Francisco José Guijarro Méndez
El diseño de un buen periodista
El pasado 24 de junio falleció en Madrid a los 94 años, Francisco José Guijarro Méndez, periodista y diseñador gráfico.
Fue maestro de muchos en una faceta de la profesión periodística que, junto con otros compañeros de su generación, contribuyó a dignificar. Antes de cumplir los 15 años, entró a trabajar en la Fundición Tipográfica Richard Gans, y allí consolidó su vocación por las artes gráficas. Muy pronto, empezó a diseñar y dibujar los catálogos de los nuevos tipos que incorporaba la fundición.
Su conocimiento de la tipografía y su talento para la composición y la rotulación manual, que él atribuía a la buena caligrafía que le habían enseñado los Hermanos de La Salle, le facilitaron el salto al mundo del diseño publicitario en su versión más artesanal. Trabajó para diversas imprentas de Madrid, diseñando desde anuncios para prensa a portadas de libros e incluso dibujando a mano las filminas publicitarias que entonces se proyectaban en los cines.
El salto definitivo a la prensa lo daría poco más tarde de la mano de su amigo José María Lorente, con la revista “Weekly World”, destinada a los soldados americanos de la recién creada base de Torrejón. Allí se inició en la que sería ya para siempre su profesión de maquetador, director de arte o, como más modestamente se decía entonces, confeccionador.
Su siguiente empeño, “Aldea”, le llevó a trabajar para la Editorial Edicolor, en la que dirigiría el Estudio de Diseño durante muchos años; pero que tuvo una importancia mucho más trascendental en su vida, puesto que allí encontró a Ángela, que sería su esposa y compañera de vida, su auténtica pasión.
Son los años del pluriempleo y, junto al trabajo en la editorial, Paco confecciona por libre diferentes revistas, como “Juventud” o “Motociclismo”, y boletines como el del Atlético de Madrid, el club cuyos colores llevaba en el corazón: nació y murió colchonero.
A finales de los 50, con el desarrollo de la televisión, aparece la revista “Tele-Radio”, editada por la propia TVE y cuyo diseño dirigirá a lo largo de más de 25 años. Televisión Española sería ya siempre su casa, aunque nunca dejó de compaginar este trabajo con otros empeños.
En 1967 se incorpora al diario “Informaciones”, y desde ese periódico pasa a formar parte del pequeño grupo que pone en marcha el lanzamiento del nuevo diario “As”, que supone una renovación de la prensa deportiva y cosecha inmediatamente un gran éxito. Algunos años después, será “Marca”, competencia directa de este diario, el que se beneficie de la creatividad de Guijarro.
Pero probablemente el trabajo del que Paco se sentía más orgulloso fue la cuidada revista mensual “Deporte 2000”, en la que pudo desarrollar plenamente su talento creativo haciendo de cada una de sus páginas una lección de buen gusto y sentido informativo.
Amante y practicante del deporte, Paco fue siempre joven de espíritu y se mantuvo física y mentalmente activo hasta el fin de sus días. Ya jubilado nominalmente, siguió diseñando libros y revistas -entre ellas, las publicaciones de la Asociación de la Prensa de Madrid-, y fue capaz de dar con éxito el salto a la edición digital, demostrando la misma pericia en el manejo de los programas informáticos de maquetación que tuvo siempre armado solo de lápiz y tipómetro.
Deja dos hijos, Belén y Pancho, y seis nietos que le adoraban. En todos ellos inculcó el amor por la vida y sirvió de ejemplo del esfuerzo y la honradez. Su hijo y su nieta Isabel han heredado además su talento para el diseño y se han dedicado con éxito a esta profesión, algo de lo que él estaba tan orgulloso o más que de sus propios logros profesionales.
Muchas son las cosas que le debo a mi tío en lo personal y en lo profesional. De niño, yo quería ser “deportista de Edicolor”, como pensaba que era él, fundiendo inconscientemente dos aspectos esenciales de su personalidad: lo periodístico y lo deportivo. Y, si como deportista no seguí sus pasos, cuando decidí estudiar Periodismo, él me dio la primera y trascendental oportunidad de empezar a ejercer mi carrera. Me enseñó a manejar el tipómetro y a mirar la página de una revista con sentido periodístico y estético. Pero esas son quizá las lecciones menos importantes que aprendí de él.
Descanse en paz.
José Ramón Vázquez Guijarro
9 de julio de 2021