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Francisco Ruiz de Elvira

Francisco Ruiz de Elvira: la bondad en el periodismo

A los 96 años falleció en Málaga el que fuera director de RNE, primer corresponsal de Efe en Nueva York y jefe de los servicios informativos de TVE2 durante la Transición.

Francisco Ruiz de Elvira, en la terraza de La Opinión de Málaga en 2002. C. C./La Opinión de Málaga

Si la gentileza y la bondad pudieran llevar apellidos bien podrían ser los de Francisco Ruiz de Elvira Hidalgo, sobrino nieto del constructor de la calle Larios, que el 26 de noviembre murió en su casa de Pedregalejo a los 96 años, después de una larga vida entregada a su familia y al periodismo.

Había nacido en 1920 en Manzanares, Ciudad Real, donde la Casa Larios tenía sus bodegas, que estaban a cargo de su abuelo materno, José Hidalgo.

Pero si la patria es la infancia, Paco Ruiz de Elvira siempre se sintió churrianero, pues a Churriana llegó con dos o tres años, cuando a su padre, funcionario de Correos, lo trasladaron allí.

Aunque quiso estudiar para ingeniero de Caminos, la Guerra Civil trastocó sus planes. No pudo trasladarse a Madrid para estudiar y sí lo hizo a Melilla, donde conoció al amor de su vida, Lola Zubizarreta, con la que se casaría y tendría cuatro hijas.

Al acabar la guerra, y con la imperiosa necesidad de ayudar a su familia, entró a trabajar de teletipista en la Agencia Efe. El mundo de las noticias le enganchó y decidió estudiar en la Escuela de Periodismo.

Su carrera profesional ha sido larga y llena de éxitos. En 1964 fue el primer corresponsal de la Agencia Efe en Nueva York. Además, ocupó los cargos de jefe de informativos de Radio Nacional de España, director de RNE y jefe de los informativos de TVE2 durante la Transición.

En puestos tan relevantes informó del asesinato de Carrero Blanco, la muerte de Franco, la llegada de la democracia y siempre con un espíritu aperturista que tratara de driblar la censura franquista. Fruto de esos años y de ese talante democrático fueron el Premio Nacional de Radio y Televisión en 1976 y, en el 78, el Premio Libertad de Expresión, otorgado por la Unión de Periodistas.

Dos de sus hijas, Mariló y Malén Ruiz de Elvira, siguieron sus pasos y trabajaron como periodistas en El País, al igual que su nieto, Álvaro Ruiz de Elvira.

Jubilado en 1982, quiso regresar entonces a la Málaga de su infancia. En 2002 comenzó una serie de colaboraciones con La Opinión de Málaga para hablar de sus recuerdos profesionales, con los que volvió a demostrar que no había perdido el brío del oficio.

En ese momento, los compañeros del diario tuvimos el privilegio de conocer a un Paco Ruiz de Elvira que se quitaba toda importancia, sencillo, caballeroso, amable y siempre con una sonrisa como tarjeta de presentación.

Persona de profundas convicciones religiosas y muy comprometido con las causas sociales, había recibido el reconocimiento de Manos Unidas por las muchas décadas de colaboración con esta ONG de la Iglesia Católica.

Tuvo la suerte de poder celebrar las bodas de oro con su mujer, Lola Zubizarreta, fallecida antes que él, y de contar en sus años de viudo con el apoyo y la compañía de su hija, María José, que ha estado con su padre en todo momento.

En los últimos años, contaba divertido que, de pequeño, fantaseaba con la posibilidad de llegar vivo al año 2000 y que superada esa meta, se hacía a la idea de llegar a los 100, cumpleaños que celebraría con los amigos y la familia.

Además de un maestro del periodismo, Paco Ruiz de Elvira ha sido ante todo un ejemplo de persona íntegra y buena. El 6 de diciembre tuvo lugar la misa funeral en la parroquia del Corpus Christi, donde reposarán sus cenizas. Descanse en paz.

 

Alfonso Vázquez / La Opinión de Málaga
Publicado originariamente en La Opinión de Málaga
29 de noviembre de 2016