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Cómo salvar la profesión desde los nuevos medios: productos de calidad y diferenciados, modelos sostenibles y sueldos dignos

07/06/2013

12:25

Escrito por: APM

 

 

La crisis del sector ha resquebrajado el sistema de medios español. Son conocidas las desmesuradas cifras de medios y puestos de trabajo eliminados. Pero ya han llegado las primeras buenas noticias para la profesión en esta etapa. Los periodistas, que ahora también se han convertido en editores, están creando sus propios medios. La parte inferior de la pirámide de este ecosistema, la de las pequeñas empresas periodísticas, se está reproduciendo vertiginosamente: de medios cerrados y periodistas despedidos están surgiendo numerosos proyectos informativos. Desde luego, no cabrán todos. En un puro proceso darwiniano, sobrevivirán los que mejor se adapten a la revolución digital y a los hábitos de las nuevas audiencias.

Según se pudo apreciar en la duodécima edición del Laboratorio de Periodismo de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), celebrada el 6 de junio en su sede, los periodistas ven en los nuevos medios una tabla de salvación contra la destrucción de empleo, pero también contra la crisis estructural de la prensa. Productos de calidad y diferenciados, contra el “todo vale” y la sobreabundancia de información; segmentación de audiencias y búsqueda de nicho de mercado, ante el descenso de la inversión publicitaria; modelos de negocio sostenibles, en vez de estructuras de personal sobrecargadas y poco flexibles; sueldos dignos para unos pocos, antes que trabajo gratis para muchos. 

De izquierda a derecha: Jesús Maraña, Francisco Frechoso y Agustín Valladolid. Foto: Elena Hidalgo / APMLa revolución digital ha posibilitado la retroalimentación entre formatos: lo digital puede ayudar al papel y viceversa. En este sector, los propios periodistas están liderando la huida hacia adelante. “El cambio de modelo de negocio en el periodismo está siendo más profundo que en otros sectores”, dijo Carmen del Riego, presidenta de la APM, refiriéndose a la figura del periodista-editor. “Internet no es la panacea, pero tampoco todo lo que se publica en papel. Solo el buen periodismo sobrevivirá, lo básico en el formato que sea: una gran calidad”, afirmó.

Sin las facilidades que supone internet no hubiera sido posible este surgimiento de tantos nuevos medios. “Hace diez años, no podríamos haber hecho Jot Down”, reconoció su director de Comunicación, Carles Foguet (@hooligags). “La revolución digital elimina barreras de entrada: lanzar un medio en línea no es caro”. La clave, para Foguet, está en ser capaz de crear un gran producto, que sea interesante para un público específico. “Nuestro sueño era hacer una revista de papel, pero solo con el éxito de la versión web pudimos hacer la impresa, y lo curioso es que ahora de las ganancias del papel se alimenta el digital”, se congratulaba.

De un medio digital como InfoLibre también nació su hermano en papel, TintaLibre, que, a su vez, también puede ayudar a aumentar la suscripción digital, según su director editorial, Jesús Maraña (@jesusmarana). Aunque reconoció que “ninguno tenemos la fórmula del modelo de negocio, estamos ante un constante laboratorio”, sí se animó con algunos antídotos para los problemas que vienen sufriendo las empresas periodísticas, los cuales pueden servir de base para encontrar la receta del éxito. Para no sucumbir por la pérdida de calidad y de prestigio, “no devaluar la materia prima de esto: el periodismo y los periodistas”. Para paliar la tardía reacción de los medios a la revolución digital, “constante aprendizaje: perder el miedo a internet para mejorar esa materia prima”. Para erradicar la falta de independencia y la pérdida de credibilidad,  es “fundamental que la capacidad de decisión la tengan los periodistas”, no otros editores, ya que “la gente ha percibido que se respondía a intereses que no eran periodísticos”.

Instantánea del Laboratorio de Periodismo de la APM sobre nuevos medios. Foto: Elena Hidalgo / APMFrancisco Frechoso (@Frechoso), director de Cuarto Poder, grabó a fuego otro mandamiento en la tabla de salvación de la profesión: “Hay que defender por encima de todo que el trabajo hay que pagarlo, y pagarlo dignamente”. “Me parece terrible que se esté imponiendo la cultura del trabajo gratis”, agregó, respaldando la campaña #Gratisnotrabajo de la APM. “En la profesión hay un componente de crisis moral que nos ha llevado a estar donde estamos”, aclaró.

El director de ZoomNews, Agustín Valladolid (@Agustin2666), anotó que “no funciona trasladar el modelo clásico de papel a una pantalla”. Fue contundente: “Sin lugar a dudas, mi generación va a ver la desaparición de la prensa de papel tal y como la entendemos hoy. Para pagar las máquinas, se está prescindiendo del talento”. Asimismo, ante “la atomización de pequeños medios” y la falta de financiación de estos proyectos, hizo una llamada a la pronta transición del modelo de publicidad hacia lo digital. Y apuntó algunas de sus ventajas: conocimiento del retorno en tiempo real y de la segmentación de público.

Manuel Moreno (@TreceBits), por su parte, es uno de esos ejemplos de cómo un periodista puede hacer de la adversidad una lanzadera para un proyecto de éxito: TreceBits. Recomendó la especialización temática para sobrevivir al lado de los grandes medios. “La inversión es mínima en los micromedios, la difícil está en crear buenos contenidos”, resumió.

“Si el contenido es bueno, acertamos con la materia prima y captamos a la audiencia, lo demás vendrá después”, dijo Maraña, postergando la recurrente búsqueda del modelo de negocio. El director editorial de InfoLibre reivindicó que se valore la función social en una democracia del periodismo y que se pague por la información de calidad, la cual “debe suscitar debate en la sociedad”.

“Y el buen periodismo es caro”, remató Carmen del Riego. “Muchas veces se ha dado por muerto el periodismo”, pero, para la presidenta de la APM, la creación de muchos medios digitales y también en papel, demuestra lo contrario. Y concluyó: “Podemos estar en crisis, efectivamente nos falta un modelo de negocio, pero los ciudadanos no han firmado su sentencia de muerte al periodismo”.

 

 

 

 

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