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Jesús de la Serna: el último titular

06/09/2013

11:17

Escrito por: APM

*Por Carmen del Riego, publicado en “La Vanguardia” el 6 de septiembre.

 

Pocas personas se merecen más que Jesús de la Serna el título de periodista, porque él hizo grande ese nombre y lo llenó de contenido, un contenido que nos hizo a todos los periodistas sentirnos orgullosos de nuestra profesión.

Un buen periodista, lo que añade más valor a este oficio, porque como dijo Kapuscinski, para ser buen periodista hay que ser buena persona, porque solo así se puede “intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades y sus tragedias”. Esa cita de otro maestro de periodistas define perfectamente a Jesús de la Serna fallecido ayer a los 86 años.

Hijo de Víctor de la Serna y nieto de Concha Espina, Jesús encarnó al periodista de raza, al que entiende el periodismo como una manera de vivir, que empieza a escribir y sabe que esta es una profesión para toda la vida, una razón para vivir, una forma de ser, una identidad.

Así entendió el periodismo este santanderino en cuya trayectoria se puede reconocer la historia del periodismo de los últimos 50 años. Desde sus cargos de responsabilidad en el diario “Pueblo”, en la época franquista, en el que mantuvo una línea impecable y difícil en aquellos momentos que convirtió a este periódico vespertino en un referente, en el que sentó las bases del periodismo moderno, el que lucharía y se abriría paso después, cuando llegó la democracia.

Siguiendo por su estancia en el diario “Informaciones”, durante diez años, desde 1968 hasta 1978, en el que supo encabezar las ansias de libertad que ya demandaban los españoles.

Y terminó su carrera profesional en el diario “El País”, el periódico que nace con la democracia y desde el que contribuyó al esfuerzo democrático de todos los españoles. Un periódico, “El País”, del que fue “ombudsman”, poniéndose así, como deberían hacer todos los periodistas, en el otro lado, en el de los lectores, para defenderles, porque solo así se hace buen periodismo.

Un periodista de raza, pues, con una generosidad desbordante, que le hizo ponerse al frente de la Escuela de Periodismo para enseñar a los jóvenes todo lo que sabía de periodismo; pero, sobre todo, de rectitud moral, de sentido del deber y de humildad, de la que tan necesitados están los periodistas y que tan poco se practica en esta profesión.

Una generosidad que le llevó también a hacerse cargo de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) en unos momentos de gran dificultad y que contribuyó decisivamente a encarrilar y dignificar durante los siete años que estuvo al frente. Quienes hoy dirigimos la APM, y todos los periodistas de Madrid y de España, tenemos, pues, un deber de gratitud con este periodista que encarnó lo mejor del periodismo.

Hoy, cuando lo que más sobresale del periodismo es el ruido, hay que recordar que Jesús de la Serna sabía escuchar, porque eso le permitía contar mejor lo que pasaba a su alrededor. Contribuyó así a vertebrar la opinión de la sociedad. Tarea nada fácil pero que le devuelve de nuevo el título que mejor le define: periodista.

*Carmen del Riego es presidenta de la APM.

 

 

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