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Aurelio Martín González

Aurelio Martín

Adiós, Aurelio

Es una mañana cualquiera en Segovia. Por la calle Cronista Lecea camina un periodista. Lleva bajo su brazo un fajo de periódicos, revistas y papeles. Muchos de los paseantes con los que se cruza le saludan con afecto. Otros, los menos, tuercen el gesto al verlo. No se puede ser amigo de todos. Y, sin embargo, Aurelio Martín lo es. Bueno, algún enemigo habrá. Ya sabemos que los amigos se conocen y los enemigos permanecen agazapados.

Aurelio es un periodista "de raza". Podría precisar que es un "agenciero de raza", pero comparte su corresponsalía de la agencia EFE con la del diario El País. Al abarcar las dos funciones, nos quedamos con periodista "de raza". En esta mañana de junio, queremos hablar un rato con él de las últimas novedades de la profesión. No hay manera.

"No puedo pararme ni un minuto", nos dice. Y le preguntamos: "Pero qué tienes que hacer hoy que no te lo permite". "Pues mira, tengo que hacer una noticia para EFE, una crónica para El País, una columna para El Día (antes en El Adelantado), una pieza para la tele y preparar una clase para el Máster. Y por si fuera poco, esta semana es el Cirilo y hay problemas con el billete de Tomás Alcoverro y con el alojamiento de Gervasio Sánchez y Felipe Sahagún". "¿Y Ramón Lobo no viene este año?". "No puede está luchando, como yo, contra el cáncer". "¿Y a ti cómo te va con la enfermedad?". "Hay días y días, ya sabes cómo es este enfermedad, te da y te quita esperanzas de la noche a la mañana, pero lo estoy luchando bien".

"Bueno, me voy; ah, se me olvidaba, también tengo que hacer un comunicado para la FAPE sobre las declaraciones de un político ultra contra la libertad de prensa". "No sé cómo puedes con tantas cosas". "Sí, tengo que dejar algunas. Pero este año, no, ya veremos el próximo".

Así es nuestro periodista segoviano. Un defensor infatigable de los derechos de los periodistas, de la libertad de expresión y del libre ejercicio del periodismo. Pero no por un periodismo cualquiera. Sí por el periodismo riguroso, hecho con honestidad y veracidad, verificado, contrastado y contextualizado. Apasionado de nuestra profesión y profundo conocedor de los riesgos que la acechan, no soporta que se quiera colocar a las redes como medios periodísticos. "Las redes no son periodismo, no te olvides de ponerlo en la declaración del 3 de mayo", insiste siempre.

Nuestro periodista es generoso como pocos y es tan extraordinario compañero que no ha dudado en asumir todavía más tareas como la batalla que libró, y ganó, para que se modificará la ley que vetó a los periodistas impartir clases de Lengua y Literatura en Secundaria y Bachillerato. Cuando le felicité por este éxito, me dijo con su humildad de siempre: "Para eso estamos".

Este periodista segoviano lleva otras contiendas en su agenda diaria, como la campaña de la FAPE para que se implante una asignatura de periodismo a partir de la ESO a fin de que los escolares, en la era de la desinformación, aprendan a distinguir la verdad de la mentira; o la que promovimos en defensa de los derechos de autor de los periodistas, sin olvidar la de la regulación del secreto profesional, la exigencia de salarios dignos, en especial para los autónomos, y de remuneración para los becarios.

Una pelea permanente a la que Aurelio nos animaba cuando nos invadía el pesimismo al comprobar los ataques contra una profesión tan imprescindible para la democracia y tan denostaba por aquellos que tratan de coartar la libertad de expresión. O el insoportable avance del periodismo amarillo, del titular engañoso y de la mentira, impulsado por seudoperiodistas sin escrúpulos.

Es justo reconocer que más de un proyecto de la FAPE no hubiera salido adelante sin la dedicación, esfuerzo y entusiasmo de Aurelio, cuya sabiduría y sensatez asomaban como bálsamo reparador cuando los obstáculos hacían crecer las ganas de abandonar. "Aunque no lo hayamos conseguido esta vez, hay que seguir luchando todavía con más empeño", decía.

En la mañana primaveral del 16 de junio de 2023 , Aurelio Martín está de nuevo callejeando por su ciudad. A la altura de la plaza Mayor, nos lo volvemos a encontrar. "¿Adónde vas, Aurelio?". "He quedado con Cirilo para contarle cómo fue la ceremonia de entrega del premio de este año a Miguel Ángel de la Fuente. Y la sorpresa y emoción que viví cuando me dieron el Premio de Honor. Te dejo que tengo prisa. Adiós".

"Adiós, Aurelio, amigo, compañero, colega. Nunca te olvidaremos".

Nemesio Rodríguez
Directivo de la APM y expresidente de la FAPE

 

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