena apostar por ella. Sobre todo, ahora que algunos teóricos aseguran que puede ser una vía para salir de la crisis, en general, y del periodismo, en particular.
- ¿A qué se debe que esté de alguna manera minusvalorada este tipo de información?
Fundamentalmente por desconocimiento. Tengo la impresión de que la información local tiene mucha mayor potencialidad y que cualquier cosa que se haga por desarrollarla o expandirla es poco, porque es una información muy agradecida por el público. Es importante saber lo que está ocurriendo en Ucrania, el referéndum que ha habido recientemente en Suiza, o la visita de Hollande a Obama en Washington, pero la cercanía de lo que está ocurriendo en tu entorno, es un valor en alza y se debería potenciar.
- ¿Por qué no se hace?
En el periodismo, como en todo, hay modas. Tampoco se trata de ocupar toda la antena de la radio con la información local, pero creo que todavía hay posibilidades para desarrollarla aún más porque es un campo que tiene mucha más amplitud.
- ¿Tiene connotaciones especiales hacer información local de Madrid, por ser la capital del Estado?
Cuando estamos hablando de la dimensión de la información local, en el caso de Madrid adquiere una importancia sobrevenida. Con todos los respetos, no es la misma información local la que se hace en Madrid que la que se puede hacer en Soria o en Ciudad Real. Madrid, al ser una comunidad y la capital del Estado congrega, no solo a todas las Administraciones, sino que confluyen en ella también muchas de las actividades: todo pasa por Madrid, de alguna forma. En ocasiones, incluso, no resulta fácil deslindar qué es información local de lo que es otro tipo de información general.
- ¿Cómo ve el panorama de la información local ahora que los grandes medios están prescindiendo de los corresponsales locales por falta de medios?
El periodismo atraviesa por una crisis desde varios puntos de vista, pero también de identidad. El problema de la información local no está resuelto. Es un problema siempre pendiente porque no se sabe exactamente qué dimensión darle y dónde empieza y dónde acaba. En ese sentido, no es una isla la información local dentro del periodismo, sino que está sujeta exactamente a los mismos inconvenientes que el resto de las secciones.
- Al mismo tiempo que se retiran delegaciones locales, están surgiendo medios locales e hiperlocales.
La información local ha atravesado por etapas de mayor esplendor en las que todos los periódicos tenían su propio cuadernillo y las emisoras de radio ocupaban mayor espacio que ahora.
Lo que está sucediendo creo que es una moda empresarial, pero estoy absolutamente convencido de que la información local tiene un gran futuro.
- He leído que fue camarero del Ritz.
Fui durante once años camarero del Ritz, de hecho empecé a trabajar de camarero para poder pagarme la carrera de Periodismo. Es muy curioso, porque muchos de los personajes con los que me encontraba en el hotel, primero como camarero, luego me tocó verlos en ruedas de prensa cuando ya empecé a ejercer la profesión.
- Cambió la bandeja por el micrófono de radio.
Sí. Lo cambié con gran sorpresa para mí cuando empecé a trabajar en Antena 3 Radio. Rápidamente, cuando vi mi primera nómina me di cuenta de que salía perdiendo dinero (risas). De camarero ganaba el doble, pero me repuse rápidamente de esa decepción.
- Pero es más reconfortante el ejercicio del periodismo.
Sin lugar a dudas. Durante la época de camarero yo ya sabía que iba a ser periodista e iba con la libretilla apuntando cosas que luego me fueron de mucha utilidad para el libro que escribí con motivo del centenario del Ritz: “Hotel Ritz: Un siglo de historia de Madrid”.
- ¿Hay similitudes entre los dos oficios?
Salvando las distancias, sí. Tanto un periodista como un camarero, cuando llega el momento de trabajar, no habla de horarios sino de dedicación absoluta. Más allá de eso, tampoco veo demasiadas coincidencias. En ambos casos, son dos servicios públicos que se prestan a la sociedad y tan digno es uno como el otro.
- ¿Ha variado mucho la labor de los periodistas de entonces a la de ahora?
Las bases del periodismo son las mismas. Ahora que se habla tanto de la crisis, creo que el buen periodismo tiene futuro. No observo que haya demasiadas diferencias entre lo que se hacía antes y lo que se hace ahora. Básicamente porque la materia de la que hablamos es la misma. Quizás lo que han cambiado de forma radical son las condiciones laborales de los periodistas. Es decir, la situación de paro, de incertidumbre, de precariedad laboral. En la época en la que yo estudiaba, ya había saturación (salían más licenciados de la facultad que puestos de trabajo había), pero no en la dimensión que se está produciendo ahora. Es mal momento para muchas cosas, y desde luego no demasiado bueno para los periodistas que empiezan y que se encuentran con una situación, en algunos casos, inadmisible.
- ¿Qué falla en el periodismo actual? ¿Por qué no resulta tan creíble para los ciudadanos?
No creo que sea un problema de credibilidad, sino un problema de estructura económica por parte de las empresas que no pueden dedicarle al capital humano, posiblemente, todos los recursos que son absolutamente necesarios. Es una obviedad y una perogrullada, pero para que pueda haber periodismo tiene que haber periodistas. Periodistas que tienen que estar en la redacción, pero también en la calle. No siempre esa faceta se cultiva lo suficiente. Además, se están produciendo muchas prejubilaciones, por otro lado las prácticas de los jóvenes periodistas se están alargando mucho, con unas condiciones salariales manifiestamente mejorables. Diríamos que es una situación de conjunto de una profesión que está en ebullición y que no es ajena a todo lo que está ocurriendo en el resto del país.
- ¿Y cómo se soluciona esta situación?
No tengo la receta ni la fórmula mágica. Creo que el compromiso del oficio y de la profesión es absolutamente innegociable, pero lo que son las fórmulas para llevarlo a cabo las desconozco porque básicamente sería voluntad por parte de las empresas de dotar a sus medios de los suficientes elementos como para que la profesión siga adelante.
- Se dice que la solución a la crisis del sector es el periodismo de calidad.
Es que no hay otro periodismo. El periodismo siempre tiene que tener esa connotación de calidad, basado en los mismos principios que han regido siempre esta bendita maldita profesión: el compromiso con la verdad, la honestidad intelectual, la defensa siempre de los más débiles e intentar evidenciar las contradicciones del poder e intentar actuar para que no se cometan ese tipo de desmanes.
- Algunos se quejan de que los periodistas hemos estado muy cerca del poder y lejos del ciudadano. ¿Está de acuerdo?
Tengo la impresión de que venimos de un vicio en la relación de los políticos y los periodistas de la época de la Transición. Después de una etapa de dura dictadura, políticos y periodistas tuvieron la necesidad de estar más cerca posiblemente de lo que hoy entenderíamos por admisible. Es decir, un político y un periodista no creo que puedan ni deban ser amigos. En estos casos, me gusta mucho hacer alusión a la “parábola de Schopenhauer” [Dilema del erizo], que Iñaki Gabilondo cita a menudo. Tiene que ver con el hecho de que los políticos y los periodistas se necesitan y se complementan, pero no tanto como para que puedan estar tan próximos que con las púas, como si fueran erizos, llegan a dañarse. Creo que es mejor la media distancia y, desde luego, quizás lo más lamentable es que la omnipresencia de la política ha desplazado el interés informativo hacia la política, cuando, posiblemente, no todo lo que ocurre en torno a la política sea noticiable.
- ¿Qué otros errores estamos cometiendo o hemos cometido los periodistas? ¿Es necesario hacer autocrítica?
La autocrítica es sana y es deseable que la hagamos. No creo que la crisis lo pueda justificar todo. Los valores del periodismo no han cambiado demasiado. El compromiso es con la verdad, veracidad y con la honestidad y con el respeto a los lectores que, al fin y al cabo, es el objeto de nuestra profesión.
- ¿Y los editores?
Bastante tienen con ser jefes. No debe resultar fácil. Lo hacen los mejor que pueden. Habrá algunas salvedades, pero creo que, en general, no son entes aislados, sino que muchas de las decisiones que se toman son colectivas.
- ¿Cree que el nivel del empleo periodístico volverá a alcanzar los niveles de antes de la crisis?
No lo sé. Quizás, lo que al final ocurre es que no todos los que están estudiando Periodismo ahora o empiezan en la profesión podrán aspirar a trabajar en un gran periódico, en una gran emisora, o en un canal de televisión. La profesión, se ha diversificado por otros canales y, posiblemente, sea el momento de explorar otras vías porque esta profesión es muy rica. No todo el mundo puede jugar en el mismo equipo.
- ¿A qué otras vías se refiere?
Hablábamos antes del periodismo hiperlocal, pues esa podría ser una buena vía. Hay algunas experiencias que se están haciendo en Madrid y en otros sitios de este tipo de periodismo que llega donde no llegan los grandes medios. Ahora también se habla del periodismo de datos. Digamos que [el periodismo] es una profesión que es una coctelera y que está continuamente reinventándose.
- La crisis también ha provocado que se esté expulsando de las redacciones a los profesionales más experimentados ¿Qué consecuencias cree que tendrá para la calidad informativa?
Eso es algo que me preocupa enormemente porque siempre he pensado qué ocurre con los periodistas cuando ya están llegando o estamos llegando a una edad determinada, edad en la que supuestamente somos prescindibles desde el punto de vista del mercado. Lo ideal en una redacción es que haya un equilibrio adecuado. Que esté la fuerza, el empuje, el desparpajo de los que empiezan; que luego haya una clase media potente, y luego, sobre todo, se respete la experiencia de los, supuestamente mayores porque creo que la experiencia en algunos momentos resulta crucial, esencial y determinante para determinados conflictos o para determinadas cuestiones informativas.
- ¿No le parece un error de libro prescindir de la experiencia?
Lo que pasa es que el kilo de periodista está hoy muy barato. Prescindir de un veterano a una empresa le puede resultar rentable si a cambio contrata a tres noveles. En esas estamos.
- Hay una sensación de que la radio es el medio de comunicación que menos ha sufrido la crisis y que mejor está adaptándose a la nueva realidad. ¿Es cierto?
La radio, que curiosamente era un medio débil y que estaba condenado a desaparecer, cuando nació la televisión y luego con las nuevas tecnologías, sin embargo creo que tiene una vitalidad a prueba de cualquier cosa. Es un medio muy cercano, muy agradecido, y que tiene un futuro absolutamente envidiable.
- ¿Pero le está afectando la crisis del sector? ¿De qué manera?
Sin lugar a dudas. Sobre todo porque las radios no son entes aislados, sino que pertenecen a grandes grupos de comunicación y, al final, todos van en el mismo barco. Sí tengo la impresión de que la radio, con las dificultades que tiene, como la contratación de publicidad, parece evidente que está resistiendo mejor los embates de la crisis.
- Uno de los golpes más fuertes que ha sufrido la radio en España es el cierre de Punto Radio…
Sí. Además, en el caso de Punto Radio, lo lamenté especialmente porque los de información local formamos una pequeña gran familia y solamente el hecho de recordar que todavía algunos de esos compañeros no han encontrado trabajo o que están en una situación muy precaria, a mí me produce especial dolor porque no resulta difícil ponerse en su lugar.
- El medio más castigado ha sido la prensa en papel ¿Cree que conservará algún lugar en la actual invasión de medios digitales? ¿Considera que sobrevivirá la prensa en papel?
No sabría decirte. No soy un teórico del asunto. Me guío por mi intuición o mi impresión. A mí no me gustaría que el papel desapareciera por una cuestión, tal vez, sentimental. Pero sí es cierto que, aunque vamos a un modelo de negocio en el que lo digital se va a ir imponiendo, me gustaría que la prensa en papel no desapareciera. Quizás llegaremos a nuevos modelos, a nuevas posibilidades de negocio, con unos contenidos diferenciados, pero me parece que es absolutamente básico que el papel persista.
- ¿La información debe ser de pago o gratuita?
Hay contenidos que deberían ser gratuitos, pero hay otros contenidos que podrían ser de pago y que necesariamente tienen que serlo porque no hay nada gratis en la vida y el trabajo profesional tiene que ser reconocido. No son incompatibles. Lo ideal sería que hubiera una especie de contenido digital a la carta según el cual alguien pueda tener acceso a lo básico para informarse y si alguien quiere profundizar o tener otro tipo de contenido de mayor calidad, lo pueda pagar. Eso redundará en la calidad de la profesión.
- Si no está en riesgo la sostenibilidad de los medios.
Claro, como digo, gratis no hay nada en la vida. ¿Por qué no habríamos de pagar por un contenido informativo hecho por profesionales? Ambas cosas pueden convivir perfectamente.
- ¿Y cómo acostumbramos a los ciudadanos?
Es una fórmula que no debe ser fácil de afrontar, pero, tarde o temprano, habrá que ir yendo a ese tipo de contenido de pago. No hay otra solución.
-El 25 de junio se entregan los Premios APM de Periodismo 2013
Entrevistas a los galardonados en los Premios APM de Periodismo 2013:
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