Fundada en 1895

Félix Pacho o el periodismo como vocación

Con la muerte del periodista Félix Pacho Reyero, nacido en León en 1932, se nos ha ido uno de los grandes profesionales de un oficio que él supo amar y servir siempre con acierto, entrega y devoción. Esta pasión vocacional llenó su vida y él jamás le regateó esfuerzos ni talento.

Su trayectoria como directivo del prestigioso diario “Informaciones” y de la Agencia Efe y como director-fundador del diario “La Crónica de León” avalan una trayectoria brillante y abnegada, a la que llegó, por cierto, después de ejercer otros azarosos y románticos oficios como organizador de espectáculos.

Porque entonces aún no se llegaba al periodismo como ahora. Lo decía él con acierto: “Antes no elegías tú esta profesión, sino que te elegían si veían en ti algunas cualidades para esto”. Y él las reunía todas.

Activo, exigente y cumplidor, fue siempre un magnífico compañero y un jefe con un gran talento para las relaciones humanas, tan importantes en el ejercicio de la profesión periodística. Su voz recia y su pasión por contar las historias de su profesión, lo convirtieron también en un brillante orador, con conferencias y coloquios en numerosas instituciones, sobre todo universitarias.

Los que trabajamos con él y tuvimos el honor y el acierto de tenerlo cerca, sabíamos que su flanco informativo siempre estaba bien cubierto. Era un hombre siempre bien informado, buen cuidador de sus fuentes informativas y con una vocación por la cultura que, al cabo, desembocaría en la publicación de libros notables.

Compartí con él una gran pasión por el Camino de Santiago y, siempre que podíamos, hacíamos alguna escapada juntos. Inevitablemente, él se convertía en el maestro que descifraba los secretos de cada rincón, sobre todo en sus tierras leonesas. Porque Félix Pacho era ese periodista que no se cansaba nunca de preguntar y de aprender. Y eso lo hizo igual en España y en América, donde también tuvo responsabilidades informativas como directivo de Efe. Llegada ahora su muerte, nos queda el recuerdo emocionado de todo esto.

Carlos G. Reigosa /Agencia Efe