Los debates deben ser televisados sin rectificaciones, corte o edición posterior, sin que estén necesariamente sometidos a exclusiva. Por el contrario, cabe también una señal libre, abierta, que puedan emitir simultáneamente los operadores de radio y televisión interesados, que sufragarían proporcionalmente el coste de producción. El año 2008, con las oportunidades tecnológicas de emisión analógica, digital, Internet, etcétera…, pretender o incurrir en una emisión cerrada y exclusiva sería anacrónico.
La APM, como entidad profesional representativa e independiente, ofrece sus buenos oficios a los partidos y emisoras de televisión para, subsidiariamente, hacer posibles esos debates y el protocolo de los mismos, tanto de los “cara a cara” entre los dos principales candidatos, como los que acojan a las restantes formaciones que concurren con posibilidades de obtener escaño según las encuestas más cualificadas.
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