Mayte Antona, jefa de Sociedad de Servimedia y directiva de la APM. Foto: Jorge Villa
26/01/2018 - Entrevista realizada por Beatriz Sancho y publicada en el semanal del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi).
Aunque cuestiona su existencia, Mayte Antona busca la justicia social mediante el ejercicio del periodismo, y desde su puesto de redactora jefa de la sección de Sociedad, quizás el más relevante por su esencia de toda Servimedia, personifica el "altavoz de las desigualdades", el "apoyo" incondicional de los "excluidos", de los "olvidados", mediando y conectándoles con los gobiernos que miran "a otro lado o se ponen de perfil". La información de la discapacidad, dice, está en su madurez: se la conoce, está asentada, y llega el momento de que sea "tan comprendida" y de que "se empodere" como ya lo han hecho otras.
- Tu trayectoria profesional, en la que luego entramos, si te parece, te consagra como experta en información social. ¿Cómo definirías el concepto de información social?
Información social es el seguimiento de los acontecimientos que afectan a la sociedad. Es elaborar noticias relacionadas con la educación, la discapacidad, el medio ambiente, la violencia de género, la infancia, los mayores, los servicios sociales, la salud y la sanidad, el 0,7%, la inmigración, las ONG, la solidaridad, etc.
Abarca un enorme cajón de sastre, que además engloba sus interrelaciones con el poder ejecutivo, legislativo y judicial, y también con los partidos políticos, sociedades científicas y organismos internacionales. La información social es un universo apasionante, el periodismo más hermoso y gratificante que se puede hacer.
- Una década en Diario 16, cuatro años en la COPE, dirigiste las revistas Nuestros hijos (SM) y Megatrix (Unidad Editorial y Antena 3 TV). Luego aterrizas en Servimedia en la revista Perfiles, de la ONCE, y más tarde te ascienden a redactora jefa del departamento de Sociedad, puesto que aún ocupas. Si habláramos de historia y de tendencias de la información social, con la amplia perspectiva que tú tienes, ¿cuál sería el itinerario, el camino que ha recorrido la información social hasta llegar a lo que es hoy?
La información social y, por ende, la especializada en discapacidad tiene aún poco peso en los grandes medios. Pero si la comparamos con la información social que se hacía hace 20 años, la evolución es importante. Antes lo social, era el suceso puro y duro. Con la especialización de un grupo de periodistas sociales, la mayoría mujeres, se ha dignificado, se ha avanzado mucho.
Un ejemplo claro: el asesinato de una mujer a manos de su pareja o ex pareja era un crimen pasional hace 20 años, y estaba circunscrito a la esfera privada, hasta que se produjo el testimonio de Ana Orantes y su posterior asesinato. Entonces dejó de ser un crimen pasional para convertirse en una lacra social contra la que todos tenemos que luchar.
Con la información sobre la discapacidad ha pasado algo parecido: gracias al trabajo realizado por el CERMI y su lucha por la igualdad, por lograr un marco jurídico justo para las personas con discapacidad, los medios han cambiado el concepto de caridad aplicado a las personas con discapacidad por el de dignidad.
Y luego también está la transformación del lenguaje en el que los y las periodistas de Servimedia nos hemos implicado mucho. Hemos desterrado desde nuestros teletipos las palabras: minuvalía e incapacidad, y todos los adjetivos descalificativos que se aplicaban a la discapacidad y que ahora están, prácticamente, olvidados. Nuestros colegas de otros medios se han dado cuenta y se han sumado a la transformación del lenguaje utilizado en las informaciones sobre discapacidad.
- ¿Qué rasgos le son propios e imprescindibles a la información social, y qué la diferencia del resto de informaciones periodísticas?
Para hacer información social es imprescindible tener conciencia social. Tiene que haber una complicidad con el protagonista social. Muchos y muchas periodistas sociales llevamos la cuenta de mujeres asesinadas por la violencia machista, casi no nos hace falta mirar las estadísticas del Gobierno.
Las reivindicaciones de las personas con discapacidad son mis reivindicaciones. Las injusticias sociales me enervan. Estos últimos años de recortes sociales han sido muy duros porque no estamos hablando de coches, o de bancos, o de autopistas. No. Esos recortes afectaban y siguen afectando a las personas, a su desarrollo, a su futuro. Sin embargo, el método de trabajo es el mismo que en el caso de otras informaciones periodísticas.
- En 2006 el Consejo General del Poder Judicial te concedió un premio por tu "contribución a la erradicación de la violencia de género". ¿Nos explicas cómo fue esta aportación desde la información social, por favor?
Mi contribución, obviamente, fue mi trabajo periodístico. En Diario 16 fui una de las primeras personas que empezó a hacer información sobre la mujer y sus derechos. Tuve la gran suerte de poder cubrir la Cumbre Mundial de la Mujer que organizó la ONU en Pekín en 1995. Era muy joven, pero en Diario 16 confiaron en mí, y me dieron esa oportunidad.
Aprendí mucho, conocí a mucha gente, me relacioné con las ONG de mujeres no solo de España, sino de todo el mundo y, a partir de ahí, seguí trabajando, insistiendo en ese campo, dando información sobre la situación de desigualdad que sufren las mujeres, investigando las causas, denunciando, preguntando, haciendo visible una tragedia porque: cada año son asesinadas en España en torno a 60 mujeres, solo por ser mujeres.
- ¿Está la información sobre o de discapacidad englobada dentro de la información social?
La información sobre discapacidad o de discapacidad es un contenido más dentro del gran contenedor que es la información social. Pero, en nuestro caso, es fundamental por el medio en el que trabajamos, dado que la agencia de noticias Servimedia es el buque insignia de la información sobre discapacidad.
Desde aquí, intentamos que todos los medios de comunicación que reciben nuestros teletipos se interesen por las noticias que afecten a las personas con discapacidad, las del movimiento asociativo: sus denuncias, sus derechos, y también de los avances conseguidos.
En periodismo se dice: 'good news, no news' (las buenas noticias no son noticias), y en el caso de la discapacidad se magnifican las malas noticias y se obvian las buenas, los logros, casi siempre fruto del trabajo que realiza el CERMI, o la ONCE y su Fundación.
- Los medios de comunicación, siempre se ha dicho, son el cuarto poder. Desde tu puesto, ¿cómo crees que se puede influenciar en la sociedad para sembrar determinadas opiniones, concienciar, influenciar? ¿Eres consciente de hacerlo tú misma -seguro que lo haces incluso a niveles inconscientes-? ¿Quién crees que marca las directrices, desde el nivel que sea, para que ciertos temas o tendencias de la información social y de discapacidad estén ahí ahora de actualidad y no otros?
Los medios tenemos poder e influencia en la sociedad, pero ese poder y esa influencia tienen que basarse en la honestidad y en la ética. No puedo concebirlo de otra manera. Esa lucha por el trabajo bien hecho me llevó, hace ya seis años, a ser parte de la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid, desde la que luchamos no solo para que se respeten los derechos de los periodistas en sus centros de trabajo, sino también para que el ejercicio del periodismo sea profesional y honesto, que esté al servicio de la sociedad.
Sobre las directrices o tendencias de la información sobre discapacidad: las marcan los protagonistas de las noticias. El CERMI es una fuente inagotable de noticias porque trabaja mucho y comunica muy bien.
- ¿Cuál es el poder de la información social y de discapacidad?
Depende de con qué lo compares. Si lo comparas con la información política salimos perdiendo, porque los políticos acaparan las portadas, y abren todos los informativos. Es muy fácil hacer ese tipo de información porque un político es como una farmacia de guardia, está abierto las 24 horas del día, dispuesto a hacer declaraciones de lo que sea...
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