Antonio González-Calatayud Visiers
Antonio González-Calatayud Visiers, un periodista hecho a sí mismo
Antonio González-Calatayud (Ocaña, 20/05/1930-Aranjuez, 16/05/2017) fue una persona tranquila, culta, siempre rodeada de libros, aficionada al teatro, amante de la música y la cultura en general y permanentemente pegada al auricular de una radio. Pero, sobre todo, fue entrañable con su familia, amigo de sus amigos y un periodista hecho a sí mismo.
A comienzos de la década de los 60, cogió una Vespa en dirección a París en busca de un futuro. Allí compaginó diferentes trabajos de todo tipo con los estudios.
Acabaría recalando en Hamburgo, donde aprendió alemán y forjó su carrera periodística trabajando para la agencia DPA, informando inicialmente para Sudamérica. En la ciudad alemana conoció a su mujer, Christl Brummer, con la que tuvo dos hijas, Alexandra y Carmen.
En 1976, la familia se trasladó a Barcelona, donde Antonio trabajaría como especialista en deportes en “El Mundo Deportivo”. Sus colaboraciones con DPA se extendieron y empezó a colaborar con la mayoría de los medios europeos de habla alemana y algunos de Japón, como “Soccer Digest”.
Primo segundo de mi padre, fue ese “tío periodista” cuya imagen influyó en que empezara a fijarme en la que sería mi profesión.
Nunca abandonó los libros ni el auricular radiofónico, aunque se adaptó perfectamente a los tiempos de internet. Ni siquiera después de su jubilación en Aranjuez, a los 72 años, dejó de colaborar con importantes empresas tecnológicas en el mundo de la comunicación.
Algunos recordarán sus crónicas desde el Camp Nou, cuando aparcaba su reconocible Fiat 500 antiguo de color amarillo al lado de los flamantes sedanes de los directivos. Quienes le conocimos echaremos de menos su cariñosa charla, culta y reposada.
Pedro Biurrun / "Expansión"
9 de junio de 2017