Cambio 16, que acaba de celebrar su 35 aniversario, es la revista decana. El presidente desde su refundación hace una década, Manuel Domínguez Moreno, defendió el formato de revista semanal. “Un periódico termina como un café, pero la revista conserva el interés del lector durante más tiempo”. Con diez mil suscriptores fuera de España, herencia de los anteriores editores que han sabido mantener, Domínguez Moreno explicó que han apostado por el idioma como seña de identidad al haber fundado las revistas Aldakea y Canvi, con las que pretenden ser testigos de la transición de la violencia a la paz y de la nueva etapa de los Estatutos en el País Vasco y Cataluña, respectivamente, como lo fue Cambio 16 en la transición española.
Manuel Cerdán, director de Interviú, habló del éxito de su revista, la que mejor salud tiene del sector. Según Cerdán éste se debe al cóctel que ofrecen: “La portada, que marca mucho, y los reportajes de investigación exclusivos. Si falta alguno de los dos ingredientes nos estrellaríamos”. Para el director de Interviú, hay que competir en el campo de la información que la dinámica de la actualidad aleja de los periódicos.
El director de Tiempo de Hoy, Jesús Maraña, explicó que la crisis de las revistas de información procede de la segunda edad de oro del sector, a finales de los años ochenta. “Fue muy rentable, pero coincidió con la época del pelotazo y la frivolidad del momento salpicó a las revistas, que perdieron credibilidad”. Al mismo tiempo, apuntó el daño de la cultura de lo gratis que se extiende entre los jóvenes, “que piensan que la información es gratuita”. Maraña también se mostró preocupado por el continuo debate sobre la desaparición del papel y olvidar el de la desaparición del periodismo. “Ni a políticos, ni a editores, ni a ciudadanos les interesa el periodismo. Nunca les ha interesado porque no se invierte en investigación y el periodismo, o es investigación, o no es periodismo”. Pese al panorama que dibujó, se confesó pesimista, “no catastrofista”, porque “la crisis no debe ser tan aguda cuando nos mantenemos seis cabeceras”.
La encrucijada de las revistas entre el exceso de información y la fracturación del tiempo fue el argumento del director de Época, Alfonso Basallo. Según argumentó, el sentido de un medio semanal frente a los que ofrecen información instantánea, es que “somos los que mejor perspectiva tenemos para orientar, ordenar e interpretar la actualidad”.
José García Abad, director de El Siglo de Europa, reconoció el declive de las revistas de información general en comparación con otros países europeos. Para García Abad, el reto de las revistas está en aportar la información que se escapa a los demás. Al ir a un público limitado, el director de El Siglo comentó que deben afinar más los contenidos “sin caer en el sectarismo ni la bipolaridad”. En este sentido, manifestó que “somos la última trinchera de la libertad de expresión”. Asimismo, destacó la combinación de prensa e internet para dar proyección a las revistas.
Por último, el director de La Clave, José Luis Balbín, explicó su situación profesional en estos seis últimos años al frente de este proyecto. “La independencia que tengo no la he encontrado en ningún otro medios. Por primera vez no tengo por encima jefe político, ni político de jefe”. En cuanto al colectivo, señaló que en España las revistas se han venido abajo porque “apenas hay empresarios preocupados por el periodismo”, y coincidió con sus compañeros de mesa en que lo que ofrecen respecto a otros medios es información más distanciada, pensada y analizada.
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