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Fallece el histórico fotógrafo José Pastor

23/12/2010

11:32

Escrito por: APM

En el diario “Arriba”, donde conviví profesionalmente con José Pastor (Linares, 1919-Madrid, 2010), como tantos otros, según uso del tiempo, formé pareja periodística con él (redactor-fotógrafo, plumilla-cámara) a efectos de “calle”. En “mesa”, escribía yo entonces la que llamamos “foto comentada”, en la sección Local de mis preferencias. Era un articulo corto, adosado a una fotografía aportada, en competencia, por los dos fotógrafos de la casa, Gerardo Contreras, el veterano, y José Pastor, que llegó de San Sebastián con las típicas imágenes de la galerna en La Concha de la mano de un administrador y sin que nadie le preguntase dónde y cómo había pasado la reciente guerra.

La firma de Pastor aparece por vez primera en la “Foto comentada” el 23 de marzo de 1949: el teléfono público de un bar utilizado por el cliente en la barra (“Teléfono con gambas”). Por última vez, el 17 de enero de 1951: la Casa de la Villa (“Administrados y administradores").

A partir de 1951, se incorporan al diario las páginas de huecograbado con la correspondiente potenciación fotográfica que, al hacerme cargo de su jefatura, acentúa mi relación con Pastor, agente de una notable operación de periodismo grafico, calificada por Ramón Gómez de la Serna como “excelsograbado”; que al Cardenal Herrera movió a reclamarme como profesor de Teoría del Periodismo Gráfico en la Escuela de Periodismo de la Iglesia; y que se vio reforzada por el convenio con “Paris Match”, de donde le viene a Pastor su admiración por Cartier-Bresson.

En este marco, el piloto de guerra de la aviación republicana José Pastor proclama para siempre que su casa y su escuela de Periodismo son el diario “Arriba”, donde, hasta el cierre, trabaja y vive alegremente en compañía del talento doméstico de García Serrano, González Ruano, Pedro Rodríguez, Sánchez Silva y Salvador Jiménez, por nombrar una breve muestra. A todos ellos corresponde Pastor con su precisión profesional y sus ocurrencias andaluzas, proverbiales en el periódico.

Pastor fue un excelente aprendiz, intuitivo, con buen oído, divertido compañero de viaje, que rápidamente se incardina en una extraña familia de buenas gentes, con ese punto de presunción que da la literatura llevada a la Prensa y, por ende, a la fotografía. Pastor aporta una moral de trabajo casi militar, un laboratorio brillante y su buen ojo pegado a la Rolleiflex de toda la vida.

Mi homenaje fraterno se inunda de recuerdos. Con Pastor me he comido muchos chuscos periodísticos. Uno, inédito: el recorrido que hicimos, paso a paso, desde el nacimiento del Manzanares hasta el Jarama, ilustración de un libro-reportaje que no salió de mi cabeza pero que me regaló una semana de aventura. Otro, famoso: el domingo 26 de mayo de 1957, en que, minuto a minuto, desde las nueve de la mañana a las diez de la noche, nos pegamos a Camilo José Cela, el día de su ingreso en la Academia.

Fotógrafo, reportero grafico, sobre todo. Gran Pastor. Cariñosamente, por lo buena persona, por lo compañero, los más cercanos le llamábamos "Pastorcillo".

Enrique de Aguinaga
Catedrático emérito de Periodismo Universidad Complutense de Madrid

 

 

 

 

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