El nuevo director de “ABC”, diario que sufrió el año pasado las consecuencias de un ERE que afectó a 208 empleados, considera que “la calidad no la marca tanto el número de trabajadores, sino su cualificación”. A pesar de los recortes, en su primera entrevista tras asumir el cargo el pasado 14 de septiembre, anuncia que pretende desalojar de su puesto a "El Mundo", segundo diario más vendido en el mercado español por detrás de "El País".
Por Sergio J. Valera
Bieito Rubido (Cedeira, La Coruña, 1957) transmite sobre todo la idea de que la rentabilidad es la base de la independencia informativa. Durante sus treinta años de trayectoria profesional, ha sido responsable de medios tanto audiovisuales como escritos. Ha sido director de “La Voz de Galicia” y de Antena 3 TV en esa región y director general de Radio Voz cuando era una cadena de ámbito nacional. En este momento, afronta su mayor reto profesional: transformar el centenario “ABC” en un diario adaptado a las nuevas tecnologías y al multimedia. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Rubido ha sido profesor de la Universidad de A Coruña y de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Dos semanas después de su nombramiento, el nuevo director de “ABC” ha recibido a Apmadrid.es y ha hablado sobre el fin de la era de la prensa escrita y la burbuja mediática en España, así como sobre asuntos tan de actualidad como las ruedas de prensa sin preguntas y los anuncios de prostitución. También se ha pronunciado sobre lo que para él debe ser un periodista.
- ¿Cuáles son los primeros objetivos en su etapa como director de “ABC”?
- El principal objetivo es la transformación de un periódico tradicionalmente centrado en el papel en una redacción “multisoporte”, orientada a la fusión de texto, audio e imagen. Paralelamente, hay que seguir haciendo el periódico en papel, pensando en que lo seguirán comprando lectores tradicionales pero también otros lectores que ya tienen una relación distinta con los medios, que son mucho más exigentes y formados y que no quieren solo una noticia, sino, fundamentalmente, la explicación de la actualidad. Espero que en los próximos seis meses se pueda ver ese periódico distinto.
- Cuatro grandes diarios de difusión nacional se reparten los lectores de tendencia conservadora. Con su llegada, ¿se notará algún giro en la línea informativa de “ABC” para diferenciarse de los otros tres?
El pensamiento de “ABC” es liberal conservador históricamente, y tiene que seguir siendo fiel a su raíz, que es la que convocó a cientos de miles de lectores ante sus páginas. Probablemente, por exceso de personalismos de unos y de otros, se fue para un lado o se fue para el otro
- ¿Hay hueco para tantos diarios?
Hay demasiados operadores en la prensa de Madrid. Yo mantengo que sobran la mitad de los diarios en España y en Madrid, tres. Los periódicos que se están radicalizando sitúan al resto más en el centro. Pero insisto en que nosotros tenemos que ser fieles a lo que quieren los lectores de “ABC”.
- ¿Considera conveniente que un director de marcada personalidad la impregne en su periódico, como, por ejemplo, Luis María Anson y Pedro J. Ramírez?
No. Todas las personalidades acusadas tienen como consecuencia dejar tras de sí tierra quemada. Un director acaba dejando su impronta en un diario desde el trabajo en equipo, compartiendo el proyecto y aceptando las ideas de los demás sin ser arrogante. Sí es necesario liderar esa transformación, consiguiendo que los demás participen.
- ¿Se ha planteado como meta alguna cantidad de diarios vendidos?
La aspiración inmediata es ser el segundo diario de España. No quiero dar cifras, entre otras cosas, porque la difusión está cayendo. Dicho esto, la base de lectores de “ABC” es la más fiel. En cinco o diez años tendremos más lectores que el resto de las cabeceras con toda seguridad. Vamos a retener más lectores que los demás, porque el lector clásico de “ABC” es leal a la cabecera y al papel.
- ¿Cree usted en el archianunciado fin de la era de la prensa escrita? ¿Le pone fecha?
Estamos en un punto de inflexión histórico en esta profesión. Honestamente, creo que internet se va a imponer. Se está imponiendo. Las jóvenes generaciones no acuden al papel. La lectura pausada también la puedes hacer en internet. El papel no tiene ninguna ventaja sobre internet.
- Las cifras de ventas se ven distorsionadas por determinadas promociones de los diarios que poco tienen que ver con el periodismo. ¿Seguirá “ABC” buscando lectores por esta vía?
Las promociones son un veneno que hemos inoculado todos. Lo que pasa es que nadie ha decido renunciar a ese veneno. El día que alguien lo haga habremos ganado todos, pero nadie quiere renunciar.
- ¿Serán necesarias más reducciones de la plantilla después del ERE de mediados del año pasado?
Toda la prensa del mundo desarrollado ha abordado planes de acondicionamiento del tamaño de la plantilla buscando la eficiencia. Nosotros tenemos un mandato moral: ser rentables. Sin serlo, perdemos el resto de las batallas. Los periodistas tenemos que ser la conciencia crítica del poder y defender a los ciudadanos de los abusos. Jugamos un papel muy necesario en la sociedad que solo se puede acometer si eres independiente. Y la independencia te la da la rentabilidad. Hoy, además de periodistas, los directores de periódicos son fundamentalmente directivos, que, a veces, tienen que tomar decisiones sobre los trabajadores.
- ¿Es posible ofrecer la misma calidad en el producto cuando el trabajo que antes realizaban cuatro ahora lo tiene que asumir uno?
Yo creo que sí. Antes no se disponía de las herramientas actuales que hacen más eficiente el trabajo. La calidad no la marca tanto el número de trabajadores, sino su cualificación. Necesitamos que los periodistas cada vez sean profesionales mucho más preparados. El periodismo tiene que ser una profesión de élite, porque el lector actual es más exigente.
- Tras el ERE y varios cambios de director en poco tiempo, ¿cuál le ha parecido el ánimo de la plantilla? ¿Qué compromiso les ha pedido?
Les he pedido que se ilusionen, que recuperen el orgullo de pertenencia a “ABC”, una de las grandes casas del periodismo europeo.
- ¿Y a usted qué le han pedido los editores?
Fundamentalmente, esa transformación de la redacción y que hagamos un producto más atractivo con el que se ganen más lectores.
- Cada vez hay más editores de medios sin vocación periodística. ¿Qué consecuencias puede tener esto para la profesión?
Una reflexión que debemos hacer todos muy seriamente es el escaso peso que los periodistas tenemos en las redacciones. Ha desaparecido en todas las empresas. Es muy importante que los periodistas recuperen ese peso en puestos de decisión, en comités y en los puestos trascendentales de las compañías.
- ¿Qué problemas debe superar la profesión periodística para revertir la crisis que padece?
El periodista debe tener un mayor grado de compromiso con la viabilidad de la empresa. Esa cultura en la que el periodista era más artista y no se comprometía con la empresa es un modelo muy antiguo. Aunque, evidentemente, para que sea un éxito económico, antes tiene que ser un éxito periodístico.
- ¿Qué perfil cree que deberán tener los periodistas del futuro?
Tengo varias cosas claras después de treinta años de profesión: uno, este país tiene una burbuja mediática nociva para la profesión, de tal manera que si existieran la mitad de periódicos, radios y televisiones probablemente estaríamos haciendo mejor periodismo y dando mejor servicio a la sociedad; y dos, además de que sobran la mitad de los medios, sobran la mitad de las facultades. No son necesarias. Valdría con una o dos escuelas muy especializadas en formar periodistas. ¿Cómo me gustaría a mí que fueran los futuros periodistas de “ABC”? Con una o dos carreras, de formación muy diversa, ya sea Historia, Medicina, Económicas, Física..., y que después tengan la vocación de ser periodistas. Este oficio se aprende en un máster de uno o dos años.
- Hace dos años y medio, los directores de los principales diarios españoles, junto al presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid y al decano del Col.legi de Periodistes de Catalunya, firmaron una nota contra las ruedas de prensa sin preguntas. ¿No ha llegado ya el momento de que los directores se nieguen a mandar redactores a estas comparecencias?
En esta profesión hay mucha inseguridad. Prefieren equivocarse todos juntos a acertar por separado. Hay que tener una estrategia diferente a los demás y mantenerse en ella. La actualidad es tan caótica que lo que hay que hacer es ordenarla y apostar. Salvo que la rueda de prensa sea importantísima, esta manía de que todo el mundo crea que puede convocar una rueda de prensa y que nosotros acudiremos sin más debe acabar.
- En “La Razón” y “Público” sí que se han atrevido a ir por separado con los anuncios de contactos negándose a publicarlos. ¿Cuál es su opinión acerca de la aparición en la prensa de publicidad de prostitución?
“La Razón” y “Público” han hecho de la necesidad virtud. Son los últimos en llegar y no tienen apenas anuncios. Porque las mismas empresas que editan estos diarios tienen una amplísima gama de anuncios y espacios de este tipo que emiten en sus distintas televisiones por la noche. Es una doble moral todavía más perversa que la que tratan de reprocharnos a los demás. Lo que tiene que hacer el Gobierno es ser valiente y regular las leyes sobre este tema, y una vez que marquen las pautas, los medios solo son el reflejo de la sociedad.
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