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Los horarios de los periodistas

14/01/2011

10:03

Escrito por: APM

 

No es mejor periodista el que más horas pasa en el trabajo y más tarde llega a casa. El trabajo periodístico no debe ser sinónimo de vida nocturna, ni de horarios extenuantes, ni de dedicación completa fuera del entorno familiar. Ha llegado el momento de desmontar definitivamente esos tópicos.

Ignacio Buqueras y Bach

En julio de 2008, la agencia de noticias Servimedia impulsó un manifiesto, consensuado con los trabajadores, en el que señalaba que toda convocatoria de carácter no extraordinario que se celebre después de las 18:00 horas supone “un esfuerzo adicional” para las redacciones, que recae directamente sobre sus profesionales. Por ello, apelaba a los responsables de confeccionar la agenda informativa a que reflexionaran acerca de cuál era el momento más adecuado para fijar las convocatorias a los medios de comunicación, “en la seguridad de que sabrán encontrar un punto de equilibrio entre la disponibilidad horaria, la inmediatez informativa y la oportunidad mediática, favoreciendo la convivencia del compromiso informativo con las responsabilidades privadas de los periodistas”. Servimedia aclaraba que no quería condicionar la relación entre empresas y profesionales, sino “tan sólo llamar la atención” hacia una mayor racionalidad que redunde en un mejor aprovechamiento del tiempo, en línea con la tendencia de los países más desarrollados.

La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, que presido, se adhirió de forma inmediata a este Manifiesto, porque coincide plenamente con nuestros planteamientos. Esta Comisión nació en 2003 para sensibilizar a la sociedad española sobre la necesidad de hacer un mejor uso del tiempo y de racionalizar nuestros horarios, de modo que sean más flexibles y humanos, favorezcan la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y sean similares a los horarios de otros países europeos. Creemos que estas ventajas también deben alcanzar a los periodistas, quienes, a pesar del dicho de que ‘la noticia marca la agenda’, tienen el mismo derecho que otros ciudadanos a ‘tener vida’ más allá del trabajo. Suscribo estas palabras del presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja: “horarios racionales y conciliación son posibles a poco que se intente y a algo que ayuden los jefes de las redacciones”.

En otros países occidentales, las redacciones terminan su trabajo a media tarde, y para cubrir informativamente lo que sucede después existen turnos. ¿Por qué en España no se hace lo mismo?

En distintos actos promovidos por la Comisión Nacional hemos escuchado a destacados periodistas quejarse de los horarios que padecían. Por ejemplo, Charo Izquierdo, directora del suplemento femenino ‘Yo Dona’, nos contó que durante años fue redactora jefe de una revista especializada “de horarios absurdos, en la que las reuniones se celebraban a las siete de la tarde y a veces se titulaba en el bar de la esquina, a las nueve de la noche”. Isabel San Sebastián, de ‘El Mundo, reconoció que pensó retirarse de la profesión una noche en la que, al llegar tarde a casa tras un intenso día de trabajo, se encontró a su hija de tres años llorando en la cama, y ésta le reprochó: “Vete, quiero a Nina”, que es como se llamaba su niñera, con la que pasaba más tiempo que con ella. Ángel Expósito, cuando era director de Europa Press, explicó que, “en muchos casos, el trabajo de periodista es francamente imposible de compaginar con un horario lógico; dormimos con la radio y con el teléfono móvil encendido, algunos encima de la mesilla, literalmente”.

Responsabilidad social
Considero que los medios de comunicación tienen el reto y la obligación de contribuir a crear una dinámica más justa de nuestra sociedad, apostando por el bien común y el servicio a la ciudadanía. En este sentido, deben apoyar la igualdad entre la mujer y el hombre, ayudar a que ambos puedan armonizar su vida privada con la profesional, divulgar las ventajas que conlleva el saber gestionar con eficacia nuestro tiempo y favorecer el cambio en los horarios y en los hábitos que España necesita. Lo expuso así, en el I Ciclo de Horarios Racionales que organizó la Comisión Nacional, el presidente de la Asociación de Periodistas Europeos, Diego Carcedo:

“Cenar a las diez, a las diez y media o a las once se convierte en un peligro constante para la salud. Obliga a acostarse sin haber hecho antes la digestión y predispone a dormir poco un día tras otro sin esperar a la excepción del trasnoche del fin de semana. Denunciar estas anomalías de nuestra vida, explicar las ventajas de otros horarios que no suponen ni trabajar más ni divertirse menos, debería convertirse en un objetivo periodístico en la función de servicio público”.

Para ello, los medios de comunicación no sólo deben abordar informativamente estos temas con el máximo rigor, sino también aplicarlos internamente con el mayor celo posible, adoptando horarios racionales que permitan a los periodistas y a otras personas que trabajan en ellos realizarse en lo personal y en lo familiar.

Los medios también deben dar ejemplo en otro importante asunto: los horarios televisivos. La nocturnidad de las televisiones españolas constituye una originalidad que en la práctica se convierte en un disparate: los informativos comienzan a las nueve de la noche, cuando en otros países lo hacen a las siete o como máximo a las ocho, y los programas de máxima audiencia se emiten entre las diez de la noche y la una de la madrugada, lo cual resulta incompatible con las necesidades de descanso y sueño. Y al recortar nuestro tiempo de descanso, perjudican a nuestra salud, merman el rendimiento profesional y escolar e inciden en un mayor número de accidentes de tráfico y laborales.

La programación televisiva determina en gran medida la costumbre española de mantenerse despierto hasta tarde, cuando las cadenas de televisión deberían dar ejemplo de todo lo contrario. Hemos mantenido numerosas reuniones con sus responsables, a los que hemos pedido que los informativos se emitan entre las siete y las ocho de la tarde y que los programas de máxima audiencia terminen antes de medianoche, pero lo cierto es que, si bien coinciden en que hay que ir por este camino de adaptación de horarios al resto de Europa, les falta ponerse de acuerdo. Urge el cambio.

Aprovecho estas líneas para agradecer a los medios de comunicación social, y muy especialmente a los periodistas por su apoyo mayoritario a nuestras propuestas. Es muy importante sensibilizar a nuestra sociedad de que un mejor uso del tiempo y unos horarios racionales no solo son necesarios sino posibles. Cada ciudadano, en la medida de sus posibilidades, debe hacerlos factibles. Esta es mí reiterada invitación. Debemos movilizarnos. Hoy, mejor que mañana.

Ignacio Buqueras y Bach es doctor en Ciencias de la Información académico, empresario y presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles.
 

 

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