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Leopoldo Gómez González

Muere Leopoldo Gómez, uno de los grandes del periodismo gráfico español

"Un maestro, un referente. Gracias a él, estoy donde estoy", cuenta a ABC su hijo Francisco Gómez, fotógrafo de los Reyes de España.

Leopoldo Gómez

"Sus consejos y mi formación son gracias a él", dice Francisco Gómez de su padre, Leopoldo Gómez González, uno de los grandes del periodismo gráfico en España. Falleció el Jueves Santo en Madrid a los 83 años y sus restos reposan en el cementerio de la localidad toledana de Lillo desde el 8 de abril.

Su cámara captó las imágenes de todas las personalidades que visitaron el país durante las tres décadas largas que estuvo activo Leopoldo, que también viajó al extranjero. Su trabajo no estuvo encuadrado en ninguna especialidad de reportero gráfico porque cubrió todas las informaciones gráficas, tanto políticas como deportivas y sociales. En definitiva, un todoterreno.

Fotografió el Proceso de Burgos (el juicio contra dieciséis miembros de ETA acusados de asesinar a un policía, un guardia civil y un taxista); o la Revolución de los Claveles en Portugal (un golpe de Estado el 25 de abril de 1974). Estuvo en los campeonatos del mundo de fútbol de los años 1970 (México), 1974 (Alemania) y 1982 (España), además de retratar los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972. Fue testigo gráfico de la muerte del general Franco y de la intentona golpista del 23 de febrero de 1981, con imágenes captadas en el interior del Congreso de los Diputados.

Nació en Madrid el 30 de agosto de 1939 y estudió en el colegio de las Escuelas Pías de San Antón. Pero su verdadera tierra era Lillo. Su abuelo era el boticario de este pueblo y sus raíces paternas lo llevaron "a ser de esa tierra", remarca Francisco, fotógrafo de los Reyes de España.

Leopoldo Gómez formó parte de la Junta Directiva de la APM. En la imagen, junto al rey Juan Carlos

Su afición al periodismo fue innata. Tenía 20 años cuando el general Eisenhower visitó España como presidente de los Estados Unidos el 21 de diciembre de 1959. Entonces un jovencísimo Leopoldo comenzaba una carrera periodística en la agencia de noticias neoyorquina Associated Press (AP), donde se hizo cargo de su Sección Gráfica para España y Portugal hasta el 1 de septiembre de 1982.

Durante ese tiempo, creó y transmitió telefotos a todas las partes del mundo, siendo uno de los pioneros en la utilización de los transmisores de telefotografía. Luego realizó un fecundo y laborioso trabajo gráfico en la agencia EFE, terminó su carrera en el diario Ya en 1994 por su cierre y se jubiló.

"Ha sido un maestro, un referente. Gracias a él, estoy donde estoy", asegura Francisco, quien en 2004, con 29 años, comenzó a trabajar como fotógrafo en la Casa Real.

Leopoldo Gómez

Familiarmente, Leopoldo fue un gran padre, que viajó muchísimo y sacó adelante a sus tres hijos, dos mellizos y el pequeño, Francisco, diez años menor que ellos. Se criaron al abrigo de su madre, María Encarnación Resina, por las largas jornadas de su marido fuera de casa.

Siempre que volvía, tenía una sonrisa y un detalle de donde viniera. Francisco recuerda, por ejemplo, la camiseta de Arconada [portero de la selección española de fútbol] del Mundial 82. El chavalín sólo tenía 7 años.

A los 14, por su cumpleaños, su padre le regaló la primera máquina de carrete, con la que empezó a hacer sus primeras fotos tutelado por él. A Francisco todavía le emociona recordarlo porque ha sido una marcha inesperada. Él pierde un padre y el periodismo gráfico, un maestro en una profesión no siempre reconocida como se merece.

Manuel Moreno / ABC
Publicado originariamente en ABC el 14 de abril de 2023