Fundada en 1895

Julia Ampuero Lobato

Julia Ampuero, en la redacción de 'Pueblo'

En una época convulsa en Europa y oscura en España, en el año 1942, nació Julia Ampuero Lobato en un pequeño pueblo de Toledo, de evocador y gastronómico nombre: Cebolla. Allí pasó sus primeros años en los que en ella brotó la curiosidad, la observación de su entorno y la necesidad de saber más. Sus primeros estudios los llevó a cabo en Madrid, en una residencia de estudiantes; para después terminar cursando la carrera de Periodismo en Navarra.

Conoció Paris y Venecia en aquellos años, finales de los 50 y principio de los 60. Su primer trabajo como periodista lo ejerció (porque el periodismo se ejerce) en la revista “Sábado Gráfico”. Allí conoció al que después sería su marido y a su suegro, quien decidió que ambos se marchasen con él al “Diario Pueblo”, al modo de lo que ahora se llama cazatalentos.

En el “Diario Pueblo” ejerció la profesión durante 20 años. Y como su naturaleza era inquieta, curiosa por la cosas y por el momento, hizo de reportera y de redactora (bendita separación se hacía entonces, según dicen los mayores). Y abarcó casi todos los ámbitos: local, nacional, sucesos. De deporte, nada.

En ese tiempo compartió confidencias, olor a tinta, el sonido de la rotativa que ocupaba dos o tres sótanos, el ascensor sin puertas de movimiento continuo y la foto gigante de Lee Harvey Oswald con insignes como Emilio Romero, Raúl del Pozo, Marlasca y José María García. De este último dice la leyenda que ambos, Julia y su marido, le apodaron Butanito por el uso que hacía de prendas naranjas. Eso dice la leyenda, que prefiero no romper por el encanto familiar que tiene.

Cuando el “Diario Pueblo”, vespertino por excelencia, asumió la democracia, se desvaneció. Se tragaba una píldora que Franco intentó inocular sin éxito. Y sus Profesionales (obsérvese el uso intencionado de la mayúscula) debieron asumir un incierto futuro. Sus huellas se sintieron en la Administración Pública que, a regañadientes, hubo de asumir su contratación. Y así, Julia siguió ejerciendo la profesión primero en el Gabinete de Prensa de Moncloa, después en la Universidad Politécnica. Y entre tanto, experiencias tuvo con la radio, detrás del micrófono. Y vivió la ilusión compartida que algunos “exPueblo” se hicieron cuando intentaron recuperar la marca, también llamada cabecera, y sembraron el germen de un nuevo diario: “Pueblo de Madrid”. Pero no pudo ser. Eran nuevos y otros tiempos.

De su trabajo, me gustaría destacar un artículo sobre el Decreto Tarancón: “Las mujeres separadas no están de acuerdo”. Cuando la entrevistada entonces habla de irregularidades en tribunales eclesiásticos y de algunos jueces, la pregunta siguiente fue: “¿Cómo quiénes?”. ¿Se puede ser más curiosa, incisiva y directa?

Juanjo R. Ampuero
7 de febrero de 2018