La organización destaca especialmente la precaria situación de los corresponsales de guerra autónomos.
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) exige en un comunicado del 30 de septiembre “una mejora de las condiciones de los reporteros 'freelance', gráficos y periodistas, que padecen una precariedad insostenible agudizada a lo largo de estos dos últimos años y de los frecuentes impagos y demoras a los que los someten muchos de los medios de comunicación con los que colaboran”.
La FAPE advierte en el comunicado de que “el periodismo de calidad tiene un coste”. “La caída de las tarifas periodísticas y la inexistencia de regulación laboral amenazan el producto informativo, debilitándolo”, continúa. Se ha constatado también “un descenso en picado de las tarifas, además de retrasos y la falta de abono de las colaboraciones”, señala la nota, puesto que los medios “han adoptado la práctica de pagar a 90 días tras la publicación o difusión”.
Según la Federación, “el 42% de los periodistas que trabajan en prensa diaria son contratados como colaboradores”, que no gozan de una “regulación específica” y la mayoría de los cuales no ha firmado un contrato de prestación de servicios que acredite “la venta del producto informativo “.
Por todo ello, la federación de periodistas “insta a los editores de los medios de comunicación a valorar el trabajo de los profesionales ‘freelances’ sin discriminación alguna, económica o profesional, respecto de los profesionales estructurales de plantilla” y propone, además, “la adopción de un baremo de tarifas mínimas que dignifiquen las condiciones profesionales de este colectivo, cuyo número va en aumento fomentado por la actual tendencia de los medios a reducir plantilla y adquirir mayor número de contenidos a la pieza”.
Con todo, el diario El País decidió la pasada semana prescindir del 50% de los contenidos servidos por sus colaboradores eventuales o no fijos, con el perjuicio que eso supone para la pluralidad informativa.
Los colaboradores proporcionan la mayor parte de la información internacional que consumen los medios, inmersos en una política de recortes de gastos y supresión de corresponsalías en el extranjero.
La FAPE destaca especialmente que “gran parte de los 'freelances' que cubren guerras y catástrofes naturales avanzan el dinero para el viaje a países remotos y los gastos de alojamiento y comida salen de su propio bolsillo” y viajan sin seguro médico ni de repatriación por sus bajos ingresos.
Por ello está organización periodística apela a “la responsabilidad de las empresas editoras para valorar en su justa medida el trabajo y el riesgo que corre un ‘freelance’ en zona de conflicto y mejorar en lo posible sus precarias condiciones laborales, así como a rechazar los trabajos gratuitos que ofrecen algunos colaboradores, puesto que solo promueven la competitividad insana en circunstancias de elevada inseguridad en detrimento de la profundidad y el análisis”.
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