La APM y el Col.legi de Periodistes firman un manifiesto contra la precariedad de los periodistas
Mediante este documento se apela a los editores para que revisen los procedimientos de contratación y ajusten los contratos a las normas laborales, y se les propone negociar un acuerdo de buenas prácticas contractuales. También se exhorta a las administraciones públicas para que establezcan, como condición de obligado cumplimiento para alcanzar cualquier acuerdo, la presentación de una declaración de cumplimiento riguroso de las normas laborales y mercantiles vigentes. Y, por último, se apela a la Inspección de Trabajo para que detecte y sancione las malas prácticas laborales en las redacciones.
Según Fernando G. Urbaneja, era importante que “estas dos asociaciones diéramos el primer paso y el resto de asociaciones nos acompañen en las decisiones”. Su puesta en marcha redunda en el bien común tanto de editores como de periodistas, ya que “nosotros necesitamos editores responsables y ellos buenos profesionales de la información”, afirmó. En cuanto al llamamiento a las administraciones públicas, dijo que “deben garantizar la competencia leal, porque se da la irónica situación de que el que incumple tiene ventaja sobre el que cumple”.
Para Josep Carles Rius, decano del Col.legi de Periodistes de Catalunya, la precariedad está vinculada al resto de los problemas (vulnerabilidad profesional y económica y falta de independencia, entre otros) que se detectan en el Informe de la Profesión Periodística 2007, puesto que trabajar en “el umbral de la dignidad hace muy difícil ejercer correctamente la profesión”, aseguró. Esta situación no afecta sólo a los periodistas más jóvenes, ya que “algunos medios de comunicación reducen costes con la sustitución de periodistas con experiencia por recién licenciados”. “Voy más allá –concluyó–, al incidir sobre el trabajo de todos los periodistas, lo hace sobre la calidad informativa y, por lo tanto, repercute en la democracia en general”.
Fernando G. Urbaneja y Josep Carles Rius
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